Tratamiento de la enfermedad
15 mayo, 2025 • 5 Min

De cuidador a enfermero, de la noche a la mañana

Oncology nurse practitioner Marci Andrejko

Aunque la quimioterapia puede administrarse en un centro de infusión o en una sala de oncología, sus efectos no se quedan allí. Acompañan al paciente a su casa, tanto en el cuerpo como en los desechos que genera.

Los enfermeros usan mascarillas, guantes y batas para protegerse de los agentes tóxicos lo suficientemente potentes como para eliminar las células cancerosas, y pasan años aprendiendo a manejar estos materiales peligrosos de manera segura y minimizar los riesgos de exposición para ellos mismos y quienes los rodean.

Mientras tanto, los cuidadores (parejas, hijos, padres y amigos) reciben un curso rápido, algunas páginas impresas y una explicación verbal antes de que los envíen a casa con la gran responsabilidad de cuidar a una persona que recibe quimioterapia. Deben encargarse de manejar medicamentos, limpiar líquidos corporales, desechar materiales contaminados y protegerse, muchas veces sin el equipo ni la capacitación exhaustiva de la que disponen los profesionales.

Cuidado del paciente

Marci Andrejko, enfermera practicante en Memorial Sloan Kettering Cancer Center (Nueva York) ha trabajado durante años tanto como enfermera oncológica como en investigación clínica. También se concentró en el manejo seguro de medicamentos peligrosos para su tesis de Doctorado en Práctica de Enfermería, y asesora a pacientes y cuidadores sobre cómo aplicar algunas de estas prácticas profesionales en el hogar.

“La transición de recibir apoyo médico completo en el hospital a brindar ese apoyo en casa puede representar una gran carga para los cuidadores”, señala. “Reciben una educación rápida en enfermería y luego deben continuar por su cuenta”.  

En la mayoría de los casos, los pacientes reciben un kit para limpieza de derrames de quimioterapia, así como un kit de emergencia para el catéter central, para ayudar a mantenerlo limpio. También se les proporcionan materiales para el cuidado diario del catéter central, por ejemplo, para ducharse o bañarse. Pero también deberían conseguir otros materiales, como guantes específicos para el manejo de medicamentos peligrosos y productos de limpieza de uso hospitalario, si es posible.

Como cuidador, debe hacer todo lo posible para proteger al paciente, que puede estar inmunocomprometido: mediante el uso de mascarillas, la manipulación segura de los alimentos, una higiene estricta y evitando cualquier actividad que pueda introducir infecciones. Por ejemplo, los pacientes no deben limpiar desechos de animales ni realizar tareas de jardinería, ya que las esporas presentes en la tierra podrían enfermarlos.

Protección para usted y su familia

El paciente no es el único que requiere cuidados especiales. Usted y su familia también necesitan protección.

Para evitar cualquier contaminación por quimioterapia en el hogar, especialmente durante las primeras 48 horas después del tratamiento, el paciente debe usar un baño exclusivo si es posible. Si no es posible, los pacientes deben cerrar la tapa y tirar dos veces de la cadena cada vez que usen el inodoro, incluso al orinar. También es importante desinfectar el asiento y el borde del inodoro con toallitas desinfectantes después de usarlo. Y, por supuesto, los pacientes deben lavarse las manos con agua y jabón antes de tocar otras superficies. Al finalizar las 48 horas, se deben limpiar el inodoro y el suelo del baño.

Para prevenir la contaminación por los medicamentos de quimioterapia que salen por los poros del paciente, se recomienda que el paciente se cambie de ropa y la lave, y se duche de inmediato después de recibir la quimioterapia. Las sábanas también pueden contaminarse con los medicamentos de quimioterapia de la misma forma, por lo que se recomienda cambiar la ropa de cama diariamente en los días inmediatos después de la quimioterapia. Las sábanas, la ropa y las toallas pueden manejarse como lo hace siempre, a menos que estén contaminadas directamente por los medicamentos de quimioterapia o líquidos corporales. En ese caso, deben lavarse dos veces y por separado con detergente en agua caliente.

Los expertos sugieren abstenerse de mantener relaciones sexuales durante las primeras 48 horas después del tratamiento de quimioterapia debido a la posible presencia de residuos de quimioterapia en los líquidos corporales masculinos y femeninos. Andrejko también recomienda enfáticamente el uso de preservativos u otros métodos anticonceptivos de barrera durante las primeras 48 horas, por la misma razón.

Más desafíos para los cuidadores

Los cuidadores enfrentan otros desafíos además de mantener un entorno seguro y limpio para la recuperación. Garantizar que los pacientes se alimenten e hidraten puede ser una tarea gigantesca y frustrante. Pueden preparar la comida favorita de su ser querido, solo para que sea rechazada porque el paciente de repente no soporta el olor.

“Una vez, alguien me contó que cocinó 10 comidas en un día, y le rechazaron todas. Su pareja perdía peso mientras ella subía de peso porque comía todo lo que le preparaba”, agrega Andrejko. “Deben mostrar paciencia mutuamente, porque nunca se sabe qué traerá el día siguiente”.

Los cuidadores también son los mejores defensores del paciente, y Andrejko señala que no deben temer expresar sus inquietudes y hacer preguntas cuando se reúnen con el equipo médico de su ser querido.

“No hay preguntas tontas”, señala Andrejko. “Les digo a las personas que mantengan un bolígrafo y papel en la mesa de noche para anotar cualquier pregunta que les surja, para que no les quite el sueño y no se les olvide por la mañana”.

Los cuidadores también deben recordar cuidar de sí mismos. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, afirma. “Tomarse tiempo para descansar, recargar energías y buscar ayuda cuando sea necesario no es egoísta: es esencial, tanto para la propia salud como para el bienestar de la persona a la que acompaña”.

La atención oncológica moderna no sería posible sin estos héroes en el hogar, añade Andrejko. “Estos cuidadores merecen títulos honorarios en enfermería. Tenemos mucho que agradecerles. Sin ellos, no podríamos hacer lo que hacemos”.