Una nueva radioterapia me ayudó a vencer el cáncer
- Dolor abdominal después de comer conduce al diagnóstico
- El tumor envolvía la arteria mesentérica superior
- Mi oncólogo me ayudó a encontrar la radioterapia guiada por resonancia magnética
En diciembre de 2021, empecé a tener dolor abdominal después de comer.
En tres meses el dolor pasó de leve a intenso. Al principio culpé a mi edad por las molestias: después de todo, me estaba acercando a los 70 años. Pero era cada vez peor. Así que decidí visitar a mi médico, y me alegro mucho de haberlo hecho.
Lo primero que hicimos fue un análisis de sangre, que demostró que tenía un nivel alto del antígeno del cáncer CA 19-9 de 295, muy lejos del margen saludable de 0 a 35. Una tomografía computarizada de seguimiento reveló que tenía un tumor alrededor de la cabeza del páncreas; había crecido hasta el mesenterio alrededor de la arteria mesentérica superior. El diagnóstico oficial fue adenocarcinoma de páncreas. Lamentablemente, no era candidata a la cirugía debido a la ubicación del tumor en el mesenterio.
Reducción del tumor
Comencé mi tratamiento con el Dr. Donald Northfelt, un oncólogo maravilloso de Mayo Clinic en Phoenix, Arizona. El Dr. Northfelt consideró que la “mejor práctica” actual para tratar mi tipo de tumor era la quimioterapia seguida de radiación. El objetivo era reducir el tumor lo suficiente para que pudiera someterme a la cirugía. Empecé los tratamientos de quimioterapia dos semanas después del diagnóstico y continué haciéndolos tres de cada cuatro semanas durante un total de seis meses.
A los seis meses, la quimioterapia había conseguido reducir significativamente el tamaño del tumor. Sin embargo, después de todo, la radiación que me ofrecieron en Mayo Clinic no iba a funcionar para mí. El tumor estaba demasiado cerca de mis otros órganos abdominales y la radiación podría dañarlos. Mis médicos me explicaron que la mejor opción para mi caso, debido a que aún no era candidata a la cirugía ni a la radiación normal, era la radiación guiada por resonancia magnética. Me recomendaron al Dr. Michael Chuong de Miami Cancer Institute en Florida porque su investigación mostraba que él era el “mejor”.
Cambio de hospital para probar una nueva radioterapia
La radioterapia guiada por resonancia magnética, que permite obtener imágenes y tratar el cáncer al mismo tiempo, está disponible en el Miami Cancer Institute desde hace cinco años. Esta radioterapia me pareció adecuada, ya que podían dirigirla a mi tumor con precisión sin dañar los órganos circundantes.
A pesar de vivir a 2400 millas (3860 km) de distancia, mi marido y yo decidimos que acudir al Dr. Chuong y recibir radioterapia guiada por resonancia magnética era mi mejor opción para poder vivir más tiempo. En agosto de 2022, hicimos el viaje desde Scottsdale (Arizona) a Miami por dos semanas, donde recibí el protocolo recomendado por el Dr. Chuong. Me sometí al tratamiento una vez al día durante cinco días y luego permanecí en Miami dos días más para recuperarme.
Las cirugías anteriores causan complicaciones
Me dijeron que tendría muy pocos efectos secundarios, por no decir ninguno, y que no sentiría nada durante las sesiones de tratamiento. Esto último fue muy cierto, ya que en ningún momento del tratamiento sentí dolor ni molestias. Sin embargo, había tenido dos cirugías en la zona biliar muchos años antes de tener cáncer. Creo que esto hizo que se complicaran un poco las cosas.
Cuando tenía treinta años, me extirparon la vesícula biliar. Luego, tras sentir dolor pronunciado después de la cirugía me sometí a una segunda intervención para corregir algunas complicaciones que surgieron de la primera. A pesar de las correcciones, seguí teniendo dolores periódicos por espasmos biliares durante 40 años. En otras palabras, tenía un problema pancreático preexistente. En las dos semanas siguientes a mi tratamiento guiado por resonancia magnética, tuve considerable dolor, náuseas y vómitos, muy parecidos a los de la pancreatitis.
El Dr. Chuong y su personal dijeron que nunca habían visto a otro paciente con el tipo de efectos secundarios que yo tenía. Creo que se produjeron debido a la sensibilidad de mi páncreas y a las circunstancias únicas derivadas de mis cirugías anteriores. En total, los efectos secundarios duraron unas dos semanas y desde entonces no he vuelto a experimentar dolor ni molestias de ningún tipo.
Me siento como antes del cáncer
¡Este tratamiento me salvó la vida! Un mes después de la radioterapia guiada por resonancia magnética volví a sentirme como antes del cáncer. Me han hecho muchas tomografías computarizadas, una tomografía PET y análisis de sangre que mostraron un nivel de antígeno cancerígeno de 24 y “ningún cáncer activo”. Mi vida y mi futuro están justo delante de mí, y tengo muchas ganas de seguir adelante.