Investigación
13 de octubre, de 2020 • 8 Min

Entrevista con el Dr. Tyler Jacks

Pancreatic cancer researcher Dr. Tyler Jacks

El Dr. Tyler Jacks es uno de los investigadores del cáncer más importantes del mundo.

Es el director del Koch Institute for Integrative Cancer Research y el David H. Koch Professor of Biology en MIT (Cambridge, Massachusetts). Es investigador de la organización Daniel K. Ludwig y codirector del Ludwig Center for Molecular Oncology. También es investigador en Howard Hughes Medical Institute (Chevy Chase, Maryland). Jacks ha recibido numerosos premios y honores, y también se ha desempeñado como presidente del Comité Consultivo Nacional del Cáncer (National Cancer Advisory Board) del Instituto Nacional del Cáncer e integró la Junta Directiva de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (American Association for Cancer Research, AACR). Fue elegido presidente de la AACR en el año 2009 y también fue elegido para formar parte de la National Academy of Sciences, la National Academy of Medicine, la American Academy of Arts & Sciences y para dar la clase inaugural de Fellows of the AACR Academy. En 2015, recibió el Premio Killian, el más alto honor que los miembros del MIT pueden otorgar a uno de sus integrantes. En 2020 fue reconocido con el AACR Princess Takamatsu Memorial Lectureship.

El laboratorio Jacks estudia los eventos genéticos que subyacen al desarrollo del cáncer. El profesor Jacks ha sido pionero en el uso de la tecnología de modificación genética en ratones para estudiar genes asociados con el cáncer y construir modelos de ratón de muchos tipos de cáncer humano, incluido el cáncer de pulmón, páncreas, colon y tejidos blandos.Es considerado un líder mundial en el estudio de la genética del cáncer, forma parte de numerosos consejos y es asesor científico de la Lustgarten Foundation, entre otras instituciones. En 2018, el Jacks Lab se convirtió en uno de los tres Laboratorios de investigación del cáncer de páncreas de la Lustgarten Foundation en los Estados Unidos.

Jacks habló con Let’s Win sobre su trabajo y los avances en la investigación del cáncer de páncreas.

¿Cuál cree que es la idea más equivocada que hay sobre las ciencias básicas?

La idea más equivocada es que son aburridas. La palabra “básicas” es casi despectiva. Habitualmente usamos la palabra “descubrimiento”, que es más precisa. Como científicos, estamos tratando de descubrir cosas y trazar un territorio inexplorado. Estamos viendo cosas que nadie ha visto antes, cosas que son nuevas e importantes. Existe un entusiasmo por investigar que el público en general no aprecia … La realidad es que las personas involucradas en el descubrimiento son personas extraordinariamente creativas que trabajan en equipos. Este tipo de trabajo no es fácil. Requiere mucha dedicación y compromiso. Pero realmente no tiene comparación.

Todos los pacientes conocen la inmunoterapia y lo increíble que puede ser esa forma de tratamiento para tratar algunos tipos de cáncer. El cáncer de páncreas parece desafiar las estrategias inmunoterapéuticas actuales. ¿Qué hay que hacer? ¿Y qué hay que aprender?

En primer lugar, la primera generación de medicamentos inmunoncológicos que se utilizan para el melanoma y el cáncer de pulmón no ha funcionado bien en el cáncer de páncreas. Pero hay un pequeño subconjunto de pacientes con cáncer de páncreas que sí se beneficia. Al realizar investigación básica en el contexto del cáncer de páncreas y la inmunoterapia, la gran pregunta es ¿cómo despertamos al sistema inmunitario para que reconozca la enfermedad? Lo que debemos hacer es comprender mejor cómo el cáncer de páncreas evade el sistema inmunitario.

Mi laboratorio, entre otros, está avanzando y profundizando en el conocimiento sobre los tumores en pacientes y modelos de ratones. Utilizamos tecnologías y técnicas que hace apenas unos años ni siquiera existían. Lo que estamos tratando de averiguar es cómo el tumor controla el sistema inmunitario. ¿Por qué no reconoce y erradica las células cancerosas? Estamos obteniendo información sólida en ensayos que examinan ese tema. Existe un ensayo de Penn con regímenes combinados de inmunoterapia y los primeros datos parecen prometedores. Y hay otros ensayos que adoptan enfoques diferentes, incluido el trabajo en mi propio laboratorio que se está preparando para la investigación clínica. A nadie le gusta hacer promesas en este campo, pero creo que vamos a encontrar respuestas.

¿Cómo puede el conocimiento de las mutaciones que causan el cáncer de un paciente determinar el tratamiento? ¿Estamos todavía en las primeras fases para aprovechar al máximo los datos genómicos?

Depende, porque por un lado estamos iniciando el camino con respecto a los pacientes con cáncer de páncreas y las terapias dirigidas. En el cáncer de páncreas, conocer las mutaciones particulares, como una deficiencia en la reparación de errores de emparejamiento, por ejemplo, hace que los pacientes sean más sensibles a ciertos tratamientos. Y ahora se alienta a todos los pacientes con cáncer de páncreas a obtener el perfil molecular.

Lo que tenemos que hacer es llegar al punto en el cáncer de páncreas en el que actualmente estamos con el cáncer de pulmón o el melanoma. Hoy en día, si un paciente con cáncer de pulmón encaja en una categoría específica, un enfoque dirigido cambia completa y drásticamente la vía de tratamiento para él. Los pacientes viven más tiempo y viven bien. Esperamos que con el tiempo haya más ejemplos de cáncer de páncreas que tengan una trayectoria similar. Realmente es frustrante para todos nosotros que en la actualidad no tengamos muchos enfoques dirigidos para el cáncer de páncreas.

KRAS es un importante regulador de las vías de señalización que ayudan a las células a sobrevivir. Si muta, las células se multiplican sin control. El gen KRAS mutado se encuentra en aproximadamente el 90 por ciento de los casos de cáncer de páncreas. ¿Se está avanzando en hacer que KRAS sea más quimiomodulable?

La respuesta es sí, pero hasta ahora es limitado. Cuando KRAS se modifica, se puede modificar de muchas formas diferentes. Existe toda una serie de mutaciones que pueden hacer que KRAS cause cáncer. En diferentes ensayos clínicos, se está probando una mutación, G12C. Esa mutación es más frecuente en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, pero representa menos del 10 por ciento en el cáncer de páncreas, por lo que no muchos pacientes se beneficiarían. Pero el mismo enfoque que se está adoptando con G12C está comenzando a aplicarse en otras mutaciones (KRAS). Hay mucho trabajo en el mundo académico y en la industria en relación con KRAS, y ha sido un hueso muy difícil de roer. Pero no me sorprendería en absoluto que alguien lo descifre.

Las organelas derivadas de pacientes son un tema candente. Pero los modelos de ratón han dado lugar a numerosos conocimientos revolucionarios sobre el cáncer. ¿Cuál es su opinión sobre ambos?

Ningún modelo es perfecto, pero todos pueden ayudarnos a obtener información importante. Las organelas tienen un propósito muy importante, especialmente las organelas derivadas de pacientes con cáncer de páncreas. Se está llevando a cabo un trabajo importante con el uso de organelas para identificar ciertos subtipos de cáncer de páncreas y tal vez predecir las reacciones a determinados tratamientos. Eso puede ayudarnos a acercarnos un poco más a la medicina personalizada. Así que el trabajo con organelas seguirá mejorando y realmente crecerá en importancia.

Pero hay una diferencia. Con el modelo de ratón, podemos estudiar el proceso de la enfermedad en un entorno natural. Se pueden ver interacciones importantes no solo entre las células cancerosas sino también entre otras células del cuerpo. Eso nos da la oportunidad de estudiar el cáncer en contexto, porque nunca se trata solo del cáncer. Se trata de cómo el sistema inmunitario se comunica con el cáncer y cómo el cáncer responde. No se puede estudiar este aspecto fuera del cuerpo, ya sea en un humano o un ratón. Todas las herramientas complejas para la manipulación genética en el ratón son muy superiores a otras especies, incluidos los humanos. Y eso es muy poderoso en los entornos preclínicos.

Ha tenido una carrera exitosa y, obviamente, todavía hay mucho más en el futuro. ¿Hay algo de lo que esté particularmente orgulloso?

Creo que de lo que estoy particularmente orgulloso es de la gente que he capacitado, ya sea que alguien se haya quedado en el laboratorio durante seis años o incluso solo un verano. Estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho para ayudar a estos científicos a estar preparados, ya sea que trabajen en la industria o la universidad. Nuestros residentes están trabajando en todo el mundo llevando a cabo sus propias investigaciones y abriendo nuevos caminos. Supongo que hay cierto orgullo paternal en eso. Uno quiere que a todos sus hijos, los postdoctorados, los estudiantes de posgrado, los residentes, les vaya muy bien, y cuando esto sucede, el sentimiento es único. En efecto creo que brindar ese tipo de capacitación probablemente sea mi mayor logro.

¿Hay algo que desearía haber hecho de manera diferente?

En cuanto a hacer las cosas de manera diferente, eso es difícil. Siempre he adoptado un enfoque de ir donde la ciencia me lleva y aplicar nuevas tecnologías. Eso nos ha llevado muy lejos. Muchos laboratorios se enfocan en un problema año tras año. Nuestro laboratorio tiene más fluidez. Tal vez podría haber tenido un mayor impacto si hubiera investigado una cosa durante 30 años. Quizás hubiéramos progresado más con algo como KRAS. Nuestras contribuciones han sido más amplias, pero menos profundamente focalizadas. Pero sigo pensando que no lo haría de otra manera. Me gusta el estilo que hemos elegido, especialmente en lo que se refiere a nuestros residentes. Quiero que mis residentes tomen lo que trabajaron y lo pongan en práctica en sus propios laboratorios. Esto les permite tener un campo de juego abierto y les permite sentir y tener éxito.

¿Cómo ha sido dirigir un laboratorio grande como este durante una pandemia?

Ha sido realmente difícil y muy desafiante. Es gracias a todas las personas que están haciendo su mejor esfuerzo y, de hecho, más que su mejor esfuerzo. Tuvimos un plantel reducido por un tiempo. Necesitábamos progresar y había cepas de ratones a las que definitivamente no podíamos renunciar. Ahora, volvimos un poco a la normalidad, pero estamos trabajando completamente en turnos para mantener una baja densidad. Tenemos muchas reuniones de Zoom y le doy todo el mérito a la tecnología, pero nada sustituye la experiencia en persona. Todos estamos deseando volver en algún momento a una vida de laboratorio más normalizada. Hasta ese momento, seguiremos empujando los límites lo mejor que podamos y nos ayudaremos a avanzar hacia nuestro objetivo colectivo.