Demasiado ocupada viviendo al máximo
![Pancreatic cancer patient Jane Eshbaugh and her family](https://letswinpc.org/wp-content/uploads/2025/01/Jane-Eshbaugh-Family-at-Roswell-Bell-copy.gif)
- Hinchazón en la ingle y orina descolorida llevaron al diagnóstico de estadio IV
- Quimio con FOLFIRINOX
- Pruebas genéticas del tumor revelaron mutaciones
- Próximo paso, inmunoterapia
Tardé mucho en escribir mi historia porque he estado demasiado ocupada ¡viviendo al máximo!
Tengo la gran suerte de poder decir que hace unas semanas toqué la “campana de la victoria” en el Roswell Park Comprehensive Cancer Center (Buffalo, Nueva York) y mi médico no ve indicios de cáncer en mis tomografías. Aunque no me dijo que estoy curada para siempre, es una noticia maravillosa.
Pero permítanme comenzar desde el principio…
El comienzo
He vivido toda mi vida en las pistas de esquí. No solo he disfrutado del esquí como hobby, sino que también trabajé primero como instructora de esquí y luego como directora de Marketing durante más de 40 años para la estación de esquí Holiday Valley Ski Resort en Ellicottville, Nueva York. Incluso me casé con el presidente y director general de Holiday Valley. Me encanta la aventura, sobre todo al aire libre. Mi aprecio y amor por la naturaleza (en especial por todo lo relacionado con la nieve) son muy profundos.
Planeaba jubilarme de mi trabajo en mayo de 2022 y recorrer el país en bicicleta con mi amigo ese verano. Había entrenado todo el invierno para prepararme para esta aventura, pero empecé a perder mucho peso. Después, se me hinchó la ingle y el pis se puso marrón. Llamé a mi médico, me hicieron un montón de pruebas y me diagnosticaron cáncer de páncreas en estadio IV el 1 de abril de 2022. Pensé que era una broma cruel del Día de los Inocentes, pero no lo era.
Había participado en los eventos de ciclismo del Roswell Comprehensive Cancer Center durante unos 20 años. Durante al menos 20 años, pedaleamos la distancia de una century (100 millas/160 kilómetros) en el Ride for Roswell que dura un día, y durante los últimos seis años hemos hecho el recorrido del Empire State Ride, a través del estado de Nueva York, que son unas 550 millas (más de 885 kilómetros) durante siete días. Pensaba que mis contribuciones a sus esfuerzos me darían derecho a un “seguro” para no necesitar nunca sus servicios. ¡Pero no fue así! Mi marido Dennis y yo llamamos a Roswell y me atendieron de inmediato.
Lamentablemente, no era candidata para someterme a cirugía. Mi médico, el Dr. Christos Fountzilas, me pidió que me hiciera más pruebas y me colocó un stent y una vía de acceso en el conducto biliar. Antes de que me diera cuenta, empecé un tratamiento agresivo de quimioterapia. Recibí tratamientos con FOLFIRINOX cada dos semanas durante seis meses. No fue divertido, pero funcionó.
Cómo mantuve la calma y seguí adelante
Durante los tratamientos de quimioterapia sentía asco y tenía náuseas. Unos tres días después empezaba a sentirme mejor. Me sometía a los tratamientos cada dos lunes y al domingo siguiente ya podía volver a andar en bicicleta con mis amigos. Incluso pude participar en la Empire State Ride, que atravesó el estado de Nueva York a finales de julio. Decidí que iba a mejorar. Nunca busqué en Internet lo terrible que era el cáncer de páncreas. Estaba decidida a aprovechar al máximo cada día y no preocuparme por el futuro. ¿Por qué perder el tiempo preocupándose por lo que quizá nunca ocurriría?
Tuve suerte de que Dennis y nuestras dos hijas pudieran y quisieran ayudar tanto. Ellos investigaron todo lo relacionado con el cáncer de páncreas, alimentaron mi cuerpo y mi alma, y se ocuparon de todo lo que había que hacer.
Las pruebas genéticas marcaron la diferencia
También tuve la suerte de haber recibido tratamiento en un centro tan acogedor, cómodo y progresista como Roswell. Mi equipo médico me recomendó que busque ensayos clínicos relevantes. Aunque no pude participar, me tranquilizó saber que estos ensayos clínicos existen y que ayudan a tanta gente. Mi médico también me sugirió que me sometiera a pruebas genéticas de mi tumor, lo que hice a través de PanCAN. Los resultados revelaron mutaciones tratables: ERBB2 (HER2), MSI-H y TMB-H alto. Esto significaba que era candidata a la inmunoterapia. ¡Qué buena noticia!
Mi médico y yo acordamos completar la quimioterapia según lo previsto y luego cambiar al medicamento de inmunoterapia Keytruda. Mi experiencia con Keytruda fue increíble. No tuve efectos secundarios y me sentí muy bien. Pude hacer todo lo que podía hacer antes, como comer helado y esquiar cuando hacía frío, y ya no tenía náuseas. De hecho, me sentí tan bien con Keytruda que estaba nerviosa por dejar de tomarlo cuando se cumplieran los dos años. Pero cuando el Dr. Fountzilas dejó de ver indicios de cáncer en mis tomografías, ¡me alegré de dejarlo!
En el futuro, me haré tomografías cada tres meses. Si vuelve a aparecer algo, puedo volver a empezar los tratamientos… ¡Pero espero que eso no ocurra nunca!
Otras cosas que ayudaron
Además de mi excelente atención en Roswell, hay otras cosas que me ayudaron a mejorar. En primer lugar, no tengo palabras para expresar lo mucho que mi familia y mis amigos (e incluso gente que no conocía) marcaron la diferencia. Me brindaron su apoyo, rezaron por mí y me ayudaron a creer que podía recuperarme. Me he cuidado mucho durante mi vida. Como (casi) todo sano, hago mucho ejercicio, paso tiempo al aire libre y apenas bebo alcohol.
Ahora soy aún más consciente de la belleza que hay en mi vida: la naturaleza, el viento, mi familia. La aventura me sigue llevando a cosas nuevas. Intento practicar yoga y meditación (¡pero aún no los he dominado!).