Perfil molecular: Conocer su tumor
Algunas personas les ponen nombre, otras prefieren mantener su relación estrictamente profesional. De cualquier forma, es una buena idea conocer su tumor, a nivel molecular.
Los tumores son tan singulares como sus dueños. Los pacientes con el mismo tipo de cáncer no necesariamente reaccionan de la misma forma a los mismos tratamientos. A fin de asignar a los pacientes el tratamiento adecuado, los médicos buscan instrucciones en el propio manual de instrucciones del cuerpo: el ADN.
Términos tales como “pruebas genéticas” y “perfil molecular” se intercambian cada vez con más frecuencia, en particular en esta era emergente de medicina de precisión. Pero, ¿qué significan exactamente?
Pruebas genéticas
Tal como se explica en “El ABC de las pruebas genéticas,” el cáncer de páncreas es fundamentalmente una enfermedad genética ocasionada por cambios en el ADN. La mayoría de los casos son causados por mutaciones que se acumulan con el tiempo, pero aproximadamente el 10 por ciento puede atribuirse a mutaciones hereditarias. Las pruebas genéticas se centran en esas mutaciones hereditarias, y en las pruebas se pueden buscar mutaciones en ciertos genes para determinar si la persona está predispuesta a la enfermedad. Por ejemplo, una de las mutaciones que causa cáncer más conocida es BRCA, la cual a menudo se asocia con el cáncer de mama y de ovario y, en menor medida, con el cáncer de páncreas y de próstata.
Ese conocimiento también puede ser útil para orientar el tratamiento en caso de que se padezca cáncer, ya que los tumores con determinados tipos de mutaciones pueden reaccionar mejor a algunos tipos de quimioterapia. Por ejemplo, la quimioterapia con platino y los inhibidores de PARP son los tratamientos más exitosos en pacientes con BRCA.
Perfil molecular
El perfil molecular lleva las pruebas genéticas a otro nivel. Esas pruebas, que se realizan en muestras del tejido del tumor, analizan el ADN, el ARN y las proteínas de las células cancerosas para extraer información que se pueda utilizar para determinar el tratamiento a usar. Las pruebas se pueden realizar mediante el uso de diferentes tecnologías, que van desde relativamente simples a supercomplejas.
La inmunohistoquímica (immunohistochemistry, IHC), por ejemplo, determina el nivel de expresión proteica en un tumor. Cuando el ADN muta, provoca cambios en las proteínas que pueden estimular el crecimiento del tumor, la supervivencia de las células cancerosas o la resistencia al tratamiento del cáncer. Algunos medicamentos han sido diseñados para actuar sobre las vías de síntesis de esas proteínas.
La secuenciación de nueva generación (next-generation sequencing, NGS) es otra categoría de pruebas que implica el análisis exhaustivo del ADN para detectar cambios en su estructura. Saber dónde se encuentran esas fallas puede ayudar a identificar otros medicamentos que actúen sobre esos “talones de Aquiles” de los genes.
Cómo funciona
Se envía una muestra de la biopsia de su tumor a un laboratorio, donde se somete a una serie de pruebas genéticas avanzadas para crear un mapa genético o identificar “biomarcadores” como proteínas que dan indicios del estado de su cáncer. Entonces, el perfil resultante de su tumor puede compararse con miles de estudios publicados e informes de otros pacientes para identificar los tratamientos a los que es probable, o no, que su cáncer responda.
Los pacientes con cáncer de páncreas tienen la oportunidad de que su tumor sea analizado como parte de programas tales como Conozca su tumor de Pancreatic Cancer Action Network. Además de obtener información valiosa sobre su propio tumor, los participantes se vuelven parte de una iniciativa de investigación global. La base de datos del registro de pacientes se creó para buscar patrones en los tratamientos, en el control de los efectos secundarios y en el diagnóstico con el afán de mejorar fundamentalmente las opciones de tratamiento y la respuesta de los pacientes.
Cómo se utiliza
En algunos casos, el perfil molecular puede ayudar a los pacientes y sus médicos a decidir entre los tratamientos existentes.
Este es el enfoque que se utiliza en el Medical College of Wisconsin (MCW). En esa institución, recientemente se realizó un ensayo en pacientes con la enfermedad en fase inicial, en el que se utilizó el perfil molecular para buscar seis características genéticas que se sabe que están vinculadas con la sensibilidad a medicamentos específicos, como el transportador ENT1 (vinculado a la gemcitabina quimioterapéutica). El trabajo que se está haciendo en MCW se menciona en el artículo “Medicina de precisión desde el inicio del cáncer de páncreas”.
Sin embargo, las pruebas moleculares se utilizan más comúnmente para ayudar a identificar candidatos para los ensayos clínicos, en los que se prueban nuevos tratamientos en pacientes que no han respondido a los tratamientos existentes o cuyo cáncer ha avanzado.
La Dra. Johanna Bendell, directora de desarrollo y del Programa de investigación de cáncer gastrointestinal de Sarah Cannon Research Institute, en Nashville, Tennessee, aseguró en un reportaje de video de 2016 en OncLive que los beneficios del perfil molecular han sido mayores en cánceres que tienen opciones de tratamiento más amplias. Pero se mostró optimista de que eso cambiará a medida que se elaboren nuevos medicamentos para el cáncer de páncreas. En el video señaló que no han sido muchos los pacientes con cáncer de páncreas que se han beneficiado con estas pruebas, pero que pueden ser útiles para incluir a los pacientes en ensayos clínicos.
El perfil molecular puede hacer una gran diferencia. Tal como Mike Levine explicó en su historia, el perfil molecular mostró que la quimioterapia a la que se sometió al comienzo del tratamiento no era la adecuada para su genética. Su nuevo tratamiento, el cual incluye gemcitabina, es mucho mejor para combatir el cáncer de páncreas que él tiene.