La Fundación Nacional del Páncreas se centra en la nutrición
En cada tipo de enfermedad del páncreas, desde la pancreatitis hasta el cáncer de páncreas, hay dificultades relacionadas con la alimentación, la digestión y la absorción de nutrientes.
Ese es uno de los motivos por los cuales la Fundación Nacional del Páncreas (NPF) concentra sus esfuerzos en educar sobre nutrición a los pacientes, cuidadores y profesionales de atención médica.
“La nutrición es muy importante para los enfermos de páncreas y, sin embargo, muchos pacientes tienen dificultades para satisfacer sus necesidades nutricionales”, dice Anna Evans Phillips, M.D., M.S., profesora adjunta de Medicina en University of Pittsburgh Medical Center, Pensilvania. Para ayudar a aliviar estos retos, la NPF ha diseñado un conjunto de herramientas para educar a los pacientes, cuidadores y profesionales de la salud sobre las mejores prácticas para hacer frente a las enfermedades del páncreas.
Conceptos básicos de la Fundación Nacional del Páncreas
Fundada en 1997, la NPF es la única fundación dedicada a los pacientes que sufren distintas enfermedades del páncreas, incluidas la pancreatitis pediátrica, la pancreatitis aguda, la pancreatitis crónica y, por supuesto, el cáncer de páncreas.
“La Fundación funciona gracias a las donaciones de tiempo, energía y ayuda económica de organizaciones y personas particulares afectadas por enfermedades del páncreas”, dice Jane Holt, cofundadora de NPF y paciente que padece pancreatitis crónica. “Con esos recursos, la NPF ha aportado más de 5 millones de dólares para financiar más de 130 proyectos de investigación innovadores”.
Desde el principio, educar a los pacientes, cuidadores y profesionales de la atención médica en materia de nutrición ha sido una parte fundamental de la misión de la NPF. Partiendo de la premisa de que la comida y el dolor diferencian a los pacientes de páncreas de sus amigos y familiares, Sally Sampson, exmiembro de la Junta Directiva de la NPF, creó un libro de cocina para ayudar a garantizar que los pacientes de enfermedades del páncreas no fueran señalados por sus restricciones alimentarias.
La hija de Sally, Lauren, nació con pancreatitis, por lo que era muy consciente de las dificultades de preparar comidas que Lauren pudiera comer, pero que también fueran del agrado de toda la familia. Sally canalizó su pasión por la comida y el desarrollo de recetas en la creación de recetas con bajo contenido de grasas y con mucho sabor que los pacientes que padecen enfermedades del páncreas pueden disfrutar junto a sus familias y seres queridos. El resultado final: The NPF Cookbook. [Click on the link to download the cookbook or order a printed copy.]
“Para los pacientes con enfermedades del páncreas, la situación nutricional de cada persona es única. El libro de cocina para personas con enfermedades del páncreas de la NPF es un recurso útil para que los pacientes adapten las recetas a sus necesidades personales”, afirma Phillips. “También recomiendo a los pacientes que hablen con un pancreatólogo o un dietista registrado sobre cómo satisfacer mejor sus necesidades nutricionales únicas”.
El rol de la nutrición
Si usted o un ser querido padece cáncer de páncreas, usted sabe que nutrir el organismo a través de la alimentación es una prioridad absoluta. Los estudios demuestran que una dieta saludable puede ayudar a los pacientes a sortear la pérdida de peso y los cambios de apetito que suelen acompañar al cáncer de páncreas y su tratamiento, al tiempo que mejora los resultados de salud. Sin embargo, los pacientes se enfrentan a innumerables obstáculos para conseguir una nutrición óptima, durante el tratamiento y después de este.
“Dado que una de las funciones del páncreas es ayudar al cuerpo a convertir los alimentos en combustible, es lógico que los pacientes con cáncer de páncreas tengan dificultades para digerir correctamente los alimentos”, explica Patter Birsic, cofundadora de la NPF. “Muchas veces, es difícil comer”.
El libro de cocina NPF es un gran punto de partida. A partir de ahí, las siguientes estrategias de alimentación pueden ayudarle a satisfacer sus necesidades nutricionales durante el tratamiento y después de este:
- Coma en pequeñas cantidades. El cáncer de páncreas puede interferir con la capacidad del cuerpo para digerir los alimentos. Para minimizar el impacto, coma comidas pequeñas y fáciles de digerir a lo largo del día. ¿Lucha con el poco apetito que tiene? Póngase una alarma para comer alimentos ricos en proteínas cada tres o cuatro horas.
- Aumente la ingesta de proteínas. Las proteínas ayudan al cuerpo a producir y reparar células, por lo que es fundamental ingerir suficientes proteínas cuando se padece una enfermedad del páncreas. Las fuentes de proteínas magras, como las legumbres, la carne de ave, el pescado, los huevos y el tofu, son las más fáciles de digerir. Intente incluir uno o más alimentos con alto contenido de proteínas en cada comida y refrigerio.
- Controle las grasas. La cantidad de grasa que debe consumir depende de diversos factores, pero en general, las personas con cáncer de páncreas deben seguir una dieta con bajo contenido de grasas. Para facilitar la digestión, distribuya el consumo de grasas en varias comidas, en lugar de concentrarlo en una sola.
- Coma un arco iris de frutas y verduras. La riqueza de colores de las frutas y verduras como los tomates, las berenjenas, las bayas y las verduras de hoja verde representa diferentes sustancias químicas que combaten enfermedades. Para maximizar el efecto de estos alimentos tan potentes, intente consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
- Limite el azúcar y las grasas. El cáncer de páncreas puede dificultar la digestión del azúcar y las grasas. Para ayudar al páncreas enfermo, evite los alimentos con alto contenido de azúcar y grasas, como los helados, las galletas, los pasteles y las frituras, y céntrese, en cambio, en alimentos de alto valor nutritivo.
- Manténgase hidratado. La deshidratación puede causar inflamación en el páncreas, por lo que es importante beber mucho líquido. Una buena regla general: intente beber diariamente la mitad de su peso en onzas. Así, si pesa 150 libras, intente tomar 75 onzas de agua al día.
- Mantenga un diario de alimentos. Considere la posibilidad de empezar un diario en el que no solo anote lo que come y cuándo, sino también cómo se siente. También es una buena idea documentar sus defecaciones, incluyendo cuándo las hace y notas sobre el color, la consistencia y la forma. Este tipo de información detallada puede ayudar a orientar las decisiones de tratamiento.
- Manténgase en movimiento. El ejercicio no solo ayuda a mejorar el estado de ánimo y estimula el apetito, sino que también se asocia a mejores resultados del tratamiento. De hecho, la investigación sugiere que hacer ejercicio antes, durante y después del tratamiento tiene efectos muy beneficiosos para los pacientes que padecen cáncer de páncreas.
Es importante tener en cuenta que el cáncer de páncreas y sus tratamientos pueden provocar cambios en los hábitos intestinales, desde diarrea y gases hasta estreñimiento e hinchazón. “Si nota cambios en sus hábitos intestinales o nota heces grasientas, hable con su profesional de atención médica”, dice Phillips. “Es posible que necesite tomar enzimas pancreáticas suplementarias con las comidas para facilitar la digestión”.