Historias de sobrevivientes
19 de junio, de 2019 • 5 Min

Afrontar el cáncer de páncreas dos veces

Steven Lewis

pancreatic cancer survivor Steven Lewis
  • Ictericia conduce al diagnóstico y un procedimiento de Whipple
  • Radiación CyberKnife, radiación convencional y quimioterapia para eliminar las células tumorales restantes
  • Tres años después, se detecta metástasis en el hígado; se elimina con cirugía

Me diagnosticaron adenocarcinoma de páncreas en agosto de 2007.

Estaba viajando a nuestra casa de campo en los Berkshires con mi esposa Karen y mi hijo, cuando notaron que estaba amarillo. Sabía que quería decir que tenía ictericia, pero no sentía dolor. Llamé a mi médico en Boston, y me recomendó que fuera al hospital local. Después de pasar una noche en el hospital, los análisis de sangre y la tomografía computarizada no fueron concluyentes, por lo que volvimos a casa y fuimos al Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston.

Un médico allí pensó que el problema podría ser un cálculo biliar, pero también consideramos la posibilidad de cáncer de páncreas, porque mi madre había muerto de esta enfermedad. Decidimos ser optimistas sobre la causa de mi ictericia. Pero el equipo de especialistas gastrointestinales nos dijeron que era muy probable que fuera un tumor. Me hice otra tomografía computarizada, y al día siguiente una biopsia endoscópica, que confirmó que tenía cáncer de páncreas.

La primera vez: Cirugía, CyberKnife, radiación, quimio

Estábamos devastados por la noticia, pero mi familia estaba decidida a tomar esto como su misión de devolverme la buena salud. Debido a que el tumor era pequeño, era candidato para el procedimiento de Whipple. Nos reunimos con el Dr. Mark Callery y su equipo quirúrgico, quienes nos explicaron la cirugía y el proceso de recuperación. Programé la cirugía para la semana siguiente.

Durante esa semana antes de la cirugía, Karen y yo visitamos y hablamos con la familia y los amigos. Decidimos usar CaringBridge como la forma de comunicarnos entre nosotros, en lugar de tener que hacer muchas llamadas telefónicas. Esto me ayudó a sentirme en control de mi situación.

La cirugía fue un éxito, aunque la recuperación fue larga. Pero tenía buena salud antes del diagnóstico y creo que eso contribuyó a mi recuperación. Aunque mis ganglios linfáticos no mostraban indicios de cáncer, mi oncólogo, el Dr. Michael Goldstein (ahora retirado) me recomendó someterme a radiación CyberKnife para eliminar las pocas células cancerosas que quedaron en el margen pancreático después de la cirugía. En 2007, CyberKnife era un tratamiento experimental para el cáncer de páncreas.

Después de terminar los tratamientos CyberKnife, tuve cinco semanas de radiación abdominal convencional y luego 12 semanas de quimioterapia con gemcitabina. Mi oncólogo radiólogo, el Dr. Anand Mahadevan (que ahora trabaja en Geisinger Medical Center en el oeste de Pensilvania), fue particularmente inspirador para mí. Los tratamientos de radiación y quimioterapia convencionales me causaron efectos secundarios de erupción cutánea y cansancio extremo.

Durante todo el proceso, me esforcé mucho para ser optimista y me tomé tiempo para pensar en mi vida, mi salud y mi familia. Esto me ayudó a tener una perspectiva amplia de mi situación y usar la enfermedad como una oportunidad para crecer emocionalmente.

El cáncer de páncreas regresa

Después de recuperarme de la radiación y la quimioterapia, volví a vivir mi vida normalmente. Me sentía muy bien. Me hacía controles y tomografías regularmente. Pero en el 2010, una tomografía de rutina detectó una mancha en el hígado: el cáncer había regresado. Entonces me ofrecieron atención paliativa o cuidados terminales. Me negué a aceptar esto y exigí un tratamiento que fuera osado, agresivo, decisivo y rápido.

La junta del hospital que evalúa los tumores se reunió y aceptó mi pedido de una tomografía PET y, si no se detectaba que el tumor se había diseminado más allá del hígado, de una cirugía para extirpar el tumor. No se observó metástasis adicional. El Dr. Douglas Hanto me operó el hígado para extirpar el tumor. Tuve una infección abdominal posquirúrgica grave, y me llevó un par de meses recuperarme.

No tuve efectos secundarios significativos del procedimiento de Whipple ni de la cirugía de hígado hasta hace muy poco tiempo. Pasé los últimos cinco días del 2018 en el hospital recibiendo tratamiento para colangitis, una infección en el conducto biliar. Es un efecto secundario que algunos pacientes tienen por el procedimiento de Whipple, incluso 10 a 15 años después de la cirugía.

El efecto dominó y la vida después del cáncer

Ahora tengo 70 años, vivo en Florida y me dedico a tiempo completo a la docencia en Charles E. Schmidt College of Medicine, Florida Atlantic University en Boca Raton. Desde que me operaron del hígado, no he tenido cáncer. Me hago controles regulares con mi especialista en medicina interna, el Dr. Nicolas Breuer, que solicita la medición del marcador tumoral CA 19-9 y revisiones con imágenes de resonancia magnética con el Dr. Stephen Steinberg, un especialista pancreático y hepatobiliar, ambos afiliados con Boca Raton Regional Hospital.

Mi experiencia con el cáncer me hizo un firme creyente en lo que yo llamo “el poder de elegir”. Aunque no pude dominar todos los eventos médicos y de la vida que giraron alrededor mío durante mi batalla contra el cáncer, hice una elección consciente de controlar mis reacciones emocionales a estos eventos al mantener una actitud muy positiva. Me di cuenta de que si mantenía una perspectiva más positiva, mis seres queridos, amigos y las personas que me rodeaban también podían mantenerse positivos. Esto me ayudó a fomentar una comunidad de sanación poderosa que me alimentó espiritualmente durante mi batalla contra el cáncer.

En el 2014, escribí The Ripple Effect: How a Positive Attitude and a Caring Community Helped Save My Life (El efecto dominó: Cómo una actitud positiva y una comunidad afectuosa me ayudaron a salvar mi vida), para compartir mis pensamientos con aquellos que enfrentan el cáncer de páncreas y otras enfermedades graves. Desde entonces, pasé de ser paciente con cáncer de páncreas a sobreviviente a defensor de los pacientes con cáncer de páncreas. Basándome en mi experiencia con la enfermedad, regularmente brindo consejos y apoyo a los pacientes con cáncer de páncreas y a sus seres queridos. Mi creencia es que hacer una elección consciente de mantenerse positivo puede ayudar a darnos fuerza durante una enfermedad potencialmente mortal y la recuperación, y ayudarnos a ahorrarles a nuestras familias la devastación emocional que es tan frecuente.