Cómo apliqué las lecciones de recuperación a mi tratamiento del cáncer de páncreas
- Cáncer de páncreas en estadio I
- Quimioterapia con FOLFIRINOX
- Procedimiento de Whipple
Como alcohólico en recuperación, me di cuenta de que las lecciones que aprendí de mi lucha contra la bebida me ayudaron a enfrentar el cáncer de páncreas.
Fue a mediados de agosto de 2020 cuando comencé a tener reflujo de ácido gástrico grave y sentí un dolor punzante en el estómago. El dolor se sentía como si alguien me estuviera apuñalando en el estómago con un cuchillo. En una tomografía computarizada que me hice en octubre me detectaron un tumor en el páncreas. Me hicieron una biopsia en diciembre y me diagnosticaron cáncer de páncreas resecable limítrofe en estadio I.
Un plan de tratamiento y un gran cambio
Como vivía en Cape Cod, Massachusetts, cuando recibí mi diagnóstico, comencé mi ronda inicial de tratamiento en un hospital oncológico en Boston. El plan de tratamiento requería 12 sesiones de quimioterapia con FOLFIRINOX. Cada sesión comenzaba con cinco horas de quimioterapia en el hospital, seguidas de otras 48 horas de quimioterapia en casa mediante una bomba de infusión. La quimioterapia incluía un cóctel de cuatro ingredientes, pero era principalmente fluorouracilo. Repetía el tratamiento cada dos semanas.
Toleré bastante bien la quimioterapia. No tuve náuseas ni diarrea. No tuve pérdida de apetito. Perdí todo el cabello, excepto las cejas. A medida que avanzaba la quimioterapia, comencé a sentir fatiga, pero no era debilitante. Pude continuar con mi estilo de vida normal durante el curso del tratamiento.
Durante este tiempo, mi esposa y yo tomamos la decisión de mudarnos a Johns Island, Carolina del Sur, donde teníamos una segunda casa. Un amigo me recomendó el Hollings Cancer Center en Charleston, así que, a principios de 2021, me reuní con el Dr. David Mahvi, cirujano oncólogo de la Medical University of South Carolina (MUSC).
Después de ocho sesiones de quimioterapia, el tamaño del tumor se redujo en un 90 por ciento, por lo que suspendimos la quimioterapia. Me sometí a un procedimiento de Whipple en junio de 2021 con el Dr. Mahvi. El procedimiento tuvo éxito. Regresé a Cape Cod durante el verano, donde un oncólogo local hizo de intermediario con el Dr. Mahvi. Cuando regresé a Carolina del Sur, conocí al Dr. Toros Dincman, médico oncólogo de MUSC, que ahora está a cargo de mi seguimiento. No he recibido más tratamientos, y no hay indicios de enfermedad.
Cómo apoyarse en una mentalidad de recuperación
Cuando recibí mi diagnóstico, había estado en rehabilitación durante 15 años, y creo que ser alcohólico hizo que enfrentar el cáncer de páncreas y el tratamiento fuera mucho más fácil para mí. Aunque no soy defensor de Alcohólicos Anónimos, reconozco que ofrece algunos buenos consejos, que se pueden aplicar tanto a los alcohólicos como a los pacientes con cáncer de páncreas. En Alcohólicos Anónimos aprendí a vivir mi vida un día a la vez y a aprovechar al máximo cada día. Esa mentalidad me resultó muy útil durante la quimioterapia.
Alcohólicos Anónimos habla sobre los desencadenantes negativos, por ejemplo, situaciones que alientan a beber. Encaré esta filosofía de manera diferente: aprendí a identificar los “desencadenantes positivos” o momentos en los que estaba frente a una experiencia difícil, pero podía mantenerme firme. Como alcohólico, un ejemplo de un desencadenante positivo puede ser asistir a un cóctel y no sentir la tentación de tomar una copa. De manera similar, si podía superar el régimen de quimioterapia de tres días sin enfermarme ni tener terribles efectos secundarios, lo veía como un desencadenante positivo.
Del mismo modo, consideraba que la pérdida del cabello era una buena señal. Me dije que si se me estaba cayendo el cabello, entonces la quimioterapia debía estar funcionando. Además, después de cada sesión de quimioterapia, me repetía que estaba un paso más cerca del final de mi tratamiento. Concentrarme en lo positivo me ayudó a superar el alcoholismo y el cáncer de páncreas. Todas estas formas de pensar fueron actitudes que aprendí durante mi recuperación y que me resultaron muy útiles.
Finalmente, Alcohólicos Anónimos cree en un poder superior que ayuda a los miembros a enfrentar su enfermedad y a recuperarse del alcoholismo. Creo firmemente en Dios, mi poder superior. Tenía fe en que podía dejar de beber, al igual que tenía fe en que podía vencer el cáncer de páncreas.
Robert falleció por complicaciones de la diabetes relacionadas con su tratamiento para el cáncer de páncreas, tres años y medio después de recibir su diagnóstico. Nuestro más sincero pésame a su familia.