Tratamiento de la enfermedad
19 de abril, de 2022 • 4 Min

Seguridad durante el verano para pacientes con cáncer de páncreas

women and children walking at an outdoor market

City of Greeley; Flickr

Por supuesto, el verano está lleno de diversión, viajes y juegos, pero también está lleno de posibles riesgos para la salud, en especial si se tiene cáncer de páncreas.

De hecho, las temperaturas abrasadoras van de la mano de una serie de efectos secundarios: desde quemaduras solares hasta enfermedades relacionadas con el calor. Los pacientes que padecen cáncer de páncreas enfrentan riesgos de salud adicionales, ya que el calor extremo puede exacerbar los efectos secundarios del tratamiento.

“Los pacientes con cáncer pueden ser particularmente sensibles al sol y pueden tener problemas para regular la temperatura del cuerpo”, dice Debbie Soldano, enfermera practicante y coordinadora de pacientes con cáncer de páncreas en UC San Diego Health’s Moores Cancer Center.

Para ayudarle a pasar el verano ileso, tenemos soluciones fáciles para los peligros más frecuentes del verano.

Posibles peligros

Deshidratación

Mantenerse hidratado puede ser un desafío para los pacientes con cáncer, incluso en temperaturas templadas. Tal vez sus papilas gustativas se hayan visto afectadas por la quimioterapia. O tal vez las náuseas y los problemas digestivos le impiden comer y beber con regularidad. Agregue la diarrea inducida por los medicamentos y el calor extremo y no es extraño que muchos pacientes con cáncer de páncreas no lleguen a su cuota diaria de agua.

Según Soldano, los pacientes que se someten a un procedimiento de Whipple con frecuencia tienen poco apetito y pueden tener dificultad para ingerir suficiente comida y agua. “Se sienten llenos incluso cuando beben pequeñas cantidades de líquido”, señala. Pero consumir suficiente líquido ayuda a que la sangre transporte nutrientes y oxígeno por todo el cuerpo y a eliminar las toxinas y prevenir el daño renal, por lo que es importante.

Respuesta fácil: manténgase alejado del calor, sobre todo durante el ejercicio, y beba mucho líquido (dos litros diarios es una buena regla general). Evite las bebidas alcohólicas y la cafeína, ya que ambas pueden empeorar la deshidratación. Y consuma productos ricos en agua, como pepinos, apio, lechuga, sandía, melón, duraznos y uvas. Lo más importante, preste atención a los signos de deshidratación:

  • Orina oscura
  • Agotamiento
  • Mareo
  • Dolor de cabeza
  • Labios o piel secos o agrietados

Mayor riesgo de infección

La quimioterapia hace que el número de glóbulos blancos caiga en picada. A su vez, esto hace que usted sea más vulnerable a todo, desde las enfermedades transmitidas por los alimentos hasta las bacterias transmitidas por el agua. Nadar en espacios públicos, hacer un pícnic al aire libre y viajar en avión o tren pueden representar una amenaza para los pacientes con cáncer de páncreas que ya tienen un sistema inmunitario debilitado. La radioterapia también puede causar problemas, ya que hace que la piel sea más sensible a los productos químicos que se usan en el agua de las piscinas.

Respuesta fácil: en general, es mejor evitar nadar en piscinas públicas, estanques y lagos (las bacterias prosperan en aguas cálidas), sobre todo si tiene pérdida de la integridad de la piel. Incluso el océano puede albergar bacterias que se transmiten por el agua. Para prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos, traiga sus propias comidas, guárdelas a una temperatura adecuada y no comparta los utensilios con otras personas.

¿Se va de vacaciones durante el verano? Pregúntele a su médico si debe usar una mascarilla y trate de mantener la distancia física entre usted y los demás pasajeros mientras viaja.

Golpe de calor

Si se expone a altas temperaturas, el cuerpo puede tener dificultad para enfriarse. Pasar mucho tiempo en el calor también puede provocar un cansancio abrumador. “El sol dilata los vasos sanguíneos y eso aumenta el metabolismo”, dice Soldano. En otras palabras, el cuerpo trabaja mucho para mantenerle fresco.

Y, aunque los expertos están de acuerdo en que el ejercicio puede mejorar los desenlaces clínicos de los pacientes con cáncer de páncreas, es importante realizar las actividades en interiores durante el día para reducir el riesgo de sobrecalentamiento.

Respuesta fácil: manténgase alejado del calor, sobre todo cuando haga ejercicio. Beba mucho líquido para que le ayude a disipar el calor del cuerpo de manera efectiva. Use telas transpirables que disipan el sudor. Y si ha perdido el cabello, considere usar un gorro de quimioterapia en lugar de una peluca.

Lamentablemente, las siguientes señales de advertencia de agotamiento por calor y golpe de calor se superponen con los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, por lo que es fundamental permanecer alerta:

  • Dolores de cabeza
  • Náuseas y vómitos
  • Mareo
  • Estreñimiento
  • Agotamiento
  • Piel pálida y húmeda

Sensibilidad al sol

Ciertas formas de tratamiento, incluida la quimioterapia, la radiación y las terapias dirigidas, pueden aumentar la sensibilidad al sol. “Incluso algunos de los medicamentos que toman los pacientes para prevenir los efectos secundarios, como Zofran y dexametasona, pueden hacer que la piel sea más vulnerable al sol”, explica Soldano.

Los tratamientos sistémicos afectan a todo el cuerpo y pueden causar reacciones en la piel en cualquier parte del cuerpo. El tratamiento de radiación está dirigido a lugares específicos, por lo que solo esas áreas del cuerpo serán sensibles al sol.  Las cicatrices quirúrgicas también son susceptibles al daño solar.

Respuesta fácil: ya sea que esté bajo tratamiento para el cáncer o no, siempre debe ponerse un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar de 30 o más. Además, puede comprar ropa que protege del sol.

Si está en tratamiento activo, trate de permanecer en la sombra entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde, cuando los rayos del sol son más fuertes, y use un sombrero de ala ancha, anteojos de sol y ropa ligera cuando esté al aire libre.

“Si está limitando su exposición al sol, pídale a su médico que haga un análisis de sus niveles de vitamina D”, sugiere Soldano. “La vitamina D juega un papel importante en la función inmunitaria, y la deficiencia de vitamina D se ha asociado con ciertas enfermedades crónicas”.

Someterse a un tratamiento contra el cáncer es un desafío tanto para el cuerpo como para la mente. Además, los medicamentos como la quimioterapia pueden permanecer en su sistema de cuatro a seis semanas después de su última infusión. Por lo tanto, es extremadamente importante que escuche a su cuerpo cuando se trata de la cabeza y la exposición al sol.

Hay medidas simples de prevención que puede tomar para evitar los peligros del verano, pero “si de alguna manera no se siente bien, no dude en llamar a su médico”, dice Soldano. A veces, todo lo que se necesita es un poco de hidratación intravenosa para volver a ponerse en marcha. Pero si sufre una enfermedad transmitida por alimentos o relacionada con el calor, o tiene algún otro problema que aparece en el verano, puede ser útil buscar atención médica.