Luchar para ganar
- Radiación y quimioterapia para reducir el tamaño del tumor
- Cirugía para extirpar el tumor
- Más quimioterapia después de la cirugía
- Ensayo clínico para la recurrencia
En 2013, mi vida marchaba viento en popa. Criaba a mi hija de seis años y hacía poco que me había comprometido para casarme.
Pero en abril, me desperté una mañana con dolor y molestias del lado izquierdo. Supuse que era el resultado de dormir en una mala posición, así que tomé un medicamento para el dolor y fui a trabajar. Para la hora del almuerzo, el dolor era más fuerte, por lo que fui a la sala de emergencias.
Los médicos me hicieron algunas pruebas y una tomografía computarizada, donde notaron que el flujo de sangre al bazo se había interrumpido, lo que había causado un infarto, o muerte del tejido. No sabían cuál era la causa de la interrupción del flujo de sangre, así que me ingresaron en el hospital para hacerme unas pruebas. Encontraron una mancha sospechosa en el páncreas, por lo que me hicieron una ecografía endoscópica y una biopsia que confirmaron el diagnóstico. Tenía 38 años y tenía cáncer de páncreas. Nunca había escuchado hablar del cáncer de páncreas pero, como mi hija era tan pequeña, sabía que tenía que luchar contra esta enfermedad y ganar.
Tratamiento para reducir el tumor
El siguiente paso era encontrar a los médicos adecuados para que me ayudaran con esta lucha. Pedí una cita con el Dr. Andreas Karachristos (que ahora trabaja en el Tampa General Hospital), un cirujano especialista en páncreas en el Fox Chase Cancer Center. Él me explicó que el tumor estaba ubicado en la parte superior de la arteria que irriga el hígado, lo cual quería decir que no podían operarme inmediatamente. Me presentó a un oncólogo de radioterapia, el Dr. Joshua Meyer, y a un médico oncólogo, el Dr. Igor Astsaturov, para que pudiéramos elaborar un plan de tratamiento.
El objetivo todavía era la cirugía, así que debíamos reducir el tumor. Mi primer tratamiento fue una combinación de radiación y quimioterapia con gemcitabina. Luego de seis semanas, el tumor se había reducido, pero todavía no era lo suficientemente pequeño como para extirparlo. Así que, en julio de 2013, comencé un tratamiento más agresivo de quimioterapia con FOLFIRINOX.
Alcanzar mi objetivo de cirugía
A pesar de los efectos secundarios, pude seguir trabajando durante el tratamiento. Finalmente, en noviembre de 2013, me informaron que el tumor se había reducido lo suficiente como para extirparlo. Nunca pensé que me emocionaría la idea de someterme a cirugía, pero ya no quería tener ese tumor en el cuerpo. Me tomé un descanso de seis semanas del tratamiento para recuperar fuerzas y, el 3 de enero de 2014 me extirparon el tumor, junto con el cuerpo y la cola del páncreas, el bazo y la arteria principal que suministra sangre al hígado, al bazo y al estómago. Fue una cirugía larga.
Después de recuperarme, el Dr. Astsaturov me recomendó otros seis meses de quimioterapia con gemcitabina para prevenir la recurrencia. Finalmente, terminé el tratamiento en agosto de 2014. Volví a trabajar y a realizar mis actividades regulares e incluso me involucré con la Red de Acción contra el Cáncer de Páncreas.
La recurrencia deriva en un ensayo clínico
Pensé que estaba bien, pero en marzo de 2016 descubrí que el cáncer había regresado, en una de las trompas de Falopio. Esta vez, el Dr. Astsaturov encontró un ensayo clínico para mí. Estoy tomando ipafricept junto con gemcitabina y Abraxane.
Mi lema es nunca te des por vencida. Trato de vivir la vida al máximo todos los días.
Melissa perdió la batalla contra el cáncer de páncreas después de cinco años y medio. Su voluntad de buscar opciones nuevas de tratamiento ayudará a quienes sigan sus pasos. Ofrecemos nuestro más sincero pésame a su familia.