Uno de los más afortunados pacientes con cáncer de páncreas en estadio IV
- Un singular síntoma conduce a un diagnóstico rápido
- Participación en un ensayo clínico de inmediato
- Una buena reacción me permite llevar una vida activa
Me llamo Earl Groce, tengo 70 años y he sobrevivido a un cáncer de páncreas en estadio IV durante más de 2 años y medio. Como he dicho muchas veces, probablemente sea el más afortunado paciente con cáncer de páncreas en estadio IV que haya vivido.
Recibí el diagnóstico el 30 de septiembre de 2015 en Rowan Memorial Hospital de Salisbury, Carolina del Norte. Solo hablé dos veces con el médico que me dio el diagnóstico.
Consulté con el médico porque pensaba que tenía una hernia en el ombligo. Mi joven médico habitual estaba de viaje, por lo que consulté a su reemplazo. Después de examinarme, sugirió que me realizara una tomografía computarizada esa misma tarde. Cuando la tomografía estuvo lista, me dijeron que volviera a consultar con mi médico la mañana siguiente, aunque no tuviera cita.
La mañana siguiente, el médico me indicó que probablemente yo tenía cáncer de páncreas en estadio IV. La tomografía computarizada había revelado que tenía un tumor grande en el páncreas y otro en el hígado, al igual que varios tumores más pequeños en los pulmones y el tejido adiposo. El médico me programó una biopsia para el día siguiente, y esta confirmó que tenía cáncer de páncreas. Resultó que lo que yo creía que era una hernia en el ombligo era en realidad un nódulo de la hermana María José, un signo externo de que hay cáncer interno.
Le dije al médico que me dio el diagnóstico que normalmente tenía muy buena suerte, pero sentía que se me acababa de terminar. Sin embargo, tuve MUCHA SUERTE al haber consultado a un médico general muy experimentado, quien inmediatamente sospechó que yo tal vez tenía una especie de cáncer interno. Y, afortunadamente, mi diagnóstico inicial demoró menos de 24 horas.
Con más suerte, consigo un ensayo clínico
También tengo MUCHA SUERTE de tener una hija que es cirujana oncóloga con años de experiencia con el tratamiento del cáncer de páncreas. Inmediatamente vino a casa para orientarme en la selección de mi médico. Comenzó a llamar a especialistas en cáncer de páncreas donde resido. Su investigación nos condujo a una oncóloga de Wake Forest Cancer Center en Winston Salem.La Dra. Angela Alistar (que ahora trabaja en Morristown, Nueva Jersey) emplea un método agresivo contra el cáncer de páncreas. Afortunadamente, Wake Forest Cancer Center es un hospital universitario y de investigación 20 veces más grande y 20 millas (32 km) más cerca de mi casa que Rowan Hospital. ADEMÁS, por suerte, la Dra. Alistar buscaba participantes para un ensayo clínico de fase I sobre un nuevo medicamento llamado CPI-613. Después de escuchar todas mis opciones, firmé rápidamente para participar en el ensayo clínico. Fui AFORTUNADO de ser uno de los últimos pacientes en ingresar en ese ensayo clínico.
La Dra. Alistar, mi hija y el médico, al igual que nuestro enfermero del estudio, trabajaron arduamente para prepararme para la primera quimioterapia. El tiempo que pasó desde el diagnóstico inicial hasta mi primera quimio fue de solo dos semanas. En esas dos semanas, me colocaron una vía de acceso, me realizaron el análisis de sangre inicial, otra tomografía computarizada y mi primera resonancia magnética (RM), e hice un viaje a Walt Disney World con mi esposa, mi hija, su esposo y tres nietos.
El ensayo clínico consiste en dos medicamentos quimioterapéuticos: una cantidad modificada de FOLFIRINOX y el medicamento en estudio CPI-613. Recibo quimio cada dos semanas. Los martes recibo la dosis principal (llevo puesta una bomba durante 46 horas que me administra 5-FU). Los jueves me retiran la bomba y me administran otra inyección de CPI-613.
Mi primer análisis de sangre reveló un CA 19-9 de 2500. Después de cuatro semanas, este había subido a 10,000. No obstante, después de la tercera ronda de quimio, comenzó a disminuir. Cuando tracé la disminución de estos números, se formó el gráfico más hermoso que había visto en mi vida. Tras solo 11 meses de quimio, mi CA 19-9 disminuyó por debajo de 35 (35 es lo normal) y se mantuvo bajo desde entonces. En mi análisis de sangre más reciente de mayo de 2018, era de 7.2.
Como parte del ensayo clínico, me hicieron tomografías computarizadas y resonancias magnéticas después de cada cuatro rondas de quimio. En mi primera tomografía después de comenzar el tratamiento, el tamaño de tumores se había reducido en aproximadamente un 30 por ciento. Después de alrededor seis meses de quimio, los tumores de los pulmones y del tejido adiposo aparentemente habían desaparecido. Después de un año, los tumores del hígado y el páncreas parecían ser solo tejido cicatricial. Afortunadamente, ninguna tomografía ha sido peor que la anterior.
Muchos pacientes no toleran el FOLFIRINOX. Por suerte, yo lo toleré bien. No sé si soy yo, la cantidad levemente reducida que se usó en el ensayo clínico o la combinación de FOLFIRINOX más CPI-613. Sea como sea, la quimio no me afectó negativamente.
La vida con quimio
Soy bastante activo para ser una persona normal de 70 años. SÉ que soy activo para ser una persona de 70 años a la que se le diagnosticó cáncer de páncreas en estadio IV hace 30 meses. Me siento bien 12 de los 14 días del ciclo de quimio; los dos días que me hago la quimio me siento como si tuviera gripe. He tenido algunos episodios de diarrea que pudieron controlarse con unos pocos medicamentos adicionales. Terminé mi ronda número 60 de quimio a principios de mayo (casi nadie ha tenido 60 rondas de FOLFIRINOX). Me hice mi conjunto de tomografías número 16 poco después de la quimio. Con el nivel de CA 19-9 que tengo, creo que no habrá señales de cáncer.
Afortunadamente, fui uno de los últimos pacientes en participar en el ensayo clínico. Dado que los cuatro pacientes a los que se les retiró la quimioterapia tuvieron que volver a someterse a diferentes tratamientos, la Dra. Alistar y el Dr. George Yacoub han decidido ver qué sucederá si no se me retira la quimio. Debo seguir recibiéndola mientras el cuerpo me lo permita. Hasta ahora, los análisis de sangre no revelan problemas importantes. Me siento bien.
Viajar de aquí para allá
Cuando me jubilé en julio de 2015, mi esposa y yo comenzamos a viajar en nuestra pequeña casa rodante. En agosto de 2015, hicimos un viaje al oeste, que incluyó una parada en el festival Burning Man; esta fue la primera vez que asistimos al festival de arte de una semana en el desierto al norte de Reno, Nevada. Tres semanas después, recibí el diagnóstico. Unos días más tarde, mi esposa me abrazó, me miró a los ojos y me dijo: “VOLVEREMOS a Burning Man el año próximo”. Recuerdo que pensé para mis adentros, te amo, pero sabes que tengo cáncer de páncreas en estadio IV, así que es poco probable que YO regrese. Pues bien, volvimos en 2016. Y luego en 2017. Mi esposa ha comprado entradas para que vayamos también este año.
Ella y yo viajamos mucho. Mi hija médica y su familia viven a aproximadamente 14 horas de distancia y nos visitamos cuatro veces al año. Hemos ido de vacaciones familiares a Cayo Hueso, Yellowstone, Destin (Florida), Asheville (Carolina del Norte) y hemos hecho numerosos viajes familiares a Wilmington, Carolina del Norte, donde vive mi hijo. Realizamos un viaje familiar a Cancún, donde hice buceo.
No tengo idea de qué me traerá el futuro, pero les digo a todos que si se les diagnostica esta terrible enfermedad y tienen la oportunidad de participar en algún ensayo clínico: ¡HÁGANLO!
Actualización sobre mi vida
Ahora es mayo de 2019, aproximadamente un año desde que conté mi historia. Todavía recibo quimio cada dos semanas. Esta semana comienzo mi ronda 84 de FOLFIRINOX más el medicamento experimental CPI-613. La semana que viene me hago la RM y la tomografía computarizada número 22. Por un par de días durante la quimio tengo síntomas de gripe, pero son soportables. Sigo atribuyéndole al CPI-613 seguir con vida. ¡Es realmente sorprendente!
El pasado agosto mi esposa Juanita y yo fuimos por cuarta vez al festival Burning Man, y en diciembre celebramos nuestro aniversario de bodas número 50 rodeados de 70 familiares y amigos. Todavía visitamos a nuestros nietos en Canadá varias veces al año. Siempre manejo las 735 millas (casi 1200 kilómetros) de ida y de vuelta. Sigo trabajando en la casa y el jardín. En octubre del año pasado, mi esposa y yo compramos un pequeño apartamento en Carolina Beach. Todavía lo estamos decorando. A menudo vamos a la playa frente al apartamento. ¡La vida es BUENA!
Mire a Earl contar su historia en el video “Esperanza en el futuro”.