Mi cirugía de Whipple para el cáncer de páncreas
- Ataques de vesícula recurrentes conducen a una cirugía de vesícula y al descubrimiento de un tumor
- Cirugía de Whipple para extirpar el tumor
- Sobreviviente durante 50 años
Era el año 1964 y todo comenzó con ataques de vesícula.
Durante los siguientes cuatro años, tuve seis ataques y me hospitalizaron tres veces. El médico al final me dijo que ya había estado luchando el tiempo suficiente y por qué mejor no quitarme la vesícula, y yo le respondí: “Hagámoslo”. Durante la operación de vesícula en el Waukesha Hospital (Waukesha, Wisconsin) en mayo de 1968, los médicos revisaron los demás órganos cercanos. Encontraron un tumor en el páncreas, por lo que me hicieron una biopsia.
El médico luego me dijo que necesitaba otra operación y que me enviarían a la Mayo Clinic. En esa época, había muy pocos hospitales que hacían procedimientos de Whipple (Mayo Clinic, Johns Hopkins y unos pocos centros médicos del oeste). No me molestaba ir a la Mayo Clinic, pero los médicos de Waukesha no fueron honestos conmigo, no me dijeron que tenía cáncer. No me enteré hasta que me encontré en el sector para pacientes con cáncer del Saint Mary’s Hospital (parte de la Mayo Clinic) en Rochester, Minnesota.
Elección de una operación poco común para la época
En aquél entonces, yo había estado trabajando en Waukesha Motor Company durante 13 años. Antes de la cirugía, el avión de la empresa me llevó de Waukesha a Rochester. Dejé el Waukesha Memorial Hospital a las 8:00 de la mañana e ingresé en Saint Mary’s Hospital a las 11:00 de la mañana. En la Mayo Clinic, me hicieron pruebas durante 10 días. Después de recibir los resultados, me encontré con 10 médicos que rodeaban mi cama en un semicírculo (en Mayo tenían a cinco médicos y cinco cirujanos trabajando en mi caso). Estos 10 médicos me dijeron que si no me operaba, me quedarían entre seis y nueve meses de vida y que si me operaba, quizás podría vivir otros cinco años. Esta fue la primera vez que oí el término “cáncer de páncreas”. Mi respuesta fue: “Vine aquí por una razón, así que sigamos adelante”.
En menos de treinta minutos, me estaban preparando para la cirugía de Whipple. El 18 de junio de 1968, me llevaron al quirófano a las 7:00 de la mañana y regresé a las 4:00 de la tarde con el peor dolor que jamás había tenido en mi vida. Los cirujanos me extirparon casi la mitad del páncreas, la mitad del estómago, todo el duodeno y también un tumor grande en la parte externa del estómago. La estadía habitual para esta cirugía es de 24 días, pero yo salí del hospital a los 12 días. En la Mayo Clinic, nunca se había visto a nadie recuperarse tan rápido en esa época.
La vida después de la cirugía de Whipple
Antes de operarme de la vesícula, pesaba 225 libras (102 kilos). Después de pasar por dos cirugías en tres semanas, pesaba 155 libras (70 kilos). Después de la cirugía de Whipple, tuve un efecto secundario que duró 15 años. Entre cinco y seis veces por semana, sentía un dolor abdominal fuerte que duraba unos 10 minutos y el sudor me cubría todo el cuerpo. Con el tiempo, este efecto secundario disminuyó y cada vez ocurría con menos frecuencia hasta que desapareció en 1983. Ni mis médicos ni los de la Mayo Clinic pudieron encontrar una razón para ello.
No trabajé durante cuatro meses y medio. Aún sentía dolor cuando regresé al trabajo, pero ya no podía seguir viendo televisión y leyendo revistas. Le rogué al médico que me dejara volver a trabajar.
En la actualidad, el índice de supervivencia a cinco años para el cáncer de páncreas es de alrededor del 9 por ciento. La información sobre el índice de supervivencia a cinco años que publicó PanCANalrededor del año 2000 era de menos del 1 por ciento. En 1968, el índice de supervivencia a cinco años debía de ser muy bajo.
Yo tenía 37 años cuando me hicieron todas esas cirugías; hoy tengo 87 años. Solía hacerme análisis de sangre periódicos durante mi chequeo anual, pero en 2003 comencé a padecer diabetes de tipo 2, así que ahora me hago chequeos cada seis meses.
Trabajé durante 40 años en la empresa que ahora se llama Waukesha Engine Division. He sido una persona muy afortunada por haber sobrevivido 50 años. Creo que fue suerte, por estar en el lugar indicado en el momento indicado.