Un diagnóstico que me salvó y me cambió la vida
- El conjunto de síntomas conduce al diagnóstico de cáncer neuroendocrino de páncreas
- Procedimiento de Whipple extirpa el tumor
- La cirugía muestra que el cáncer se ha diseminado
- Tratamiento de mantenimiento con inyecciones de octreotida
Mi médica de cabecera literalmente me salvó la vida.
En la primavera de 2016, fui a ver a mi médica, la Dra. Kara Durand, porque tenía varios síntomas. Era prediabética, pero no le daba mucha importancia a esto, porque me viene de familia: soy de raza negra, tenía sobrepeso, comía muy mal y me tomaba unas copas un par de veces a la semana. Tener prediabetes no me sorprendió.
Pero había más. Tenía náuseas y vómitos y extraños problemas digestivos, pero siempre había tenido estos síntomas, así que no me alarmaron. Me daban ataques de picazón en la piel, que yo atribuía a alergias (¡QUÉ EQUIVOCADA que estaba!). Puede que incluso tuviera una ligera ictericia a veces, con los ojos amarillos, pero pensaba que eso era por la falta de sueño.
Todos estos síntomas eran muy sutiles, pero la Dra. Durand les prestó atención. Me dijo que los síntomas no eran de prediabetes, y que creía que pasaba algo más. Le hice caso y me hice más pruebas. Primero me hice análisis de sangre para el funcionamiento hepático y el A1C (nivel de azúcar en la sangre en un período de tres meses). Luego me hicieron una resonancia magnética seguida de una tomografía computarizada. El 20 de julio de 2016, la tomografía computarizada confirmó que tenía un tumor en el páncreas. Luego me tomaron una biopsia por ecografía endoscópica. La biopsia de agosto no fue concluyente, pero era claro que había que extirpar el tumor, por lo que se programó la operación de Whipple para un mes más tarde.
Cirugía y más tratamiento
El Dr. Austin Spitzer me hizo la operación de Whipple el 21 de septiembre de 2016 en Kaiser Permanente Oakland Medical Center (California), y en este procedimiento se confirmó que el tumor era maligno y que se había diseminado fuera del páncreas. Tenía cáncer neuroendocrino de páncreas, y al final me extirparon el bazo junto con el páncreas, la vesícula biliar y parte del intestino.
Debido a que encontraron lesiones en el hígado y otras partes, después de recuperarme de la operación de Whipple empecé a recibir inyecciones de octreotida una vez al mes. Estas inyecciones continúan hasta el día de hoy. Además de las tomografías habituales para monitorear mi enfermedad, me hago una tomografía PET con DOTATATO (un radiofármaco) una vez al año.
Me hicieron pruebas genéticas, pero mi oncóloga, la Dra. Yan Li, señaló que no hay ningún medicamento biológico dirigido para este cáncer específico, lo que es común para tumores neuroendocrinos.
La vida sin páncreas
Mis planes de mantenimiento y vigilancia van bien. Mi cuerpo está reaccionando bien a las inyecciones mensuales de octreotida y las lesiones restantes están estables y no han crecido (¡crucemos los dedos!). Tengo un efecto secundario: inmediatamente después de la inyección, tengo picazón en la piel, así que le pido a quien me pone la inyección que *no* frote el lugar de la inyección, lo cual es un pedido extraño. También camino mucho para prevenir los calambres.
La ausencia de páncreas significa que ahora soy diabética. Me pongo insulina (Humalog y Lantus) y tengo un sistema de monitoreo continuo de glucosa. Tomo ZenPep, una enzima pancreática, con las comidas. También tomo medicamentos para la presión alta porque la inyección de octreotida puede subir la presión arterial.
He notado que, después de la operación de Whipple, uno tiende a tener una actividad intestinal muy sana. Por eso quiero estar cerca de un baño después de las comidas. Y si los alimentos que como son demasiado grasosos, las heces son muy aceitosas porque no tengo páncreas.
En general, tengo que prestar mucha más atención a lo que como. Es más fácil cocinar que comprar comida preparada, así que soy consciente de los carbohidratos que ingiero. También como muchas más verduras, porque casi no tienen carbohidratos y mi cuerpo reacciona bien a ellas.
Septiembre será un mes importante para mí. ¡Voy a cumplir 40 años y también es mi quinto aniversario desde que me sometí al procedimiento de Whipple!
Mire a Randi contar su historia en “Sea el dueño de su experiencia con la atención médica”.