Historias de sobrevivientes
17 de mayo, de 2017 • 3 Min

Un hospital universitario importante puede marcar la diferencia

Bob Tirk

pancreatic cancer patient Bob Tirk
  • Mi médico local recomienda ir a un hospital universitario
  • Quimioterapia y radiación para reducir el tamaño del tumor para la cirugía
  • Cirugía de Whipple y un certificado de buena salud

Me diagnosticaron cáncer de páncreas en agosto de 2015.

Durante varios meses antes tuve dolor, y los médicos locales no podían identificar la causa. Me hicieron análisis de sangre, una tomografía computarizada, una esofagogastroduodenoscopia (EGD) y una colonoscopia, pero no pudieron encontrar nada. Después del último análisis, el médico me sugirió que fuera a un hospital universitario importante.

Un hospital universitario hace el diagnóstico

Tenemos suerte de vivir cerca de Chicago y de Madison, Wisconsin. Mi médico me dio nombres y números de especialistas en ambos lugares. Primero llamamos a Rush University Medical Center en Chicago, sin otra razón que porque aparecía primero en la lista. La recepcionista me dijo que tendría que esperar un mes para ver al médico. Pero mi esposa dijo que yo tenía mucho dolor y que necesitaba que me atendieran lo antes posible. La recepcionista se fijó nuevamente y nos preguntó si podríamos ir al día siguiente, porque alguien había cancelado una cita. Aprovechamos la oportunidad y el resto es historia.

En Rush, me realizaron otra tomografía computarizada, donde el médico vio una mancha de la que hacer una biopsia. Con una prueba de biopsia/ecografía especial confirmaron mi mayor temor, que tenía cáncer de páncreas.

Comienza el tratamiento

El equipo que me trataba consistía en una oncóloga, la Dra. Lauren Wiebe, un cirujano, el Dr. Keith Millikan y un oncólogo de radioterapia, el Dr. Ross Abrams (ahora jubilado). Cuando me reuní con los médicos para discutir el tratamiento, me dijeron que el tratamiento sería diferente porque recibiría radioterapia y quimioterapia con Abraxane primero y luego me operarían. Iba a Chicago cinco días por semana para radioterapia y uno de esos días recibía la quimio. Después de cinco semanas de tratamiento, pospusieron la cirugía y me indicaron otro ciclo de dos meses de quimio con Abraxane y gemcitabina (tres semanas de quimio con una semana de descanso, y después se repetía el ciclo) porque el tumor no se había reducido lo suficiente.

Durante mi primer ciclo de tratamiento no tuve ningún efecto secundario, pero esta vez perdí el cabello y tuve problemas con la cantidad de glóbulos blancos. Terminé la quimio el 23 de diciembre de 2015 y me realizaron una cirugía de Whipple el 19 de enero de 2016. Estuve en el hospital durante unos 12 días. Mi enfermedad estaba muy bien después de la cirugía, sin presencia de cáncer en ninguno de los ganglios linfáticos.

Hasta el momento me siento muy bien, aunque a veces tengo neuropatía en los pies. Mis tomografías computarizadas dan imágenes limpias y sin cáncer. No me alcanzan las palabras para hablar de Rush Medical. Aunque es un hospital enorme, sentí que me dieron una atención muy personalizada.

Bob falleció catorce meses después de la publicación de su historia. Estamos profundamente agradecidos de que compartiera su historia con Let’s Win. Ofrecemos nuestro más sincero pésame a su familia.

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