Historias de sobrevivientes
11 de julio, de 2024 • 4 Min

Mis propias decisiones para disfrutar tiempo de calidad

Margo Chilcott

Pancreatic cancer patient Margo Chilcott and her family
  • Dolor y molestia estomacal conducen al diagnóstico
  • Extirpación quirúrgica de parte del páncreas y el bazo
  • Elección de no recibir quimioterapia ni radiación
  • Apoyo emocional y fe

Me llamo Margo Chilcott; cuando tenía 79 años me diagnosticaron cáncer de páncreas.  Fue como una bofetada.

Antes del diagnóstico, siempre había sido muy activa. A principios de 2022, llevaba 35 años enseñando catecismo en mi iglesia. Caminaba cinco kilómetros al día y cuidaba a uno de mis bisnietos. Me encargaba de hacer las compras y la limpieza yo sola.

De repente, no pude comer ensaladas ni comida grasosa. Pensé que tenía una úlcera, así que cambié mi alimentación. Luego empecé a tener mucho dolor al lado derecho de la parte baja de la espalda. Mi médico dijo que la vesícula tenía un aspecto extraño. Me dijo que esperara tres meses y volviera para una revisión.

Pero el dolor no desapareció. En mayo de 2022 el dolor se había agravado y empecé a perder peso. Mi hija me aconsejó que fuera a la sala de emergencias. Me llevó a Henry Ford Macomb Hospital en Clinton Township, Michigan. Me hicieron muchas pruebas, radiografías y tomografías, pero me trataron bien. Cuatro horas más tarde, el joven médico entró con lágrimas en los ojos y me dijo que tenía cáncer de páncreas.

Se quedó conmigo hasta que mi hija volvió a la habitación. Me quedé helada. No podía creerlo.

Mis propias decisiones

Me internaron para hacerme más pruebas y una biopsia. Resultó ser un adenocarcinoma de páncreas en estadio II. Ya estaba en marcha un plan de tratamiento. Al principio acepté someterme a cirugía, quimioterapia y radioterapia.

Pero recostada en la cama del hospital conversando sobre el tratamiento y pensando en quienes reciben quimio y radioterapia, cambié de parecer. Ya no quería quimio ni radiación. Solo quería la cirugía.

Soy muy independiente y quería seguir así. A mi edad, no quería sufrir las complicaciones de la quimioterapia. Quería estar con mis bisnietos. 

Mi familia y yo conversamos mucho con el Dr. David Kwon de Henry Ford Cancer en Detroit. Dijo que para seguir con vida tendría que seguir un plan completo de quimio, radiación y cirugía. Pero yo prefería tener calidad de vida sobre cuidados constantes. El médico escuchó todo lo que yo tenía que decir. Me dijo que la cirugía sin quimio ni radiación no era la mejor opción si quería prolongar mi vida. El cáncer podía volver si no recibía quimioterapia también. También me dijo que quizá solo me quedaran 18 a 24 meses de vida si únicamente me hacía la operación. La probabilidad de que el cáncer reapareciera era más alta. Sin embargo, prometió ser mi defensor si yo optaba por cirugía únicamente.  

Todos me brindaron su apoyo

Me tomé mi tiempo para hacer preguntas a los médicos, las enfermeras y otros pacientes recibiendo quimioterapia. También rezaba todos los días y todas las noches por orientación. Al final opté por cirugía sin quimio ni radiación. Quería vivir el resto de mi vida haciendo lo que me gusta. Todos me apoyaron en mi decisión. 

Mis médicos cumplieron su palabra. Me han dado apoyo en todo momento desde la pancreatectomía distal y esplenectomía en agosto de 2022. 

Estuve hospitalizada cinco días después de la operación. Luego volví a casa y me lo tomé con calma por un tiempo. En octubre volví a dar clases. Paso tiempo con otras personas mayores, jugando a las cartas y jugando con mis tres bisnietos. Espero al cuarto bisnieto en octubre de 2024. ¡Es un niño!  Dios ha sido muy bueno conmigo. 

Palabras sabias

Siempre he seguido el consejo de mi madre: si te levantas, te aseas y tienes buen aspecto, también te sentirás bien. Mis padres me enseñaron a soñar a lo grande y tener fe en Dios. Cada mañana me levanto, me peino, me visto, salgo a caminar, hago ejercicio y rezo.  He intentado mantener una buena alimentación aunque me cueste comer. 

He investigado mucho sobre el cáncer de páncreas. Todos los días hay novedades al respecto. Mi consejo es leer, escuchar, rezar y hablar con los médicos y familiares. Cada uno decide qué tratamiento recibir. No es fácil, pero se puede hacer. ¡Nunca se dé por vencido!