Una prueba molecular exhaustiva ayuda a clasificar los quistes en el páncreas
Si tiene un quiste en el páncreas, es posible que su médico esté ante un misterio clínico. ¿Se trata de un seudoquiste no invasivo asociado a la pancreatitis crónica o de un posible precursor del cáncer?
Los quistes en el páncreas son muy frecuentes, pero solo una pequeña cantidad de ellos son cancerosos o pueden progresar y convertirse en cáncer. Diferenciarlo es complicado, por decirlo de alguna manera. Los quistes con mayor potencial maligno son neoplásicos (pueden convertirse en tumores). Sin embargo, también existen algunas neoplasias quísticas (cistoadenomas serosos, o SCA) que pueden alcanzar un gran tamaño, pero son relativamente inofensivas. Y muchos quistes neoplásicos (e incluso quistes no neoplásicos) pueden parecerse clínicamente.
Las pautas actuales para determinar si un quiste en el páncreas es canceroso se basan principalmente en la obtención de imágenes de características como el tamaño y la velocidad de crecimiento, y muchos sostienen que estas pruebas no son lo bastante sensibles. Los investigadores han recurrido a la tecnología de secuenciación avanzada para distinguir mejor las lesiones quísticas en el páncreas, con la esperanza de predecir su potencial maligno y optimizar el tratamiento de los pacientes.
Búsqueda de soluciones basadas en la secuenciación
Inspirados por los florecientes avances en el conocimiento de la genética del cáncer de páncreas, los investigadores del Molecular & Genomic Pathology Laboratory del University of Pittsburgh Medical Center (Pensilvania) se propusieron crear un panel completo de secuenciación de nueva generación basado en ADN/ARN y un clasificador genómico para analizar el líquido de los quistes pancreáticos e integrar los complejos resultados moleculares en información que pudiera orientar la toma de decisiones clínicas para cada paciente.
El producto resultante, PancreaSeq® Genomic Classifier, es una prueba molecular única que se dirige a 74 genes a fin de evaluar cinco clases de alteraciones genómicas, incluidas mutaciones, fusiones y expresión genéticas que se cree que están correlacionadas con las lesiones pancreáticas.
“Ser capaz de identificar las diferencias entre los quistes benignos y las neoplasias pancreáticas potencialmente cancerosas es muy importante a la hora de estratificar a los pacientes para los protocolos de vigilancia adecuados y las opciones de tratamiento, así como para aliviar su ansiedad”, afirma el Dr. Aatur Singhi, Ph.D., profesor adjunto del University of Pittsburgh Department of Pathology y UPMC Hillman Cancer Center.
“Pero hay muchas complejidades y matices en la evaluación de las diferencias, y queríamos mejorar los ensayos moleculares actuales con un enfoque multibiomarcador altamente sensible y específico”.
Detección del cáncer sin cirugías innecesarias
La validez clínica de la prueba PancreaSeq® se estableció inicialmente en varios estudios, incluido un gran estudio prospectivo multicéntrico de 1889 pacientes con quistes en el páncreas publicado en Gastroenterology. Como describen los investigadores en un artículo publicado en octubre de 2023 en la revista Annals of Surgery, probaron una versión actualizada del panel y validaron su rendimiento diagnóstico en 185 muestras de líquido de quistes pancreáticos.
Primero “entrenaron” la prueba secuenciando 108 muestras de líquido de quistes pancreáticos preoperatorios que corresponden a 72 quistes precursores de cáncer de páncreas y a otros 36 quistes pancreáticos neoplásicos y no neoplásicos. Buscaron mutaciones en genes como KRAS, BRAF y PTEN, así como otras alteraciones genómicas complejas y una expresión génica diferencial.
En un caso, por ejemplo, se determinó que un quiste de la cola del páncreas de 3.5 cm sin otros hallazgos clínicos, de imagen o patológicos preoperatorios preocupantes, presentaba una mutación de KRAS y pérdida de heterocigosidad (diversidad genética), un marcador del desarrollo del cáncer, para RNF43 y TP53 durante las pruebas PancreaSeq®.
A continuación, los investigadores integraron la presencia frente a la ausencia de estas alteraciones para obtener una puntuación de precursor quístico y establecer un clasificador genómico del riesgo de cáncer de páncreas precoz.
Descubrieron que la prueba PancreaSeq® no solo era precisa para predecir el tipo de quiste en el páncreas y la neoplasia avanzada (con una sensibilidad y especificidad de hasta el 95 % y el 100 %, respectivamente), sino que también mejoraba la sensibilidad de las pautas actuales sobre quistes en el páncreas.
La prueba también hace un excelente trabajo en la identificación de tumores neuroendocrinos de páncreas quísticos (CPanNET) y puede representar la base a partir de la cual construir biomarcadores de pronóstico para esa afección. También puede tener aplicaciones en otras poblaciones de pacientes, o ayudar a fundamentar la atención del cáncer de páncreas, mediante la identificación de mutaciones genéticas que podrían ser objeto de tratamientos de medicina de precisión, explica el Dr. Singhi.
“Creemos que PancreaSeq® GC marcará una gran diferencia en la forma de clasificar y tratar a los pacientes en el futuro”, añade. “Nuestra esperanza es que detecte el cáncer a tiempo y evite cirugías innecesarias”.
Una herramienta en constante evolución
La prueba PancreaSeq® lleva ocho años gestándose y ha supuesto innumerables colaboraciones con otras instituciones académicas, médicos e incluso pacientes.
Al principio, sus creadores tuvieron que probar y equivocarse para encontrar los algoritmos, los protocolos de ensayo y la logística adecuados, por ejemplo, cómo obtener y enviar las muestras de líquido quístico a escala nacional e internacional. Aún es un trabajo en proceso, ya que siguen incorporando nuevos conocimientos sobre biomarcadores genéticos, mejorando sus algoritmos analíticos y ajustando sus informes de resultados en función de los comentarios de médicos y pacientes.
Hasta la fecha se han realizado pruebas a más de 10,000 pacientes, y el número aumenta cada año. Además de utilizarse como servicio clínico, PancreaSeq® es también una herramienta para la ciencia colaborativa. El Dr. Singhi y sus colaboradores han solicitado subvenciones para ampliar tanto el alcance de su investigación como el acceso a la prueba de los grupos de población desatendidos.
“Se pueden hacer muchas cosas. Buscamos distintas formas de integrar datos diferentes, incluir información práctica en nuestros informes y, en última instancia, mejorar la atención al paciente”, afirma.