No ignore sus síntomas
- Los síntomas de orina oscura, ictericia y comezón finalmente hicieron que fuera al médico
- Cirugía de Whipple después del diagnóstico de cáncer de páncreas
- Quimioterapia después de la cirugía
Me diagnosticaron cáncer de páncreas a principios de enero de 2008.
Ejercía como abogado y vivía en Simi Valley, California. A finales de 2007, noté que me sentía cansado todo el tiempo y que había perdido el apetito. Ignoré estos síntomas. Supuse que me encontraba bajo presión, ya que me estaba preparando para un juicio programado para finales de 2008. Luego observé que mi orina comenzó a volverse oscura. Cada vez se volvía más oscura, pero ignoré esto también.
El día antes de ir al hospital, tuve ictericia y comencé a sentir picazón por todo el cuerpo. Mi esposa insistió en que fuera inmediatamente a la sala de emergencias de Kaiser en Woodland Hills, California. Una ecografía detectó que tenía algún tipo de obstrucción en el conducto biliar, lo cual estaba causando la ictericia y la picazón. Me realizaron un procedimiento endoscópico al día siguiente durante el cual se insertó una derivación en el conducto biliar. Fue después de este procedimiento y de una tomografía computarizada que me dijeron que probablemente tenía cáncer de páncreas y se programó una consulta con el Dr. Dean Nora, un cirujano.
Un procedimiento de Whipple para tratar el cáncer de páncreas
Decidí no investigar sobre el cáncer de páncreas después de recibir el diagnóstico. En general, era consciente de que el cáncer de páncreas era una de las peores formas de cáncer, pero decidí no intentar autodiagnosticarme.
Me sometí al procedimiento de Whipple el 8 de febrero de 2008. El análisis de laboratorio después de la cirugía confirmó que tenía cáncer de páncreas en estadio I. Dos días después de la cirugía, estaba de vuelta en el quirófano para una cirugía de emergencia, porque los puntos de sutura en el páncreas se habían abierto y tenía una hemorragia. Después de la cirugía, estuve en cuidados intensivos alrededor de 10 días y necesité varias transfusiones de sangre. También tuve varias infecciones internas persistentes que requirieron tratamiento constante. Tenía vías centrales de inserción periférica (catéteres largos y delgados introducidos en las venas) en ambos brazos porque me tenían que dar tantas infusiones intravenosas. Esta segunda cirugía fue el motivo por el que mi estadía en el hospital duró cinco semanas.
Me alimentaron por vía intravenosa mientras estuve en el hospital y durante aproximadamente tres semanas después de regresar a casa. También me administraron insulina mientras esperábamos a ver si mi páncreas volvía a funcionar.
Alrededor de dos meses después de salir del hospital, consulté al oncólogo Dr. David Beard y comencé la quimioterapia con gemcitabina (Gemzar). Recibí tratamiento por vía intravenosa una vez a la semana durante alrededor de una hora cada vez durante tres semanas seguido de una semana de descanso. Esto continuó durante cuatro o cinco meses. Siempre me daba sueño después de cada infusión. Finalicé el tratamiento en julio de 2008.
La vida después del cáncer de páncreas
Desde que finalizó la quimioterapia, no he recibido ningún otro tratamiento directamente relacionado con el cáncer. Tomo el suplemento de enzimas pancrelipasa tres veces al día con las comidas para facilitar la digestión. La pancrelipasa es necesaria porque mi páncreas no produce enzimas de manera normal. También tomo omeprazol (el nombre genérico de Prilosec) dos veces al día para controlar la acumulación de ácido en el estómago. Dado que el estómago estuvo involucrado en el procedimiento de Whipple, ahora soy propenso a tener úlceras estomacales, en particular en las zonas donde tenía puntos de sutura internos. Mi páncreas funciona, por lo que no tengo diabetes ni tengo que usar insulina.
La cirugía y la quimioterapia fueron eficaces: el cáncer ha desaparecido. Sin embargo, la quimio afectó negativamente mi capacidad auditiva y ahora soy sordo del oído izquierdo y semisordo del derecho. Me jubilé a los 70 años (ahora tengo 73) debido a la pérdida de la capacidad auditiva.
Cuando me jubilé, mi esposa y yo nos mudamos a Boalsburg, Pensilvania, para estar cerca de nuestros nietos. Una vez al año, consulto con el Dr. Nilesh Patel, un oncólogo que forma parte del Geisinger Health Plan.
Cuando era joven, participaba en carreras de natación en aguas abiertas en San Francisco. Después del cáncer de páncreas, mis tres hijas insistieron en que retomara la natación en aguas abiertas. Desde el cáncer, he participado en siete carreras de natación en aguas abiertas. La carrera más larga fue de 6.2 millas (10 km) desde el Golden Gate Bridge hasta el San Francisco Bay Bridge en 2017. He nadado la distancia del Golden Gate 20 veces y obtuve el cuarto mejor tiempo en un cruce en una sola dirección y el mejor tiempo para un hombre en un cruce de ida y vuelta.
Ed y su esposa Kathie nos cuentan su historia en el video “Every Day is a Good Day (Cada día es un buen día)”.