Investigación
28 de enero, de 2025 • 6 Min

El tratamiento con campos eléctricos mejora la supervivencia global

Dr. Vincent Picozzi

Se ha demostrado que una técnica que utiliza campos eléctricos sobre las células cancerosas aumenta la supervivencia cuando se combina con la quimioterapia convencional en algunos pacientes con cáncer de páncreas.

A principios de diciembre de 2024, Novocure, la empresa desarrolladora de campos eléctricos para el tratamiento de tumores (Tumor Treating Fields, TTFields), publicó los resultados del ensayo clínico denominado PANOVA-3 que mostraron una mejora estadísticamente significativa en la supervivencia global. El estudio evaluó la eficacia y seguridad del tratamiento en combinación con gemcitabina y nab-paclitaxel como tratamiento de primera línea para el cáncer de páncreas localmente avanzado.

“Este ensayo es importante porque fue prospectivo, aleatorizado y, de hecho, fue el primer ensayo de fase III en demostrar un beneficio real para los pacientes que padecen la enfermedad localmente avanzada”, afirma el investigador Vincent Picozzi, M.D., director de la Unidad de Cáncer de Páncreas y Conductos Biliares (Pancreatic & Biliary Duct Cancer) en Virginia Mason Medical Center de Seattle, Washington. “Soy médico clínico e investigador y hace tiempo que me dedico a esto. Honestamente, esto me parece apasionante porque podría aplicarse en diferentes estadios del cáncer de páncreas. Si bien se trata de un tratamiento localizado, también podría tener efectos sistémicos. Y posiblemente se lo pueda utilizar para tratar otros tipos de cáncer. Realmente creo que este es un paso importante en la dirección correcta para el tratamiento del cáncer de páncreas”.

Cómo funcionan los campos eléctricos para el tratamiento de tumores (TTFields)

Las células cancerosas son muy diferentes de las células sanas. Cuando estas células se vuelven malignas, han sufrido modificaciones a nivel genético, estructural y eléctrico. Las células normales tienen una secuencia de eventos estrictamente regulada que controla la división celular. Pero las células cancerosas se dividen de manera descontrolada como resultado de los varios cambios que atraviesan. A medida que se dividen, acaban agrupándose y forman un tumor. Ahí es donde los TTFields entran en juego.

Los TTFields utilizan campos eléctricos alternos para afectar la división celular dentro de la masa de células. Esa corriente eléctrica interrumpe la división celular y, en última instancia, conduce a la muerte celular sin afectar a las células sanas. Las investigaciones también han demostrado que los TTFields alteran la migración celular, pueden estimular el sistema inmunitario para inducir una respuesta antitumoral y frenar la actividad de los genes involucrados en la reparación del daño en el ADN.

Esta versatilidad es lo que convierte a los TTFields en una adición al tratamiento posiblemente importante, afirma Picozzi. “Algunos estudios preclínicos indican que los TTFields aumentan los efectos no solo de la quimioterapia, sino también de los inhibidores de PARP, los inhibidores de puntos de control inmunitario y de la radioterapia”, agrega.

El dispositivo es relativamente pequeño y se puede llevar en una mochila, un bolso de hombro o una riñonera. Los conjuntos de electrodos tienen el tamaño aproximado de un parche analgésico de venta libre. Se colocan cerca del sitio del tumor, con cables conectados al dispositivo. Picozzi explica que los pacientes deben llevar el dispositivo al menos el 70 % del día y agrega que los desarrolladores están siempre explorando formas de hacerlo más cómodo para el usuario. En general, los efectos secundarios son leves o moderados y la irritación de la piel es el efecto adverso más frecuente. El mayor desafío para los pacientes puede ser la aceptación psicológica de llevar puesto el dispositivo.

Sobre el estudio

En el ensayo PANOVA-3, se distribuyó a los pacientes de manera aleatoria para recibir tratamiento con los TTFields en combinación con gemcitabina y nab-paclitaxel, o únicamente gemcitabina y nab-paclitaxel. El criterio de valoración primario analizado fue la supervivencia global. Los criterios de valoración secundarios fueron la supervivencia libre de progresión, la supervivencia libre de progresión local, la tasa de respuesta objetiva, la tasa de supervivencia a un año y la calidad de vida, entre otros.

En total, se inscribieron 571 pacientes en el estudio, y recibieron seguimiento durante al menos 18 meses. Los pacientes que recibieron el tratamiento con TTFields junto con gemcitabina y nab-paclitaxel tuvieron una mediana de supervivencia global de 16.20 meses, frente a 14.16 meses para los pacientes tratados con gemcitabina y nab-paclitaxel solos, lo que supone una mejora estadísticamente significativa de 2.0 meses. El beneficio en la tasa de supervivencia de los pacientes que recibieron el tratamiento TTFields creció con el tiempo, con un aumento del 13 % en la tasa de supervivencia global a los 12 meses y del 33 % a los 24 meses. Los pacientes toleraron bien el tratamiento con TTFields, y su seguridad coincidió con la observada en estudios clínicos previos.

Siguientes pasos

Con base en los resultados de PANOVA-3, Novocure planea solicitar la aprobación reglamentaria de TTFields en el adenocarcinoma de páncreas localmente avanzado que no puede extirparse quirúrgicamente. Además, la empresa planea presentar los resultados completos de PANOVA-3 en un congreso médico próximo.

Novocure continúa el seguimiento de los pacientes en su ensayo clínico PANOVA-4 de fase II, que evalúa la combinación de TTFields con atezolizumab, gemcitabina y nab-paclitaxel en el tratamiento del cáncer de páncreas metastásico. El criterio de valoración primario es la tasa de control de la enfermedad. Los criterios de valoración secundarios incluyen la supervivencia global, la supervivencia libre de progresión, la tasa de supervivencia a un año, la tasa de respuesta objetiva, la supervivencia libre de progresión a los seis meses, la duración de la respuesta y la toxicidad. El estudio está diseñado para incluir a 76 pacientes. El reclutamiento para PANOVA-4 ha concluido, y se estima que los datos estarán disponibles en 2026.

Aunque este tratamiento podría ser una adición fundamental al tratamiento del cáncer de páncreas, aún queda mucho por investigar. “En términos generales, hay cinco grandes desafíos en el cáncer de páncreas”, indica Picozzi. “En primer lugar, no hay optimismo. La realidad es que estamos avanzando en el tratamiento. El segundo desafío es que la creación de un equipo multidisciplinario óptimo exige la participación de muchas personas con distintas competencias. Creo que en Estados Unidos hay menos de 50 centros oncológicos que verdaderamente disponen del equipo multidisciplinario completo para brindar el apoyo adecuado a los pacientes con cáncer de páncreas y sus familias”.

También cree que se debe poner un mayor énfasis en la atención de apoyo. “Necesitamos hablar más sobre cómo el cáncer afecta a un paciente”, agrega. “Es necesario tratar el dolor, las complicaciones gastrointestinales, la nutrición y otros problemas que afectan la calidad de vida”. Además, es fundamental continuar con la investigación de nuevas clases de medicamentos, como los inhibidores de KRAS y la inmunoterapia, junto con estrategias para una detección más precoz. “Necesitamos mejores tratamientos farmacológicos y debemos ser capaces de diagnosticar esta enfermedad mucho antes, cuando los pacientes aún son candidatos para cirugía”, señala Picozzi.