El teatro ayuda a una dramaturga a afrontar una pérdida por cáncer de páncreas
El cáncer de John llegó en silencio, sin anunciarse, sin grandes alardes. Al principio. Luego se convirtió en una danza de la muerte frenética y no tan alegre.
Sin embargo, como descubrió su viuda, Isobel Barrett, el cáncer de páncreas que se llevó la vida de su marido pocas semanas después del diagnóstico había estado haciendo piruetas en silencio y esperaba con paciencia entre bastidores para atacar cuando la familia menos se lo esperaba.
“Esperando como el cisne negro que salta al lago de nuestras lágrimas”, escribió ella más tarde.
John, ingeniero civil de 76 años, había sufrido desde hacía tiempo molestias abdominales y dolores de espalda. El escocés, un no fumador relativamente sano con una buena alimentación, padecía polimialgia, una enfermedad inflamatoria que causa rigidez y dolor muscular, por lo que pensó que la mayoría de sus síntomas se debían a eso. Pero como el dolor persistía y él empezó a perder peso y a tener cada vez más fatiga, fue varias veces al médico en el transcurso de unos dos años, sin lograr ningún resultado. Finalmente, consultó con un especialista, y fue entonces cuando por fin le detectaron el cáncer.
“Sabíamos que no era solo una indigestión o un dolor de panza. Hicieron falta ocho o nueve visitas al médico de cabecera para convencerle. ¿Qué habría pasado si se hubiera diagnosticado después de solo dos o tres?”, dice Barrett. “Pero ya era demasiado tarde. Cuando le dijeron que era inoperable, preguntó cuánto tiempo le quedaba. Le dijeron que le quedaban semanas, y él lo aceptó sin quejarse”.
Las semanas siguientes fueron una pesadilla para Isobel, John y sus dos hijos. Y cuando John murió, Isobel estaba desconsolada. Pero entonces consiguió canalizar su dolor hacia su otra pasión: el teatro.
La dramaturga y directora de la compañía de teatro TRAM Direct, con sede en Glasgow, escribió una obra para ayudar a sensibilizar sobre el asesino silencioso del que no sabía nada hasta que le llamó la atención de la forma más cruel.
Islas de silencio
La obra se llamaba inicialmente ‘‘Islets of Silence (The C Word)” (Islas de silencio [La palabra con C])”, y su objetivo era claro: crear conciencia sobre el cáncer de páncreas y cómo puede devastar a una familia. Se trata de la vida cotidiana de la familia Gourley, que se enfrenta a los estudios y al trabajo con bromas y humor desenfadado. Cuando llega el diagnóstico del padre, cada miembro de la familia reacciona de forma diferente. La obra refleja tanto las interacciones entre los personajes como sus monólogos interiores.
¿Cómo se manejan las cosas cuando el tiempo no acompaña? En el caso de la familia Gourley, y del John de la vida real, el padre es franco y directo. “Cuando te diagnostican cáncer de páncreas, te sientes como un muerto viviente”, dice el padre al público. Él pone a su familia en primer lugar y pasa directamente a la acción: se ocupa de las grandes decisiones y tiene pronto las conversaciones difíciles. Entonces se toma un tiempo para agradecer y apreciar la vida que ha tenido.
Es un retrato extremadamente conmovedor de una familia angustiada, pero no faltan las risas entre las lágrimas. El Sr. Gourley, el autoproclamado “Don Juan de las alcantarillas”, reflexiona sobre cómo soñaba con construir puentes y autopistas, pero acabó en el departamento de alcantarillado. “Puede que sea algo asqueroso para mucha gente, pero es mi pan de cada día. Aunque no me gustaría hacerme un sandwich con eso”, bromea.
Era una escena sacada de la vida real, como muchas escenas de la obra. La voz y el carácter extravagante de John están muy presentes en la obra y, en muchos sentidos, la obra es tanto una historia de amor como una tragedia. La forma en que manejó su muerte le recordó a Barrett por qué se casó con él en primer lugar: por su fuerza, su valor y su capacidad para enfrentarse a las cosas, sin importar lo que pasara.
Vientos de cambio
La obra es también un testamento a la fuerza y determinación de su viuda, quien perseveró en llevarla al público a pesar de algunos obstáculos.
Las primeras funciones fueron muy concurridas y recibieron cobertura mediática nacional. Entonces, justo cuando el grupo de teatro se disponía a llevar el espectáculo de gira por Escocia, llegó el COVID-19, y cualquier esperanza de continuar con ese impulso se desvaneció.
Pero Barrett no se rindió. Grabó una breve versión en línea de la obra para emitirla durante la pandemia (disponible aquí), y también ha organizado una gira bajo el nuevo título “Vientos de cambio”, centrada en el viaje de amor de la familia ante un enorme cambio de vida.
La producción se presentará en varios lugares de Escocia en septiembre de 2024. Barrett desea llevar la obra al resto del Reino Unido, e incluso por Europa y Norteamérica. Espera educar a la gente, incluidos los médicos, sobre el cáncer de páncreas y alentarlos a defender su salud.
“Debemos exigir un diagnóstico más temprano y un tratamiento más rápido”, afirma Barrett. “Una de cada cuatro personas diagnosticadas de cáncer de páncreas muere en el plazo de un mes. Tiene uno de los índices de supervivencia más bajos y la muerte más rápida”.
También espera que la obra resuene de otras maneras. “El cambio nos llega a todos y es algo que no podemos evitar. Sin embargo, el amor, la esperanza y la convicción de que las cosas mejorarán siempre nos permitirán atravesar el oscuro túnel que a veces nos envuelve”.