Mary Fisher

Artista, activista y autora estadounidense

El mundo “descubrió” a Mary Fisher la noche del 19 de agosto de 1992, cuando pronunció un discurso en la Convención Republicana de 1992. Se lo considera como uno de los 100 mejores discursos estadounidenses del siglo XX.

Desde esa calurosa noche en Houston, el mundo ha podido conocer a Mary como artista talentosa, defensora incansable de mujeres vulnerables, y madre cuyo SIDA y cáncer han intensificado su sentido de alegría y propósito.

Del servicio público a la abogacía personal

Nacida el 6 de abril de 1948 en Louisville, Kentucky, Mary se trasladó a Detroit de pequeña y se crió con su madre Marjorie y su padre, el empresario y filántropo Max Fisher. Su primer encuentro con las artes ocurrió mientras estudiaba en Cranbrook Schools, donde conoció el telar.

Mary dejó la universidad antes de finalizar la carrera y se convirtió primero en productora de televisión y, poco después, en la primera mujer “responsable de la campaña política” de un presidente de los Estados Unidos, Gerald R. Ford. Después de años de servicio público, regresó al sector privado en los 80 y se convirtió en artista, esposa y madre a tiempo completo.

Para mediados del año 1991, Mary ya era una artista reconocida y madre recientemente divorciada de dos hijos pequeños, Zachary y Max, cuando le diagnosticaron VIH. A comienzos de 1992 y ante la insistencia de activistas del SIDA que luchaban contra la enfermedad y la discriminación, Mary hizo público su diagnóstico. Varios meses después, hizo su aparición en el escenario de la Convención Nacional Republicana. La historia de Mary llamó especialmente la atención debido a la imagen estigmatizada del SIDA como una “enfermedad de homosexuales”. Para cuando terminó su discurso en la convención en agosto, se había convertido en la voz de aquellos que no se atrevían a hablar.

Inspirar. Amar. Servir.

Durante las últimas dos décadas, Mary ha conciliado su pasión por el arte y su compromiso como defensora. Su trabajo como diseñadora de joyas de clase mundial ha dado como resultado la producción de líneas de brazaletes por mujeres vulnerables en África. Sus esculturas, colchas y telas estilizadas han encontrado un fácil mercado que incluye desde los salones de las embajadas de los Estados Unidos hasta las casas de los coleccionistas privados. Mary ha perfeccionado una estética de diseño que es al mismo tiempo elegante y accesible, sutil y contemporánea.

Ella es autora de seis libros, ha pronunciado innumerables discursos y ha viajado por todo el mundo como representante especial de las Naciones Unidas, y representa el llamamiento a la justicia y la sanación para los más afectados por la pobreza, la violencia y el SIDA.

Poco tiempo después de su diagnóstico, Mary fundó Family AIDS Network para ayudar a unir a las familias frente al debilitamiento y la muerte implacables provocados por el SIDA. Después de la llegada de los medicamentos antirretrovirales a finales de los noventa, Mary centró su atención en el aprendizaje y la abogacía. Por este motivo, fundó Clinical AIDS Research and Education (CARE) Fund en relación con el Center for AIDS Research de University of Alabama, Birmingham, y comenzó la primera de sus giras de promoción mundial, que ahora se han convertido en giras periódicas.

En 2011, mientras se estaba recuperando de los tratamientos contra el cáncer de mama, escribió un segundo libro de memorias, titulado Messenger (Mensajera). “Mis primeras memorias, que escribí en 1995, contaban mi historia en relación con la muerte”, explica ella. “Messenger es mi historia sobre la vida”.