La suerte de detectarlo a tiempo
- Diagnóstico en estadio I
- Quimioterapia y un procedimiento de Whipple
- El descubrimiento de la mutación del gen BRCA2 conduce a un ensayo clínico
- Problemas con la supervivencia
Me diagnosticaron adenocarcinoma de páncreas en estadio I en julio de 2022, y me considero afortunada de haberlo detectado tan a tiempo.
Mis síntomas eran bastante confusos: dolor en el tubo digestivo superior y malestar estomacal después de las comidas. Aunque mis exámenes físicos y análisis de sangre iniciales fueron normales, no dejamos de buscar al culpable. Finalmente, una ecografía mostró un quiste en el páncreas. Mi médico de cabecera me envió a hacerme una resonancia magnética, la cual condujo al diagnóstico de cáncer de páncreas. Mi gastroenterólogo, el Dr. Tzimas de Huntington Hospital Northwell Health en Huntington, Nueva York, me hizo una biopsia en julio de 2022 y esta confirmó definitivamente que tenía cáncer.
BRCA2: un arma de doble filo
Consulté con el Dr. Birjis Akhund, un oncólogo que trabaja en NYU Langone en Huntington, Nueva York. Es un médico muy inteligente y atento. Recibí ocho ciclos de FOLFIRINOX.
A continuación, me sometí a una cirugía de Whipple, a cargo del Dr. Elliot Newman de Northwell Health’s Lenox Hill Hospital (ciudad de Nueva York). Después de recuperarme de la intervención, recibí cuatro ciclos más de FOLFIRINOX.
Tuve diarrea, que controlé tomando Imodium y Lomotil e hidratándome varias veces durante el tratamiento. Sufrí náuseas y vómitos, los cuales traté con Zofran, proclorperazina y acupuntura. También padecí neuropatía, pero no había mucho con qué tratarla. Además, estaba muy cansada durante el tratamiento y tenía poca energía.
Durante este tiempo, el médico me hizo someterme a pruebas genéticas. Resulta que tengo la mutación de BRCA2. Esto es un arma de doble filo, porque la mutación puede conllevar un mayor riesgo de cáncer, pero también me permitió participar en el ensayo clínico APOLLO para personas con mutaciones relacionadas con el BRCA en Northwell Health en Greenlawn, Nueva York. Estuve en el ensayo durante un año y tuve algunos efectos secundarios, como llagas en la boca, fatiga y náuseas. Terminé el ensayo clínico en mayo de 2024.
Saber que tengo la mutación de BRCA2 también me permitió ser proactiva con respecto a otros tipos de cáncer que pueden suponer un riesgo en el futuro. En enero de 2024, la Dra. Jeannine Villella me extirpó los ovarios en el Lenox Hill Hospital para reducir el riesgo de padecer cáncer de ovario.
He recuperado la energía
Terminé mi tratamiento y mi ensayo clínico y desde entonces no tengo cáncer. Me alegra y me alivia decir que mi cuerpo y mi vida han vuelto casi a ser lo que eran antes de que me diagnosticaran el cáncer. Tengo muchos problemas gastrointestinales y digestivos relacionados con una cirugía tan complicada como lo es la Whipple. Esos problemas van y vienen y esto puede ser frustrante.
Pero he descubierto que puedo comer lo que me apetezca (siempre que tome enzimas pancreáticas) y he recuperado la mayor parte de mi energía. Los resultados de las tomografías siguen siendo normales y eso me alegra mucho.
A veces tengo problemas con la supervivencia. Con una enfermedad como el cáncer de páncreas existe el sentimiento de culpa del superviviente. Conozco a muchas otras personas que han perdido la batalla y es difícil aceptar por qué yo he sobrevivido y otros no. Y me preocupa que el cáncer vuelva. He escuchado el término “scanxiety”, o ansiedad por las tomografías, y me siento identificada. Literalmente, cada vez que uno se somete a la última tomografía computarizada, aguanta la respiración. Ciertamente, existe el temor de si volverá o no y me ha enseñado a practicar de verdad el “vivir el hoy” y a no adelantarme a los acontecimientos. Es la única manera de gestionar el miedo y no dejar que me consuma.
También tengo algunos problemas residuales después de todos mis tratamientos. Pero sé lo afortunada que he sido, ya que la mayoría de las personas no reciben el diagnóstico de cáncer de páncreas tan a tiempo. Recientemente, empecé a viajar de nuevo y mi pronóstico es muy bueno.
Una vida con propósito
He ayudado a otras personas con el mismo diagnóstico trabajando como voluntaria en PanCAN. Esto me hace sentir que tengo un propósito y que estoy marcando una diferencia. También participo en marchas para recaudar fondos para la Lustgarten Foundation. En 2023, el equipo Jeneen recaudó 17,000 dólares para la investigación y este mes de abril participé en la marcha de la ciudad de Nueva York con el Dr. Newman. Creé un disfraz como la Mujer Maravilla, pero soy la “Mujer Whipple”. Hasta aparecí en las noticias.
Les digo a otras personas que han sido diagnosticadas que no están solas. Somos muchos los que hemos pasado por esto. Concéntrese en ganar cada día y en hacer todo lo posible por superar los tratamientos y la cirugía. Hay nuevos ensayos clínicos y tratamientos en el horizonte. Hay muchas esperanzas puestas en el tratamiento del cáncer de páncreas.
He superado los dos últimos años y ahora vuelvo a llevar una vida relativamente normal teniendo en cuenta todo lo que mi cuerpo ha sufrido. Manténgase fuerte y siga avanzando. Busque formas de controlar el estrés. Relájese. Hay que ir día a día.