Un estudio de laboratorio revela que la dieta cetógena podría mejorar la quimioterapia
La dieta cetógena (keto diet) está de moda.
Es el sueño de los amantes de la comida grasosa. Cuenta con el respaldo de celebridades y es un tema frecuente en las redes sociales, donde se exaltan sus virtudes que van desde un milagro para bajar de peso hasta una receta para vivir más tiempo.
También está de moda un tema sobre la biología del cáncer. Los científicos intentan descubrir cómo la regulación metabólica está intrínsecamente relacionada con la progresión del cáncer. Después de todo, la viabilidad de las células cancerosas (en realidad, de todas las células) está regulada por el suministro de diversos nutrientes. Si se quitan esos nutrientes, se conjetura que la célula cancerosa morirá.
En un estudio preclínico publicado en la revista Med, los investigadores estudiaron el efecto sobre la progresión del tumor pancreático de combinar una dieta cetógena especial con un régimen quimioterapéutico triple. Los resultados de ese estudio se están trasladando a una investigación clínica.
La dieta cetógena más quimioterapia prolongan la supervivencia en ratones
El estudio preclínico, dirigido por el Dr. Joshua Rabinowitz, Ph.D., demostró que la dieta cetógena por sí sola no tenía ningún efecto sobre el crecimiento del tumor. Pero cuando se combinaba con quimioterapia, el tiempo de supervivencia se triplicaba respecto al que se obtenía con solo quimioterapia. “Fue un resultado muy emocionante. La primera vez que hicimos el experimento funcionó bastante bien, y de inmediato quise replicarlo. La buena noticia es que el resultado es bastante sólido en ratones”, indica Rabinowitz, director de Ludwig Cancer Research Princeton Branch y profesor del Departamento de Química y de Lewis-Sigler Institute for Integrative Genomics de Princeton University, Princeton, Nueva Jersey.
Pero los ratones no son seres humanos, “por eso, es muy importante hacer un estudio con seres humanos”, explica Rabinowitz. El régimen quimioterapéutico utilizado fue nab-paclitaxel, gemcitabina y cisplatino, quimioterapias convencionales para el cáncer de páncreas avanzado. En particular, aunque el beneficio terapéutico no dependía del sistema inmunitario, solo los ratones con un sistema inmunitario intacto sobrevivieron a largo plazo.
“Hemos visto progreso en el cáncer de páncreas, pero no es suficiente”, indica Rabinowitz, quien perdió a un tío abuelo y un amigo muy cercano a causa de esta enfermedad. “En la mayoría de los casos, el diagnóstico del cáncer de páncreas se hace en un estadio avanzado. Y aunque los regímenes quimioterapéuticos han mejorado en términos de estabilización o reducción del tamaño de los tumores, los beneficios para el paciente no duran mucho. No solemos alcanzar más de tres años de supervivencia, que es lo que se esperaría como mínimo. Así que hay que mejorar lo que tenemos”.
Años de investigación
En el estudio publicado actualmente, Rabinowitz y sus colegas realizaron numerosos experimentos durante varios años. Sus pacientes eran ratones diseñados para adquirir cáncer de páncreas o a los que se les implantaron tumores similares a los de enfermos con cáncer de páncreas. Los ratones recibieron una dieta normal rica en carbohidratos, o una dieta cetógena especialmente formulada; luego recibieron tratamiento convencional de quimioterapia con nab-paclitaxel, gemcitabina y cisplatino.
Rabinowitz y su equipo también realizaron estudios para explorar los efectos de la terapia combinada sobre el metabolismo del tumor. La glucosa es una importante fuente de energía para las células cancerosas. La insulina es una hormona que fomenta el cáncer. La dieta cetógena priva al cuerpo de carbohidratos, lo que reduce drásticamente la cantidad de glucosa e insulina disponible para las células. En este estudio los investigadores descubrieron que la dieta cetógena reducía los niveles de glucosa en el tumor maligno más que en los tejidos sanos, y al mismo tiempo suprimía significativamente los niveles de insulina.
Uno de los aspectos más conocidos de la dieta cetógena es que al carecer de azúcar o glucosa, el organismo descompone grasas y genera cetonas que las células queman para generar energía para sobrevivir. Una de esas cetonas es el 3-hidroxibutirato, un pequeño sustrato de combustible que puede reemplazar a la glucosa y alternarse con ella ante una deficiencia de energía y alimentos.
“En cierto sentido, es como un combustible muy poderoso que descarga electrones en las células”, explica Rabinowitz. “Las células malignas lo absorben con avidez, pero en cantidades altas puede ser tóxico para esas células”. Esa toxicidad tiene que ver con la proliferación de moléculas inestables llamadas especies reactivas de oxígeno, que también son generadas por la quimioterapia. Los investigadores creen que esto puede mejorar los efectos antitumorales de la quimioterapia.
“El régimen de quimioterapia que usamos es el que se usa para cáncer de páncreas avanzado”, indica Rabinowitz. “Por lo tanto, sabemos que funciona en algunos pacientes. Reduce el tamaño del tumor y retarda la progresión. Nuestro trabajo preclínico fue muy riguroso. Los ratones que estaban con la dieta cetógena y quimioterapia tuvieron muy buenos resultados. Espero que veamos lo mismo en los pacientes”.
Pero hay una advertencia. “La traslación de ratones a seres humanos es muy peligrosa”, agrega Rabinowitz. “Nuestros ratones estaban alimentados con una dieta cetógena particular, y debemos imitarla lo mejor posible en el ensayo. Pero si esto tiene buenos resultados, podría ser otro beneficio concreto para que la quimioterapia pueda generar un cambio positivo y significativo para enfermos con cáncer de páncreas que tienen que lidiar con un diagnóstico desgarradoramente difícil”.
Más información
Con base en esta y otras investigaciones, se ha desarrollado un ensayo aleatorizado de fase II. Está diseñado para evaluar la supervivencia libre de progresión en pacientes con cáncer de páncreas metastásico que reciben terapia triple (nab-paclitaxel, gemcitabina, cisplatino) mientras siguen una dieta cetógena o no cetógena. Otro objetivo del estudio es comparar los cambios en los metabolitos en suero y la calidad de vida entre los dos grupos. Los aspectos dietéticos del estudio se están monitoreando cuidadosamente.