Historias de sobrevivientes
26 de julio, de 2018 • 3 Min

Más fuerte que el cáncer

Kayi Lewi

Kayi Lewis, her husband Ron Lewis, and granddaughter at the beach
  • El dolor abdominal resulta ser cáncer de páncreas
  • Oncólogo local trabaja en colaboración con los especialistas del MD Anderson para diseñar un plan de tratamiento
  • Quimioterapia y radiación para reducir el tumor
  • El huracán Harvey interrumpe el tratamiento de radiación durante una semana
  • El tumor se reduce lo suficiente para realizar un procedimiento de Whipple

Me diagnosticaron cáncer de páncreas el 23 de enero de 2017.

Comencé a tener dolor abdominal, pero a mediados de enero se volvió tan agudo que tuve que acudir al departamento de emergencias de Hardin Memorial Health, el hospital local. Después de realizarme pruebas, me diagnosticaron cáncer de páncreas.El Dr. Adam Lye me dijo que el cáncer era “resecable limítrofe”, lo que significa que el tumor debía reducirse antes de que pudiera someterme a cirugía para extirparlo.

Diseño de un plan

Incluso antes de que se confirmara el diagnóstico, mi esposo, Ron Lewis, exrepresentante de los EE. UU., y nuestra hija comenzaron a analizar las opciones de tratamiento. Descubrimos que las estadísticas para el cáncer de páncreas son muy oscuras y que el tiempo era esencial. Todo nos llevaba una y otra vez a MD Anderson en Houston, a pesar de que no sabíamos mucho acerca del hospital. Mi familia estaba comprometida a llevarme al mejor lugar para recibir tratamiento. A las dos semanas de mi diagnóstico, estábamos en Texas.

Allí nos reunimos con un equipo, incluido el cirujano Dr. Matthew Katz. Después de algunas pruebas, los médicos diseñaron un plan. Me sometería a quimioterapia con FOLFIRINOX para reducir el tumor y, luego, a radiación. Lo mejor de todo es que recibiría la quimioterapia en Hardin, mi ciudad. Los médicos de MD Anderson y el Dr. Lye trabajaron juntos para hacer que el tratamiento funcionara para mí.

Regresé a casa y comencé el tratamiento en febrero. Tuve varios efectos secundarios de la quimio. Perdí el cabello y el apetito, tuve náuseas y me salieron llagas en la boca. El Dr. Lye pudo ajustar mis medicamentos además de recetarme otros para combatir los síntomas. Mi esposo y yo viajábamos periódicamente a Houston para realizarme tomografías. En cada visita nos daban buenas noticias: mi tumor se estaba reduciendo y el cáncer no se había diseminado a los demás órganos.

Después de una visita a Houston en julio, me dieron un mes de descanso del tratamiento. Fuimos a casa y luego regresamos en agosto para comenzar con la radiación. Nuestra estadía en Houston se volvió muy dramática, porque estuvimos allí durante el huracán Harvey. MD Anderson estaba cerrado y tuvimos que esperar a que pasara la tormenta en un hotel cercano que no estaba inundado. Por fin pude completar la radiación y regresé a casa a mediados de septiembre.

Finalmente, la cirugía de Whipple

Regresé a Houston en octubre para ver si podía someterme al procedimiento de Whipple. El Dr. Katz realizó la cirugía el 16 de octubre. Más tarde, me dijo que mi tumor estaba muerto en un 99 por ciento y que mis márgenes estaban libres de cáncer.

Estoy tan agradecida por el apoyo de mi familia, mis amigos y mi iglesia durante todo el tratamiento. Lo mejor de todo es que ahora he vuelto a todas mis actividades habituales. Ayudo a mi hija en su tienda, trabajo en el jardín, horneo y estoy constantemente activa. ¡Qué diferencia marca un año!

Me acaban de diagnosticar la enfermedad.

¿Qué debo hacer?

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