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Randi Ervin tenía treinta y tantos años cuando le diagnosticaron un tumor neuroendocrino de páncreas.
Después de la operación de Whipple, Randi puso en práctica una rutina de salud mental para ayudarle a sobrellevar el tratamiento. También destacó la importancia de colaborar con el equipo de atención médica para obtener los mejores resultados.
Lea más sobre Randi en “Un diagnóstico que me salvó y me cambió la vida”.
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¿En qué se diferencian los tumores neuroendocrinos de páncreas de otros tumores?
