Tratamiento de la enfermedad
20 de julio, de 2020 • 9 Min

A la mesa: Cómo cuidarse durante la pandemia de COVID-19

illustration of a green round table with orange chairs

Si bien la pandemia de COVID-19 se ha calmado en el noreste y el noroeste de América del Norte, está muy activa en Texas, Arizona, Georgia y Florida, lugares que no tuvieron tanta diseminación del virus en abril y mayo.

Preguntamos a sobrevivientes del cáncer de páncreas de toda América del Norte cómo los ha afectado la pandemia y qué están haciendo para mantenerse a salvo. En la mesa hay un grupo de defensores activos, incluidos John Moisan de Dakota del Sur; Camille Moses del sur de Florida; Sandy Robis de Ontario, Canadá; William Ramshaw del este de Washington y Steven Merlin del área metropolitana de Nueva York.

¿Cómo se están cuidando durante la pandemia de COVID-19? ¿Se quedan en casa y utilizan los servicios de entrega a domicilio para obtener comida?

Camille: No he socializado mucho desde el 7 de marzo, solo salgo a buscar comida y otras cosas esenciales. Mi único placer fue arreglarme el pelo a finales de junio. Pero en este momento (mediados de julio) el sur de Florida es uno de los peores lugares para estar. Por eso, estoy más preocupada, incluso a veces entro en pánico.

Sandy: Comencé a aislarme voluntariamente el 11 de marzo. Por suerte, mi querido vecino hizo mis compras de comestibles y, a cambio, hice comidas que compartí con ellos, ¡así ganamos todos! Mi familia también traía comida: hacíamos visitas de 10 minutos con distanciamiento social en la entrada para coches de mi casa. Afortunadamente, la farmacia me envía los medicamentos.

Limpio todo lo que llega y lavo las frutas y verduras antes de guardarlas. Y me lavo las manos como una loca, no me toco la cara y tengo toda una colección de mascarillas.

William: La mayor parte del tiempo, me quedo en mi casa. Vivimos en el campo, por lo que utilizar los servicios de entrega de alimentos no es una opción. Cocinar en casa es una excelente manera de experimentar con la comida; hay algo muy satisfactorio en probar una receta y que salga como en la fotografía.

Steven: Siempre he sido una persona proactiva, por lo que normalmente tengo un amplio suministro de alimentos no perecederos y artículos para la salud y de consumo en casa, y solo tengo que comprar alimentos perecederos y medicamentos recetados. Cuando necesito hacer compras al por mayor, voy en el momento en que está más tranquilo, cuando hay pocos clientes y no hay que esperar en la caja. De hecho, utilizo las cajas de autopago todo lo que puedo. Los tres supermercados de mi área hacen cumplir la política de uso de mascarillas, desinfectan los carritos y tienen puestos de desinfectante de manos.

En casa, dejo separados mis nuevos paquetes en lugar de desinfectarlos. En general, los uso más de 72 horas después de comprarlos. La única excepción son las frutas y verduras frescas, que se lavan inmediatamente cuando entran en la casa.

¿Han pospuesto las consultas médicas?

Sandy: Cuando comencé a aislarme, me comuniqué con mi equipo médico de inmediato, para escuchar su consejo sobre lo que debería y no debería hacer. Una cosa que hice fue reponer mis medicamentos en caso de que hubiera escasez. Mis médicos dijeron que estaba haciendo todo lo correcto al seguir las pautas de salud pública y tener mucho cuidado. El estrés puede hacer cosas locas en la mente y el cuerpo, especialmente si la diabetes es difícil de controlar, así que tuve que vigilar mis niveles de glucosa en sangre con más cuidado. Mis tomografías computarizadas y análisis de laboratorio nunca se cancelaron, pero hago mis citas con el médico por teléfono o virtualmente.

William: Pienso dos o incluso tres veces antes de ir a ver a cualquiera de mis médicos o ir a un laboratorio para una extracción de sangre, porque allí es donde van los que están enfermos. El lado positivo es que ha sido mucho más fácil conseguir una cita. La telemedicina está bien, pero prefiero ver a mis médicos cara a cara porque si no, se pierde la riqueza de la experiencia del contacto personal.

Steven: Siento que las desventajas de retrasar las citas médicas o dentales son mayores que los beneficios. He acudido a las citas médicas durante la pandemia, utilizando el transporte público para ir de mi casa a Manhattan. Esto fue mucho antes de que el uso de mascarillas fuera obligatorio, e incluso antes de que se sugiriera su uso. Programé mis citas para evitar multitudes en las horas pico y me senté lejos de todos.

Me detectaron una caries durante una limpieza dental de rutina poco antes del aislamiento en Nueva York y Nueva Jersey. Pude encontrar un dentista cerca de casa que tiene protocolos estrictos de limpieza y de seguridad.

Mis citas de oncología desde finales de marzo en adelante han sido por telemedicina. Sin embargo, necesité acudir a una visita en persona debido al aumento de los síntomas de fatiga por anemia, causada por dos años de quimioterapia intensa. El centro oncológico estaba restringido a pacientes con quimioterapia activa, y no se permitían visitas. La sala de espera se preparó para cumplir con el distanciamiento social, todos tenían que usar mascarillas y había abundante desinfectante de manos disponible. La programación de las citas estaba bien coordinada para que nadie estuviera en la sala de espera más de lo necesario.

¿Pueden salir o mantenerse ocupados?

Camille: ¡Gracias a Dios que tengo un patio y una piscina! A veces damos paseos por nuestro vecindario, pero siempre usamos mascarillas; de hecho, yo uso dos mascarillas juntas. También llevo toallitas húmedas. Siempre las llevo conmigo desde el tratamiento, porque todavía tengo un recuento bajo de glóbulos blancos y plaquetas, entre otros problemas de salud.

Steven: He mantenido mi rutina de caminatas de entre tres y cinco millas (casi 5 a 8 km) diarias desde que comenzó la pandemia. Me gusta la jardinería y he pasado bastante tiempo en mi jardín. Cuando tengo que hacer viajes a un centro local de jardinería, suelo ir temprano en la mañana, ya que suele estar menos concurrido.

Uso una mascarilla siempre que no es posible practicar el distanciamiento social. No uso una mascarilla durante los paseos solitarios o en bicicleta, pero llevo una en el bolsillo por si la necesito.

William: Además de los problemas médicos obvios que conlleva ser un sobreviviente del cáncer de páncreas durante seis años, encuentro que la falta de estímulos positivos es un desafío. Ver las noticias es una solución rápida, pero como un subidón de azúcar, desaparece demasiado rápido. Con los casos de COVID en aumento una vez más, hay tantas cosas que van mal en este momento, por lo que ver las noticias solo exacerba la sensación de desesperanza. Para contrarrestar esto, he descubierto videos gratuitos de YouTube sobre una amplia variedad de temas. También estoy tratando de leer más porque me inspira a escribir más, lo que me permite ofrecer esperanza y aliento a quienes enfrentan el cáncer de páncreas.

Intento salir todos los días. Uno de los mejores consejos que he recibido recientemente es que si uno no tiene nada que hacer debe creárselo. Esta primavera lavé mi terraza con una hidrolavadora y la restauré, aireé y fertilicé mi huerto, construí canteros elevados en mi jardín grande y reparé o reemplacé varias cosas de la casa que estaban rotas, entre otras cosas. Los días que no puedo salir, trato de ir al gimnasio. Probablemente, esto no sea recomendable, especialmente para quienes están en tratamiento, pero no hacer suficiente ejercicio tiene sus riesgos para la salud. Tomo todas las precauciones posibles en el pequeño gimnasio al que voy. Antes de usar una máquina, la limpio a fondo. Tengo cuidado de no tocarme la cara. Una vez en casa, lo primero que hago es cambiarme y ducharme.

¿Han estado viendo a familiares y amigos conservando la distancia?

John: Nuestros hijos y nietos se encuentran en Denver, Fayetteville (Carolina del Norte), Houston y Sioux Falls (Dakota del Sur). Todos esos lugares son focos de COVID-19. Es difícil no poder ir a verlos, pero mi esposa y yo tenemos nuestra salud comprometida. Volar es riesgoso y conducir requiere permanecer en moteles donde no estamos seguros de que se haya realizado la limpieza adecuada, por lo que viajar a cualquier lugar es preocupante.

Estamos dispuestos a correr el riesgo de ver a nuestros hijos y nietos, pero ellos se preocupan más por nosotros que nosotros mismos. Sin embargo, los hemos visto en ocasiones y hemos ignorado el distanciamiento social: nos abrazamos y nos acercamos.

Algunos de nuestros amigos tienen problemas de salud o edad similares, y están realmente paralizados por el miedo a la COVID-19. Su vida durante el aislamiento es terrible. Nosotros NO estamos paralizados por el miedo… simplemente somos cuidadosos. Pero también estamos muy aburridos.

Sandy: ¡El hecho de que tengas que distanciarte físicamente no significa que tengas que distanciarte socialmente! Durante el aislamiento me mantuve en contacto virtualmente con familiares y amigos y mis compañeros guerreros del cáncer de páncreas, pero también me volví a conectar con personas con las que no había hablado en años, ¡algo enormemente positivo! Aproveché el tiempo para dar más apoyo en forma activa, para continuar ayudando a otros sobrevivientes y cuidadores, y para dar a conocer mi historia con la esperanza de inspirar a otros a continuar luchando. Esto incluye un podcast con Project Purple y, por supuesto, mi historia con Let’s Win.

Salgo con más frecuencia ahora (julio), pero soy extremadamente cuidadosa: fui una de las primeras en adoptar las medidas de cuidado, con mascarillas y guantes quirúrgicos que me quedaron de mis días de quimioterapia. Me mantengo alejada de los lugares de alto riesgo o de las personas que no siguen los consejos de salud pública; ciertamente no quiero infectar a otra persona inadvertidamente y espero que los demás me tengan el mismo respeto.

William: En este momento, todos están muy alerta para detener el contagio de la COVID-19, especialmente a alguien como yo que podría morir a causa de ella. Mi familia vive a una hora o más de distancia, por lo que rara vez me visitan. Y he suspendido los almuerzos o el café con los buenos amigos.

Steven: Me comunico con varios amigos mayores por teléfono o paso a verlos. Como tengo amigos repartidos por todo el país y en Europa, las videollamadas son una buena opción. Utilizo Internet para leer sobre los últimos avances en cáncer de páncreas, tomar cursos en línea de idiomas extranjeros y ver videos de proyectos manuales “hágalo usted mismo”. También me mantengo en contacto con otros pacientes y sobrevivientes del cáncer de páncreas para asegurarme de que estén bien y participo en las reuniones mensuales del grupo de apoyo en Zoom organizadas por el Pancreas Center of NewYork-Presbyterian Medical Center de Nueva York.

Al visitar amigos cercanos, seguimos los protocolos del uso de mascarillas y el distanciamiento social. La cena es al aire libre y por lo general no somos más de seis personas.

¿Sus tratamientos contra el cáncer de páncreas han afectado la visión que tienen de la COVID-19?

Sandy: Dado que sobreviví al cáncer en dos ocasiones (de mama y páncreas) y padezco diabetes de tipo 3c, debo ser sumamente cuidadosa. Pero, honestamente, no me asusté en absoluto. Cuando se vence al cáncer dos veces, uno comprende lo importante que es cuidarse y escuchar a los profesionales de la salud y al mismo tiempo continuar viviendo la vida.

John: Ni mi esposa (que tuvo un derrame cerebral en 2010) ni yo tenemos “miedo” de que el coronavirus nos mate como lo habríamos tenido antes de que nuestra salud se viera comprometida. Es interesante que una vez que se mira a la muerte a los ojos (como lo hemos hecho ambos), el “MIEDO” desaparece. Por la gracia de Dios, logré hacer retroceder una de las enfermedades más horribles en este planeta, lo que ha creado un nuevo espíritu en mí que nunca supe que existía. Estoy orgulloso y creo que el cáncer de páncreas me ha ayudado a encontrar “mi verdadero yo”.