Una posible terapia de ataque doble contra el cáncer de páncreas
El arsenal oncológico, que años antes estaba repleto de medicamentos quimioterapéuticos que libraban la guerra contra el cáncer mediante ataques a todo el cuerpo, se abastece ahora de armas más especializadas con objetivos concretos en su punto de mira.
Un medicamento que se está considerando como adición es la misetionamida, también conocido como GP-2250. El medicamento inhibe el crecimiento y la diseminación de los tumores, en primer lugar alterando de forma selectiva el metabolismo del cáncer de páncreas y deteniendo su producción de energía.
¿Cómo funciona?
Las células cancerosas dependen de un proceso llamado glucólisis aeróbica para generar grandes cantidades de energía (ATP). Las células normales pueden utilizar la producción mucho más eficiente de ATP a través de la fosforilación oxidativa, una capacidad que las células cancerosas han perdido. El GP-2250 reduce el ATP que necesitan las células cancerosas inhibiendo las enzimas clave de la glucólisis aeróbica. Esto provoca todo tipo de estrés en las células, lo que conduce a la muerte celular. También afecta otros procesos posteriores, como el ciclo del TCA y la inhibición de la ACC (la enzima que limita la velocidad de síntesis de nuevas grasas), lo que limita aún más la síntesis de componentes celulares esenciales.
A medida que las células cancerosas se debilitan por esta falta de energía, el GP-2250 da un segundo golpe a un promotor tumoral clave que regula las respuestas inflamatorias e inmunitarias, entre otras funciones. Al limitar la capacidad del cáncer para transcribir el ADN y fabricar nuevas proteínas, restringe eficazmente la capacidad del cáncer para crecer y diseminarse, y finalmente induce la apoptosis (suicidio celular).
Mejor juntos
Las pruebas iniciales en líneas celulares de cáncer de páncreas humano (tanto tumores ductales como neuroendocrinos) y en modelos de ratón de xenoinjerto derivados de pacientes fueron alentadoras.
Los resultados más prometedores se obtuvieron cuando el medicamento se combinó con gemcitabina, un medicamento de quimioterapia de uso habitual. Los estudios preclínicos demostraron que el GP-2250 aumentaba sustancialmente la sensibilidad de los tumores pancreáticos cuando se utilizaba junto con gemcitabina.
“La sinergia añadida con la quimioterapia convencional es un avance prometedor, que amplía nuestra capacidad para combatir eficazmente los tumores”, dijo Anup Kasi, M.D., M.P.H., profesor asociado de oncología médica en la University of Kansas Cancer Center (Kansas City, Kansas).
Panavance Therapeutics Inc. ha comenzado a analizar el GP-2250 en humanos, con un ensayo de fase I en pacientes con cáncer de páncreas avanzado que recibieron tratamiento de quimioterapia con 5-fluorouracilo.
El objetivo del ensayo clínico es probar la seguridad y tolerabilidad del GP-2250 solo y con gemcitabina, y determinar las dosis ideales para estudios posteriores. Los investigadores también estudiarán la eficacia del medicamento y cómo actúa en el organismo (farmacocinética), midiendo biomarcadores como el antígeno CA-19-9.
Se espera que en 2024 se inicien otros estudios clínicos: un estudio de fase II/III de GP-2250 para el tratamiento del cáncer de ovario y un ensayo clínico esencial de fase III como terapia de mantenimiento de primera línea para pacientes con cáncer de páncreas sin mutación BRCA, una población para la que no existen medicamentos aprobados por la FDA.
Se espera que el GP-2250 no solo proporcione nuevas opciones terapéuticas, sino que también ayude a superar el obstáculo de la resistencia a la gemcitabina, que a menudo se desarrolla a las pocas semanas de iniciar el tratamiento.
“Nuestro objetivo principal va más allá de la actividad antitumoral: se trata de mejorar la calidad de vida de los pacientes para que vivan más y mejor”, añade Kasi, investigador principal del estudio de fase I. “El notable perfil de efectos secundarios de GP-2250 y su mecanismo de acción único garantizan la selectividad por las células cancerosas al tiempo que preservan las sanas, lo que permite a los pacientes mantener el tratamiento y conservar su calidad de vida y funcionalidad”.
Lea la historia “Un ensayo clínico me da esperanza” de Dennis Rues, quien participó en este ensayo clínico.