Actualización de los pacientes presentados
- Disfrutar de la vida
- Mantener el tratamiento
- Trabajar como voluntario con otros pacientes
- Tomar un nuevo camino profesional
Como parte de nuestro quinto aniversario, estamos actualizando las historias de tratamiento de los pacientes presentados.
Nos comunicamos con algunas de las personas que participaron en ensayos clínicos o recibieron tratamiento con nuevos fármacos, para ver cómo les está yendo. Esto es lo que cuatro de ellos nos cuentan.
Lynne Holcomb
A Lynne le diagnosticaron cáncer de páncreas en estadio IV el 4 de diciembre de 2015. Después de que su tratamiento dejó de surtir efecto, se inscribió en un ensayo clínico.
Me acabo de hacer una tomografía, que hago cada 6 meses, a mediados de julio y es una verdadera bendición poder decir que todavía estoy libre de cáncer.
Desearía poder decir que el tratamiento que recibí en el ensayo clínico es la cura para el cáncer de páncreas, pero honestamente no sabemos por qué funcionó conmigo. Por eso les digo a los sobrevivientes que NUNCA se den por vencidos y que busquen ensayos clínicos. Mi ensayo fue un “Ave María” de fase I y quizás haya un tratamiento que funcione para usted. He hablado con muchos sobrevivientes de todo el mundo y espero que les haya dado esperanza.
El año pasado durante la pandemia, mi esposo y yo rescatamos una cachorra que es una maravillosa compañía y nos ha llenado la vida. Estamos contentos de haber salido de la cuarentena y poder volver a visitar a amigos y a familiares. Vamos a hacer un viaje por Israel en octubre (un deseo de toda la vida) y estamos muy entusiasmados por eso.
El domingo me compré una bicicleta y mis cuádriceps se están quejando por el ejercicio. No he vuelto al gimnasio porque me gusta hacer ejercicios en casa mientras veo programas en Netflix.
La vida es agradable y todos los días le doy gracias a Dios.
Earl Groce
Cuando a Earl le diagnosticaron cáncer de páncreas en estadio IV, se inscribió en un ensayo clínico de fase I que combina FOLFIRINOX y un medicamento nuevo.
El 30 de septiembre se cumplirán seis años desde mi diagnóstico.
Todavía estoy bien. Estoy en la quimioterapia número 134. Así es, 134 rondas de quimioterapia. Recibo quimioterapia tres días cada dos semanas. Me siento bastante mal durante los dos días siguientes, pero vale la pena para estar vivo y feliz. Se decidió que voy a continuar con la quimioterapia mientras mi cuerpo la tolere. Hasta ahora, todo va bien.
Había 18 personas en mi estudio de fase I. ¿YO? Soy el quinto en tener buenos resultados entre los 18 y también soy el último que queda. Se dio por curadas a tres otras personas y se interrumpió su quimioterapia; el cáncer de páncreas volvió y se las llevó a todas. Una mujer sobrevivió tres años, pero nunca dejó de recibir quimioterapia.
En estos ya más de cinco años, he podido ver crecer a mis tres nietos mayores. Pude ser el padrino de bodas de mi hijo. Vi el nacimiento de su hijo y pude verlo aprender a caminar y a hablar.
La pandemia me ha limitado las actividades un poco. Hicimos planes para volver a Burning Man, pero cancelaron el evento otra vez. Mi hija mayor vive en Canadá y espero poder ir la semana que viene para ver a mis tres nietos mayores. No los hemos visto en 20 meses; antes de la pandemia los veíamos unas cuatro veces al año.
Todavía tengo mi blog, que actualizo cuando puedo.
Roy Vinke
El perfil genómico del tumor de Roy lo llevó a un tratamiento con Keytruda antes de que fuera aprobado en Canadá.
Ya han pasado casi 4.5 años desde mi diagnóstico de cáncer de páncreas en estadio III/IV, y más de 1.5 años desde mi última infusión de Keytruda (pembrolizumab), el medicamento de inmunoterapia que me salvó la vida. Pensamos que nunca veríamos el día de celebrar el fin del tratamiento y estar libre de cáncer. Actualmente sigo en remisión, lo que mi oncólogo llama una “respuesta duradera”. Incluso sugirió que podría curarme, aunque con este diagnóstico siempre hay incertidumbre.
Con mi nueva oportunidad para vivir, fui voluntario en Wellspring Calgary (que ofrece servicios de apoyo para personas que viven con cáncer), pasé tiempo con mi esposa y nuestro perro, viajé a las montañas en British Columbia y cada tanto hago trabajos de carpintería en mi taller. Después de que se levantaron las restricciones de la COVID-19, me estuve juntando con amigos para ir a tomar un café y pude ver más a mis dos hijas. Por último, sigo recomendando el perfil genómico y abogando por un acceso más asequible a la inmunoterapia. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, me complace informar que en el futuro mi oncólogo derivará a todos sus pacientes con cáncer de páncreas a hacerse el perfil genómico, y que en Canadá se está aprobando Keytruda para cada vez más tipos de cáncer (el último es cáncer de colon asociado a deficiencia de reparación de errores de emparejamiento, que es el tipo de mutación genética que yo tengo).
A pesar los altibajos en mi salud debido a las complicaciones con el stent biliar permanente, la hipertensión y el hipotiroidismo (reliquias de anteriores tratamientos contra el cáncer), para ser un superviviente de cáncer de páncreas en estadio III/IV de 62 años de edad, en general me encuentro excepcionalmente bien. Estoy sumamente agradecido a todos los profesionales que hicieron posible lo que parecía imposible.
Shannon Magee
Después de su diagnóstico de cáncer de páncreas, Shannon fue la primera paciente en un ensayo clínico.
Llevo ocho años y me siento realmente bien. Estoy sana y feliz: activa, trabajando y disfrutando de la vida con una nueva valoración. Mis hijos ya se valen por sí mismos y tengo una nueva carrera en una compañía de tecnología a nivel mundial.
Me hago tomografías una vez al año en MD Anderson y sigo en estado “NED” (sin evidencia de enfermedad). En MD Anderson sigo viendo a un nutricionista que me supervisa la alimentación y me da asesoría nutricional y sobre lo que debe ajustarse. Las vitaminas del grupo B, el calcio, el hierro, el magnesio y la vitamina D3, además de un buen multivitamínico, son básicos. Sigo tomando enzimas CREON. Vivo la vida al máximo. La única diferencia con alguien sin cáncer de páncreas son los suplementos y las enzimas Creon. El resto de mis funciones son básicamente normales.
Sigo hablando con pacientes con cáncer de páncreas que buscan información y “consejos y trucos”. Acepté hace mucho tiempo que el cáncer de páncreas, a diferencia de otros tipos de cáncer, es una guerra sin fin, no una batalla, y que mi cuidado personal implica un cambio de vida. Es un camino largo, ¡pero bien vale la pena! ¡Cada día es un regalo!