Los avances en el tratamiento me dan esperanza
- Tumor localmente avanzado envuelto alrededor del tronco celíaco
- Quimioterapia con FOLFIRINOX
- La radioterapia corporal estereotáctica (SBRT) elimina el tumor
- MRI-LINAC para posible recurrencia
Me volví a casar en 2018 a la edad de 62 años, pero la luna de miel no duró mucho.
Yo era viuda y había perdido a mi marido con el que estuve casada por 30 años a causa de la leucemia mieloide crónica en 2010. Tuve suerte y conocí a un hombre maravilloso que lamentablemente había perdido a su esposa con la que compartió 40 años de su vida a causa del cáncer de mama en 2011. En julio de 2018, poco después de nuestra boda, comencé a sentir dolor en la parte superior del abdomen y en la espalda. Empeoró muy rápido.
Me puse en contacto con mi médico de cabecera quien, después de probar algunos medicamentos y realizar pruebas, ordenó una tomografía computarizada. Me llamó al día siguiente para decirme que tenía una masa en el páncreas. En ese momento llevaba casada seis semanas.
Tumor inoperable
Inmediatamente, llamamos al Dr. Jeff Wisch quien, casualmente, había tratado a nuestros dos difuntos cónyuges en el Mass General Cancer Center del Newton-Wellesley Hospital (Newton, Massachusetts). No habíamos estado en contacto con él durante varios años y, en ese tiempo, sin que lo supiéramos, se había trasladado al Dana-Farber Cancer Institute (Boston) como médico en su Gastrointestinal Cancer Treatment Center. Nos vio a la mañana siguiente. Mi tumor estaba localmente avanzado, ya que estaba envuelto alrededor del tronco celíaco, y era inoperable. El plan era comenzar la quimioterapia con FOLFIRINOX con la esperanza de reducir el tumor lo suficiente como para operar.
Después de tres meses de tratamiento de quimioterapia cada quince días me dijeron que el tumor seguía siendo inoperable. Entonces seguí tres meses más con el mismo tratamiento.
Complicaciones del tratamiento
Durante el tratamiento surgieron complicaciones con coágulos de sangre, por lo que tuve que ir a parar al hospital tres veces. Tuve neuropatía en los pies y en los dedos de las manos. El Dr. Wisch redujo uno de los medicamentos en mi cóctel para evitar que empeorara. Mi tumor todavía era inoperable después de seis meses de quimioterapia. Me ofrecieron radiación, pero la consideraron paliativa.
Estaba exhausta por el tratamiento y, como la radiación no podía curarme, le dije al Dr. Wisch que necesitaba pensar si quería continuar. Eso fue febrero de 2019, el punto más bajo de mi experiencia.
Un atisbo de esperanza
Poco después de esa conversación con el Dr. Wisch, volvió a llamarme para contarme sobre el Dr. Christopher Crane, un oncólogo de radioterapia del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) de la ciudad de Nueva York, que estaba obteniendo muy buenos resultados con la radioterapia corporal estereotáctica (SBRT) guiada por tomografía computarizada, una nueva forma de radioterapia en dosis alta. Por suerte, la quimioterapia que recibí había reducido mi marcador tumoral CA 19-9 lo suficiente como para que el Dr. Crane pudiera tratarme. Este fue el primer atisbo de esperanza que recibimos desde mi diagnóstico.
En marzo de 2019, mi esposo y yo pasamos cinco semanas en la ciudad de Nueva York para recibir mi tratamiento de radiación. Me sometía a tratamiento cinco días a la semana (de lunes a viernes) y tenía los fines de semana libres. Este tratamiento, junto con la capecitabina, una quimioterapia oral, resultó eficaz para mantener el cáncer bajo control. Nos explicaron que aunque mi tumor todavía está ahí, está prácticamente muerto. Y mi CA 19-9 ha estado en el rango normal desde entonces.
Manteniendo mi salud
Han pasado cinco años desde mi diagnóstico inicial. Me hago una tomografía computarizada cada tres meses en Dana-Farber y mi atención ha quedado a cargo del Dr. James Cleary luego de que el Dr. Wisch se jubilara en 2021. Sigo en las mejores manos y a la vanguardia de los avances.
En junio de 2022, recibí un nuevo tipo de tratamiento de radiación llamado acelerador lineal guiado por resonancia magnética (MRI-LINAC) en Dana-Farber para tratar mi ganglio linfático periaórtico izquierdo, que mi equipo había estado observando. Esta vez recibí la misma cantidad de radiación en cinco días que antes había recibido en cinco semanas. Los avances en la radioterapia para el cáncer de páncreas son realmente sorprendentes.
Después de cuatro años, me quitaron la vía de acceso en noviembre de 2022. Esto fue un gran alivio porque significó que ya no tenía que preocuparme por los coágulos de sangre. Además, y lo que es más importante, representa el hecho de que mis médicos creen que ya no necesitarán usar quimioterapia para tratar mi cáncer. Mientras surgen cosas relacionadas con mi enfermedad, las altas dosis de radiación puntual que he recibido parecen hacer un gran trabajo para combatir el cáncer.
Seguimos adelante con esperanza
Desde que terminé el tratamiento de radiación en MSKCC en abril de 2019, me he sentido completamente bien y he disfrutado de la más alta calidad de vida. Estoy profundamente agradecida a mis médicos, que continúan vigilándome de cerca. Tengo la esperanza de que, pase lo que pase a continuación, habrá más herramientas en su arsenal para combatir mi cáncer de páncreas.
He oído que están surgiendo más tratamientos. Hay grandes cambios en el horizonte para el tratamiento del cáncer de páncreas. Todos tenemos que seguir resistiendo y estando bien para beneficiarnos de los avances.