Historias de sobrevivientes
25 de febrero, de 2019 • 3 Min

Si le parece que algo anda mal, insista en que le hagan pruebas

Kristin Sine

pancreatic neuroendocrine tumor patient Kristin Sine
  • Dolor en el costado me obliga a insistir en hacerme pruebas
  • Diagnóstico: tumor neuroendocrino de páncreas
  • Cirugía para extirpar el tumor

Tenía 43 años y buena salud, pero en enero de 2009 comencé a sentir dolor en la parte inferior izquierda de la zona pélvica.

Me remitieron a un cirujano que dijo que mi dolor era un misterio médico y quería que fuera a un médico especialista en dolor. Le dije que yo quería saber la causa del dolor. Pedí que me hiciera pruebas, pero él respondió que me atendería en tres semanas, después de que viera al especialista en dolor. Llamé varias veces y pregunté si me podían hacer algunas pruebas, pero se negaron y seguían insistiendo en que debía ir a un médico especialista en dolor.

Mi propia investigación

Pensé que podía tener una hernia, por lo que investigué y encontré un especialista en hernias. Cuando me atendió, dijo que no pensaba que yo tuviera una hernia y me preguntó qué quería hacer a continuación. Le dije que quería hacerme algunas pruebas y él estuvo de acuerdo. Me realizaron una resonancia magnética y una ecografía, y así es como descubrieron el tumor. Estaba ubicado en el cuello del páncreas, cerca de la arteria principal. Tenía cáncer de páncreas.

El médico me recomendó que fuera a MD Anderson o a Baylor College of Medicine. Me dijo que me atenderían antes en Baylor, por lo que pedí una cita con el Dr. Charles Brunicardi, director del centro de enfermedades del páncreas en ese momento (el Dr. Brunicardi ahora trabaja en la SUNY Downstate Health Science University, Brooklyn, Nueva York).

Cirugía para un tumor neuroendocrino de páncreas

Mi primera consulta con el Dr. Brunicardi fue en febrero de 2009. Me dijo que yo tenía un tumor neuroendocrino de páncreas. Miró los resultados de la ecografía y dijo que debía operarme. Cuando él estaba saliendo del consultorio, me rasqué el cuello. Se detuvo y me preguntó si había estado sintiendo picazón y le dije que sí. Pidió análisis de sangre y luego programó la cirugía.

Me operaron el 22 de abril de 2009. Me extirparon dos tercios del páncreas, junto con el bazo y 14 ganglios linfáticos. La cirugía duró aproximadamente seis horas y la recuperación otras seis. Pasé un total de siete días en el hospital.

Después de la recuperación, hice un seguimiento con el Dr. Brunicardi y luego me atendí con el oncólogo Dr. Garrett Lynch en Baylor College of Medicine (ahora está jubilado). Visité al Dr. Lynch cada tres meses para hacerme análisis de sangre, y cada seis meses para tomografías computarizadas y gammagrafías con octreotida (una tomografía especial para detectar células neuroendocrinas). Esto continuó por cinco años. Nunca pregunté cuál era el estadio del cáncer hasta que pasaron cinco años. El Dr. Lynch me dijo que estaba en estadio III.

El Dr. Lynch se jubiló en 2014, por lo que la Dra. Brandi Addison, mi endocrinóloga, se hizo cargo de las pruebas de detección del cáncer a partir ese momento. Nunca me hicieron quimioterapia ni radiación ni tuve que hacer ninguna dieta especial.

Recomiendo que, si cree que algo anda mal en su cuerpo, haga que lo revisen y no tenga miedo de insistir en que le realicen pruebas y en obtener una segunda opinión. Tuve mucha suerte de tener médicos tan excelentes.