Historias de sobrevivientes
23 de mayo, de 2019 • 3 Min

Mudanza para el tratamiento del cáncer de páncreas y un ensayo clínico

Rachel Moreno

pancreatic cancer patient Rachel Moreno
  • Tumor se detecta por casualidad
  • La necesidad de ayuda durante el tratamiento me llevó a mudarme a la casa de mi hijo
  • Mi nuevo médico me ofreció un ensayo clínico

Me diagnosticaron cáncer de páncreas después de un accidente de tránsito en marzo de 2015.

Estaba recogiendo a mis nietos para llevarlos a la escuela cuando tuve el accidente. Me lastimé la espalda, así que una las pruebas en la sala de emergencia de Banner Hospital fue una tomografía computarizada. El tumor apareció en la tomografía. Antes del accidente no tenía síntomas, así que el diagnóstico fue una sorpresa.

Durante mi estadía en el hospital me realizaron más tomografías y análisis de sangre, y me asignaron a un oncólogo en Banner por medio de la University of Arizona. El oncólogo me recomendó el tratamiento convencional: quimioterapia con gemcitabina. Nunca pregunté cuál era el estadio del cáncer.

Protocolo de tratamiento incluye un ensayo clínico

Debido a que había ayudado a mi exesposo con sus tratamientos para el cáncer, sabía que necesitaría ayuda durante los míos. A causa del accidente, estaba usando una ortesis lumbar, así que no podía conducir. Entonces decidí mudarme a Grand Rapids, Michigan, donde vivía mi hijo. Él y mi nuera dijeron que me llevarían a las sesiones de quimio y me ayudarían en el proceso. Cuando llegué a Grand Rapids, consulté con un oncólogo de Lacks Cancer Center; me ofreció el mismo tratamiento que el oncólogo en Arizona.

Mi nuera me sugirió que fuera al Rogel Cancer Center de la University of Michigan en Ann Arbor. Hizo todos los arreglos para que me atendieran allí. El Dr. Mark Zalupski, el oncólogo que me vio, me ofreció el tratamiento con gemcitabina además de un ensayo clínico en el que él estaba trabajando. Decidí entrar en el ensayo clínico, pensando que si no me servía a mí, podría ayudar a otra persona.

El ensayo consistía en tratamientos con gemcitabina y radiación, además del medicamento en estudio llamado AZD1775. Recibí 29 tratamientos de radiación consecutivos, seguidos de casi cuatro meses de quimioterapia. Me administraban quimioterapia por vía intravenosa una vez por semana durante 30 minutos. Unos días después de cada sesión de quimio me daban una pastilla, que resultó ser el medicamento en estudio, aunque yo no sabía qué era. Los efectos secundarios eran un poco de náuseas y cansancio general. Comencé todos los tratamientos en mayo de 2015 y completé la quimio a finales del otoño de ese año. Durante la quimioterapia, seguí trabajando como profesora y supervisora en el programa de Máster en Educación de Alliance for Catholic Education de la University of Notre Dame.

Momento de la cirugía

En noviembre de 2015, el Dr. Zalupski me llamó para decirme que pensaba que mi tumor se había reducido lo suficiente para intentar extirparlo con cirugía. El Dr. Hari Nathan me hizo una pancreatectomía distal el 7 de febrero de 2016. Ya no tengo cáncer. Cada seis meses me hago una tomografía computarizada y un análisis de sangre de CA 19-9.

Tengo 72 años y he regresado a Arizona, donde vivo con mi perro Rosco. El Dr. Zalupski me sigue atendiendo, pero recientemente establecí una relación profesional con el Dr. Christopher Chen, un oncólogo de Tucson. Mi hijo se mudó fuera de Michigan. Pero fue un regalo del cielo que él viviera allí cuando me detectaron el cáncer, porque de otro modo tal vez no hubiera llegado a los 72 años.

Espero que saber de mi experiencia pueda ayudar a otra persona.

Rachel falleció después de seis años y dos episodios de cáncer de páncreas. Como educadora, quería que las personas estuvieran más atentas al cáncer de páncreas y conocía el valor de un ensayo clínico para ayudar a los demás, más allá de a sí misma. Ofrecemos nuestro más sincero pésame a su familia.

Mire cómo Rachel cuenta su historia en el video “Puede ganar esta lucha”.