Tratamiento de la enfermedad
14 de febrero, de 2024 • 5 Min

Mitos sobre nutrición desmentidos

Oncology dietitians L.J. Amaral and Jessica Harrison

Oncology dietitians L.J. Amaral (left) and Jessica Harrison (right)

Cuando le diagnostican cáncer de páncreas, o cualquier otro tipo de cáncer, es natural que investigue todas las opciones posibles para aumentar sus probabilidades de llegar a un resultado final positivo.

“Cuando tiene un cáncer con mal pronóstico y pocas opciones, está literalmente más dispuesto a darlo todo para conseguir una mejor calidad de vida o más cantidad de vida”, dice L.J. Amaral, M.S., R.D., coordinadora de nutrición certificada del Cedars-Sinai Center for Integrated Research in Cancer and Lifestyle en Los Ángeles, California. Lamentablemente, este enfoque tiene importantes inconvenientes.

Aunque los expertos coinciden en que la nutrición desempeña un papel importante en la lucha contra el cáncer y sus tratamientos, los pacientes tienen que filtrar una gran cantidad de información errónea para llegar a los datos correctos. Hemos pedido a especialistas en nutrición con amplia experiencia en el campo de la oncología que separen la realidad de la ficción en lo que respecta a los mitos nutricionales más confusos del cáncer.  

Mito: abandonar el azúcar mata el cáncer

Es cierto que el azúcar es la fuente de energía preferida de las células cancerosas. De hecho, el azúcar alimenta todas las células del organismo. “Pero incluso en ausencia de carbohidratos o azúcar, el organismo fabricará azúcar a partir de proteínas o grasas para mantener el equilibrio”, dice Amaral. Pero eso no significa que deba beber de un trago las botellas de refresco, sobre todo si padece cáncer de páncreas. Alrededor del 80 por ciento de los pacientes con cáncer de páncreas presentan niveles anormales de glucosa en ayunas (diabetes de tipo 2 o prediabetes) en el momento del diagnóstico. Así que lo más probable es que el organismo ya esté luchando por mantener estables los niveles de azúcar en la sangre.

Lo mejor que puede hacer es evitar los azúcares añadidos y los alimentos y tentempiés procesados. En su lugar, concéntrese en comer frutas y verduras enteras en su forma natural, que es el mismo consejo para cualquier persona, tenga o no cáncer. Estos carbohidratos complejos producen una liberación lenta de azúcar en el torrente sanguíneo en lugar de un pico repentino. Por lo general, también contienen más nutrientes saludables que el organismo necesita para funcionar de forma óptima.

Mito: los pacientes con cáncer de páncreas deben seguir una dieta cetógena

Lamentablemente, no existe una dieta específica que produzca los mejores resultados contra el cáncer. Aunque una dieta cetógena reducirá de manera importante los niveles de azúcar en la sangre a medida que el organismo comience a utilizar la grasa como combustible, los compuestos cetónicos resultantes pueden ser problemáticos. “Les pido cautela a los pacientes con cáncer sobre la dieta cetógena porque, en la investigación preclínica, se demostró que los compuestos cetónicos son utilizados como un factor de crecimiento del cáncer, al igual que el azúcar”, afirma Jessica Harrison, M.S., R.D.N., dietista registrada de Santa Mónica, California. Seguir una dieta cetógena también puede dificultar el mantenimiento o el aumento de peso, ya que los kilos tienden a desaparecer en ausencia de los hidratos de carbono. En lugar de seguir un plan de alimentación específico, trate de llevar una dieta equilibrada que contenga abundantes micronutrientes, fibra y grasas saludables.

Mito: los pacientes con cáncer de páncreas deben evitar las grasas

Es comprensible que algunos pacientes con cáncer de páncreas desconfíen de comer grasas. Según la ubicación del tumor, del nivel de inflamación y del tratamiento, su organismo puede carecer de las enzimas necesarias para digerir la grasa, por lo que acabará eliminándola en las heces. Pero mientras complemente su dieta con enzimas pancreáticas, puede y debe tratar de incluir un poco de grasa en su alimentación. “La grasa no solo ayuda a mantener el peso porque se puede comer un menor volumen de alimentos para obtener el mismo aporte calórico, sino que el organismo también necesita grasa para absorber los nutrientes liposolubles como las vitaminas A, D, E y K”, explica Amaral. Entre las fuentes saludables de grasa se encuentran los aguacates, el aceite de oliva, los frutos secos, las semillas y los pescados grasos como el salmón y la caballa. ¿No quiere lidiar con las enzimas digestivas? Amaral recomienda utilizar suplementos de aceite de triglicéridos de cadena media (MCT), ya que el organismo no necesita enzimas para descomponerlo.

Mito: los pacientes con cáncer de páncreas deben ingerir más calorías, sin importar su origen

Tenga cáncer o no, lo que come es importante. Si le cuesta subir de peso o mantenerlo, primero concéntrese en las proteínas y las grasas. Las proteínas ayudan a aumentar la masa muscular y, si tiene poco apetito, las grasas aportan muchas calorías en menos cantidad de comida (los frutos secos, las semillas, las aceitunas, el aceite de oliva y los aguacates son buenas opciones).

Aunque por lo general las verduras son las primeras que se rechazan cuando disminuye el apetito durante el tratamiento, Harrison sugiere consumirlas con la mayor frecuencia posible, incluso en batidos, sopas y muffins.

¿Todavía no sabe qué comer? “Pruebe una comida favorita de su infancia”, sugiere Amaral. “Esa ola de nostalgia puede estimular su apetito”.

Mito: los jugos pueden frenar el crecimiento del cáncer

Extraer el jugo de los productos enteros elimina nutrientes importantes, incluida la fibra.

Lamentablemente, cuando se elimina esa fibra, no solo se pierden nutrientes, sino que también se inunda el organismo de carbohidratos. Es como tomar una gran dosis de azúcar de una sola vez. “Para evitar el pico de azúcar en la sangre y beneficiarse de los micronutrientes, beba jugos con una comida, limite la cantidad de jugos o elija un jugo que sea principalmente de verduras, sin frutas o con pocas frutas”, dice Harrison.

Mito: las dietas ácidas provocan cáncer

Se habla mucho de que los alimentos ácidos favorecen el cáncer y de que el cáncer no puede crecer en ambientes alcalinos, pero no hay ninguna investigación que confirme estas afirmaciones. “Todos los órganos del cuerpo dependen de un pH cuidadosamente regulado y no podrían funcionar si el entorno se vuelve demasiado ácido o alcalino”, explica Harrison. “Existen varios mecanismos de regulación acidobásica en el organismo, principalmente a través de los pulmones y los riñones, que controlan estrechamente el pH”. Esos controles existen incluso cuando se sigue una dieta muy ácida (o alcalina).

Conclusión

“La nutrición es una parte esencial de su plan de tratamiento, porque está reconstruyendo sus células cada vez que decide alimentarse”, subraya Amaral. “Así que si se quieren evitar retrasos en el tratamiento y reducir al mínimo los efectos secundarios, hay que tomarse la alimentación tan en serio como cualquier otro aspecto del tratamiento”.