Mucho más tiempo que lo que esperaba inicialmente
- Quimioterapia, SBRT y un procedimiento de Whipple para comenzar el tratamiento
- El cáncer regresa; quimioterapia con FOLFIRINOX
- Después de otra recurrencia, más quimio
Me diagnosticaron cáncer de páncreas en junio de 2013.
Tenía diarrea, pero no le di importancia. Luego, un día las heces eran de color blanco y la orina oscura. Eso me llamó la atención. Por casualidad, tenía una cita con el urólogo ese día, y él me envió a los médicos adecuados. Después de una ecografía, una resonancia magnética y una endoscopia de la parte alta del tubo digestivo, entendimos qué andaba mal.
Después del diagnóstico, fui al Sylvester Comprehensive Cancer Center en Miami, Florida, donde consulté al Dr. Caio Max Rocha Lima (que ahora trabaja en Atrium Health Wake Forest Baptist, en Carolina del Norte). Según su recomendación, comencé quimioterapia con una combinación de Gemzar y cisplatino.
Luego fui a Johns Hopkins en Baltimore, donde me atendió el oncólogo Zeshaan Rasheed (que ahora trabaja en AstraZeneca). En enero de 2014, me sometí a un tratamiento de SBRT en el tumor con el Dr. Joseph Herman (que ahora trabaja en Northwell Health en Nueva York). Estos tratamientos permitieron que el Dr. Kenzo Hirose (que ahora trabaja en University of California, San Francisco) me hiciera la operación de Whipple en marzo de 2014. Lamentablemente, en agosto de 2014, el cáncer regresó y se diseminó a otras partes del cuerpo. El cáncer ahora estaba en estadio IV.
Volví a Sylvester, donde comencé un nuevo régimen de quimioterapia con FOLFIRINOX. Durante un año, FOLFIRINOX mantuvo el cáncer bajo control, y no era visible en las tomografías. Luego seguí una quimioterapia de mantenimiento, más liviana (5-FU y leucovorina) que mantenía al cáncer controlado y me provocaba menos efectos secundarios.
Pero, en octubre de 2016, el cáncer se volvió visible en las tomografías, y recibí una combinación de quimioterapia con Gemzar y Abraxane. Después de nueve meses, el cáncer se veía pequeño en las tomografías, pero el marcador CA 19-9 subió. Me programaron una cirugía con NanoKnife para mediados de agosto de 2017 con el Dr. Govindarajan Narayanan, pero las tomografías prequirúrgicas mostraron que la ubicación no era un tumor, sino la anatomía del aparato digestivo después de la operación de Whipple, por lo que no me hicieron el tratamiento.
Estar informado
El camino no siempre fue fácil. Tuve efectos secundarios como, en varias ocasiones, diarrea, neuropatía, calvicie y cansancio. Tuve que tomar algunas decisiones difíciles sobre el tratamiento, pero funcionaron. Estoy en estadio IV, pero todavía vivo y disfruto de la vida.
Mantenerme informado sobre los tratamientos médicos fue esencial. Leí en Internet foros sobre cáncer de páncreas; leí materiales de Let’s Win y hablo con otras personas que luchan contra la enfermedad. Veo al Dr. Jaime Merchan, un oncólogo en Sylvester, y al Dr. Dung Le, un oncólogo en Johns Hopkins. Les hago preguntas y tomo notas de sus respuestas.
Me he hecho pruebas genómicas del tumor. Estas revelaron que tengo muchas mutaciones genéticas, pero estos resultados todavía no han influido en mi tratamiento. La ciencia avanza rápidamente, así que es posible que me pueda hacer otras pruebas en el futuro.
Aún no he participado de un ensayo clínico, pero he conversado con mis médicos sobre esa opción. Les sigo el rastro a los ensayos para considerar cuándo participar en uno.
La vida con cáncer de páncreas
Cuando recibí el diagnóstico en junio de 2013, me dijeron que no había grupos de apoyo para los sobrevivientes del cáncer de páncreas, porque no viven lo suficiente para formar un grupo. Después de un año, me di cuenta de que eso estaba mal. Así que, con la ayuda de otras personas, creé un grupo llamado Pancreatic Cancer Group of South Florida (Grupo de cáncer de páncreas del Sur de Florida). Los sobrevivientes a largo plazo del cáncer de páncreas nos reunimos cada pocos meses. Nos contamos nuestras historias y experiencias. Los especialistas médicos nos envían noticias. Celebramos los éxitos y lamentamos las pérdidas. Nos hemos convertido en una comunidad.
Reconozco que es probable que tenga una vida más corta debido al cáncer de páncreas. Pero mis tratamientos hasta el momento me han dado mucho más tiempo del que esperaba. Y pienso que si resisto lo suficiente, tal vez los científicos encuentren un tratamiento (quizás inmunoterapia) que transformará el cáncer de páncreas en una enfermedad crónica en lugar de una sentencia de muerte, que con frecuencia lo es.
Cinco meses después de la publicación de su historia, Robert falleció. El grupo de apoyo que él creó continuará brindando ayuda y educación a otros enfermos de cáncer de páncreas. Ofrecemos nuestro más sincero pésame a su familia.