Tratamiento de la enfermedad
24 de marzo, de 2022 • 4 Min

El papel clave de un dietista especializado en oncología en el tratamiento del cáncer de páncreas

oncology dietitian Antonella Apicella

Como paciente con cáncer de páncreas, probablemente sea consciente de que su relación con la comida puede complicarse.

Sus comidas favoritas de repente tienen un sabor diferente, o pierde el placer de comer en general. Es posible que tenga miedo de comer, debido a los efectos gastrointestinales desagradables que puedan aparecer después, como acidez estomacal, distensión abdominal, gases o estreñimiento.

Es posible que haya recibido un doble diagnóstico de diabetes y cáncer, con la perspectiva de una alimentación más reglamentada, y controlada en azúcar y carbohidratos, además del estrés del tratamiento inminente para el cáncer.

Es una tarea complicada. Pero no es necesario que lo haga solo.

Y en un momento en el que las cosas se vuelven tan abrumadoras y todo parece estar fuera de sus manos, lo que se lleva a la boca es algo que usted sí puede controlar.

Intervención temprana

Los dietistas especializados en oncología como Antonella Apicella están disponibles para aliviar la confusión y ayudar a los pacientes con cáncer a elaborar planes personalizados adaptados a su estilo de vida, síntomas y tratamientos. Cuanto antes intervengan, mejor.

Muchos pacientes con cáncer de páncreas pueden tener deficiencias nutricionales incluso antes de que se les diagnostique. Sus síntomas gastrointestinales a menudo se pasan por alto hasta que se vuelven lo suficientemente persistentes como para buscar tratamiento, momento en el que es posible que ya hayan perdido mucho peso y muestren signos sutiles de deficiencias de vitaminas y minerales, como pérdida del cabello y piel escamosa. Además, gran parte de la pérdida de peso proviene de la pérdida de masa muscular, lo que puede hacer que las actividades cotidianas, como subir escaleras o abrir botellas de agua, sean más difíciles.

“La intervención nutricional temprana es clave para disminuir o aliviar los síntomas”, dice Apicella. “Y una vez que comience el tratamiento, algunos síntomas podrían desaparecer mientras que otros podrían volverse aún más intensos”.

Lo ideal es que el personal médico quiera optimizar la salud nutricional del paciente antes de comenzar los tratamientos, para asegurarse de que los pacientes puedan tolerar y completar todo el curso de tratamiento.

Personalización

Para Apicella, el primer paso es conocer a sus pacientes. Aunque muchos pacientes que padecen cáncer de páncreas comparten síntomas similares, estos pueden manifestarse de manera diferente. Lo que funciona para algunas personas podría no funcionar para otras. Consejos como comer alimentos ácidos y agrios para obtener más sabor será molesto para los pacientes con llagas en la boca, por ejemplo. Les ayudaría enjuagarse la boca con bicarbonato de sodio y agua antes de las comidas para reducir el dolor de las llagas en la boca.

La aversión a los alimentos es algo muy común entre los pacientes con cáncer y puede aumentar durante el tratamiento, por lo que Apicella se esfuerza por mantener en su dieta los alimentos que disfrutan, así como los platillos culturales que son importantes para ellos.

Apicella, que trabaja como dietista en el Northwell Health Cancer Institute Pancreatic Cancer Center de Nueva York, dice que incluir el componente cultural es muy importante. Incluso mantiene una base de datos de alimentos de diferentes culturas y aprovecha todas las oportunidades que tiene para aprender de sus pacientes sobre platos que quizás no conocía.

“Muchos pacientes se sorprenden y aprecian tal atención y consideración de su origen cultural”, agrega ella. “Creo que es muy importante. Hace que los pacientes se sientan más cómodos y seguros bajo nuestro cuidado”.

Apicella tiene que considerar muchos factores al hacer planes para los pacientes. Algunos tienen múltiples comorbilidades, como la diabetes, que requieren intervenciones dietéticas o farmacológicas, y es posible que Apicella deba trabajar con otros integrantes del equipo médico para priorizar entre ellos y determinar cuál tendrá un mayor impacto en el tratamiento del cáncer y la salud general del paciente.

En los pacientes diabéticos, por ejemplo, los niveles de azúcar en la sangre suelen ser erráticos o descontrolados al principio, y pueden cambiar durante el tratamiento. Los esteroides, que a menudo se administran temporalmente justo antes del tratamiento o de manera más constante como medicamento para prevenir las náuseas, pueden influir de manera importante en los niveles de azúcar en la sangre.

“Controlar la hiperglucemia es muy importante, ya que puede interferir en la tolerancia al tratamiento”, explica Apicella.

También hay interacciones entre alimentos y medicamentos causadas por ciertos tratamientos.

Cómo mantener el control

Si bien Apicella se mantiene al tanto de estas consideraciones médicas complejas y a veces contradictorias, se asegura de que los pacientes sean socios iguales en el proceso. “Queremos que los pacientes se sientan involucrados en su plan de alimentación. Queremos que sientan que tienen algo de control, queremos devolverles algo de autonomía”.

Los familiares y cuidadores también pueden ser integrantes importantes del equipo, especialmente porque pueden estar involucrados en la preparación de las comidas y en dar apoyo. Apicella los invita a estar presentes en las consultas para ayudar a su familiar a procesar la información, y agradece que la llamen si necesitan información adicional o consejos.

Ella alienta a los pacientes con cáncer de páncreas a buscar el apoyo de dietistas especialmente capacitados, muchos de los cuales están certificados por la junta en nutrición oncológica.

“Tenemos que desempeñar varias funciones cuando trabajamos con estos pacientes. Pero es muy gratificante. A veces, lo que pensamos que son pequeñas sugerencias, como no comer y beber al mismo tiempo, puede marcar una gran diferencia”.