Nuevas pistas en la pérdida de peso por el cáncer de páncreas
Aunque la pérdida de peso se asocia a muchas enfermedades, la pérdida de peso relacionada con el cáncer puede ser especialmente difícil para pacientes y familiares por igual.
Los pacientes con cáncer de páncreas con frecuencia experimentan pérdida de peso temprano en el proceso de la enfermedad. Más adelante, es posible que enfrenten una tormenta metabólica llamada caquexia, un trastorno que causa una grave pérdida muscular y de peso que puede dificultar el tratamiento adicional y hacer que las actividades cotidianas sean casi imposibles.
Aunque parece lógico que tratar la pérdida de peso mejoraría el bienestar y la supervivencia del paciente, médicos-científicos como el Dr. Matthew Vander Heiden, profesor asociado de biología y director asociado del Koch Institute for Integrative Cancer Research (Cambridge, Massachusetts) del Massachusetts Institute of Technology, y otros especialistas consideran que la historia podría no terminar allí.
Entre las preguntas que aún necesitan una respuesta se encuentran las siguientes: ¿Toda pérdida de peso afecta realmente la supervivencia al cáncer? ¿Qué mecanismos impulsan la pérdida de peso en el cáncer de páncreas y en otros tipos de cáncer? Y, ¿podría la pérdida de algunos tejidos, como músculo o grasa, en una etapa anterior ser un indicador de cáncer de páncreas, una especie de señal inicial para una enfermedad en la que la detección temprana es sumamente necesaria? En su conjunto, es concebible que las respuestas a estas preguntas condujeran a nuevos desarrollos de diagnóstico y tratamiento que podrían mejorar las vidas de los pacientes con cáncer de páncreas.
“En los comienzos de la investigación del cáncer, entender el metabolismo era un gran tema, pero luego dejó de ser popular por varios motivos, entre ellos la capacidad creciente de estudiar la genética del cáncer”, dice Vander Heiden. “Pero quedó claro que el metabolismo es absolutamente esencial para la biología básica y la vida y la muerte de una célula. Y la vida y la muerte de una célula es fundamental para el desarrollo del cáncer. Esto nos llevó a nosotros y a otros colegas a concentrarnos nuevamente en el estudio del metabolismo de los tumores”.
En un artículo reciente publicado en la revista Nature, Vander Heiden, junto con su colega y coautor, el Dr. Brian Wolpin, director del Gastrointestinal Cancer Center en Dana-Farber Cancer Institute de Boston, realizaron una investigación que arroja nueva luz sobre un mecanismo mediante el cual los tumores pancreáticos conducen a una pérdida de peso.
Detectives metabólicos para la pérdida de peso
Una característica distintiva de una célula cancerosa es la capacidad de dividirse sin control. El resultado es un diluvio masivo de nuevas células tumorales. Un ingrediente importante para este crecimiento celular es la glucosa, un tipo de azúcar, al igual que los aminoácidos. Los cambios en la manera en que se metabolizan los nutrientes, es decir, se descomponen para generar energía o se convierten en componentes necesarios de nuevas células, contribuyen tanto al desarrollo como a la progresión del cáncer de páncreas. Antes de este estudio, el equipo demostró que la descomposición del tejido muscular es común en el cáncer de páncreas en fase temprana. Esto provoca una acumulación de aminoácidos de cadena ramificada en la sangre. Esto puede ocurrir hasta cerca de unos 10 años antes del diagnóstico, según un análisis de muestras de sangre. “Lo que no sabíamos es qué impulsa este proceso y qué significa para el paciente y el tumor”, explica Vander Heiden. “Había muchas preguntas que todavía necesitaban respuesta”.
En el estudio más reciente, del Koch Institute, el Broad Institute (Cambridge, Massachusetts) y Dana-Farber, los investigadores implantaron tumores pancreáticos en fase inicial en ratones sanos. Lo que descubrieron es que la pérdida de peso resultante, en el cáncer en fase inicial (que podría no estar relacionada con la pérdida de peso más significativa de la caquexia), se produjo debido a una reducción de enzimas pancreáticas importantes. (Una tarea que realiza el páncreas es producir jugos digestivos, compuestos de estas enzimas poderosas, que luego se liberan en el intestino delgado después de las comidas para descomponer y digerir los alimentos).
El equipo trató una cohorte de ratones con lo que se conoce como enzimas de reemplazo, un tratamiento utilizado en algunos pacientes con cáncer de páncreas (así como también otros con enfermedades como la pancreatitis crónica), lo que también altera la producción de enzimas. “El pensamiento generalizado es que si se trata la pérdida de peso (con enzimas de reemplazo), un paciente, o en este caso un ratón, podría mejorar de alguna manera y posiblemente sobrevivir más tiempo porque subió de peso”, dice Vander Heiden.
Sin embargo, los ratones tratados con enzimas subieron de peso y no vivieron tanto tiempo como una cohorte de ratones que consumió una dieta normal, aunque todos los ratones tenían cáncer de páncreas. El equipo también analizó las historias clínicas y muestras de sangre de 782 pacientes con cáncer de páncreas y no se encontró ninguna relación entre el grado de deterioro del tejido en el momento del diagnóstico y el tiempo de supervivencia.
“Lo que eso nos indica es que no podemos asumir que la pérdida de peso siempre es negativa desde el punto de vista de la supervivencia al cáncer”, observa Vander Heiden. “Pero esto es solo un estudio con ratones y, en este momento, no estamos seguros de cómo se aplica a los seres humanos”. No obstante, podemos decir que parece que el deterioro del tejido en el momento del diagnóstico podría no siempre ser algo malo”. Este descubrimiento, aunque es sorprendente, es coherente con los estudios en ratones que han demostrado que la restricción calórica puede tener un efecto de protección contra el cáncer y otras enfermedades.
La teoría de por qué se pierde masa de tejido al comienzo de la enfermedad ha sido que había un problema en un factor de señalización, como, por ejemplo, una sobreproducción de una hormona. Pero en el nuevo estudio, el equipo de investigación descubrió que el lugar en el que se presenta el tumor, en vez de un factor de señalización, puede ser un factor contribuyente importante para la pérdida de peso. “Si se implantó un tumor pancreático bajo la piel o en el pulmón u otras partes del cuerpo, no hubo un deterioro temprano del tejido”, dice Vander Heiden. “Por lo tanto, es probable que no sea algo tan sencillo como que una señal química producida por las células cancerosas causa toda la pérdida muscular y de grasa. En este caso, fue la ubicación, el páncreas”. Pero es casi seguro que sea diferente para otros tipos de cáncer, y algunas señales químicas también podrían estar involucradas en el cáncer de páncreas, agrega él.
Mirada al futuro
Aunque este estudio se concentró en el cáncer de páncreas, Vander Heiden y sus colaboradores consideran que es importante estudiar todos los tipos de cáncer así como otras enfermedades que causan deterioro. Esto se debe a que en algunos tipos de cáncer el aumento de peso podría ser útil, o no ser útil, debido a los mecanismos metabólicos que desencadenan el deterioro. “En este momento no podemos decir que la pérdida de peso sea mala (en el cáncer de páncreas) incluso cuando llega al punto de la caquexia, porque simplemente no lo sabemos”, explica Vander Heiden. “La pérdida de peso podría ser una protección en algunos casos; es decir, puede ser parte de la reacción del cuerpo a la lucha contra el cáncer. Pero esto no es así en todos los tipos de cáncer y eso es lo que necesitamos comprender mejor”.
Está claro que se necesita desesperadamente una detección más temprana para el cáncer de páncreas, pero Vander Heiden no cree que una única prueba sea la respuesta. En cambio, pruebas múltiples y una colaboración conjunta podrían ayudar a los pacientes. “La detección más temprana del cáncer de páncreas requerirá varias pruebas, como, por ejemplo, en la enfermedad cardíaca”, dice Vander Heiden. “En la enfermedad cardíaca se analizan muchos factores, como los antecedentes familiares y personales, el colesterol, la presión arterial, el hábito de fumar y la diabetes, para evaluar el riesgo; es decir, que no solo se estudia una cosa. Mientras comenzamos a entender más sobre el metabolismo del cáncer, la evidencia de deterioro muscular o de tejido sin causa aparente podría ser uno de esos factores para el cáncer de páncreas”.