Una segunda opinión hace la diferencia
- Diagnóstico de cáncer de páncreas en estadio IV
- una-segunda-opinion-me-da-esperanza
- Las pruebas genéticas detectan la mutación de BRCA
- Participación en un ensayo clínico
En junio del 2018, me diagnosticaron cáncer de páncreas en estadio IV. Tenía 53 años.
Fui a ver a mi gastroenterólogo por molestias del síndrome de intestino irritable. En esa consulta, el médico solicitó una ecografía allí mismo para ver qué pasaba. La ecografía mostró una mancha oscura en la zona del estómago. El médico estaba preocupado y quería someterme a una evaluación más a fondo con más pruebas. Así que solicitó una ecografía endoscópica superior (EUS) en mi hospital local. Yo no estaba preocupada en absoluto por mis resultados, ya que no tenía ningún dolor y mi malestar estomacal prácticamente había desaparecido. Pero me llamaron del consultorio del gastroenterólogo para que fuera a recibir los resultados.
Cuando llegué al consultorio, el enfermero me tomó los signos vitales y me dejó esperando en una sala para pacientes. Cuando el médico entró en la sala, me miró y dijo: “Sígame”. Fuimos a su consultorio privado, donde me pidió que tomara asiento. Entonces me dio la devastadora noticia de que tenía cáncer de páncreas. Programó una cita para que fuera a ver a un oncólogo y a un cirujano en un hospital cercano.
Una segunda opinión y esperanza
El oncólogo y el cirujano del hospital local me dijeron básicamente que me fuera a casa, pusiera mis asuntos en orden y me preparara para el final de mi vida. Estaba devastada.
Decidí buscar una segunda opinión. Fui al Sylvester Comprehensive Cancer Center de la University of Miami a buscar esa segunda opinión. Consulté con el Dr. Alan Livingstone, uno de los mejores cirujanos de UM. Confirmó que no podía operarme, porque el tumor estaba demasiado cerca de las arterias principales y había metástasis en varias áreas de la pared abdominal. Esto no le hizo desistir de tratarme. Dijo: “No se preocupe, le voy a presentar al Dr. Peter Hosein y él será su oncólogo”. Me dio esperanza.
Después de preguntarme sobre mis antecedentes familiares de cáncer, el Dr. Hosein inmediatamente me dio más esperanza. El Dr. Hosein nunca se rindió y usó todos los recursos de la universidad para hacer pruebas genéticas. Descubrimos que tengo la mutación del gen BRCA. Esto le permitió elegir la quimioterapia más adecuada para mi caso.
Después de casi seis meses de quimioterapia con FOLFIRINOX, mis tumores se habían reducido y casi desaparecido. Me inscribí además en un ensayo clínico TAPUR que usaba un inhibidor de PARP para prevenir la reaparición del cáncer. Aún sigo en ese ensayo.
Igual que muchas personas, tuve efectos secundarios de la quimio, como vómitos, náuseas y diarrea. El peor efecto secundario, que no ha desaparecido, es la neuropatía —no siento los pies o los siento entumecidos. Pero no me puedo quejar de los efectos secundarios, y realmente no importan, ya que todavía estoy viva.
Mi consejo para otros pacientes
Ahora soy sobreviviente del cáncer y agradezco al Dr. Hosein, a University of Miami y a todos los grandes enfermeros y médicos que me han tratado allí sus esfuerzos por salvarme la vida. Estaré eternamente agradecida con el Dr. Hosein y con todas las excelentes personas de UM. Me gusta compartir mi historia con otros pacientes y animarlos a buscar una segunda opinión.
En resumen, si a usted o a alguna persona que conoce le diagnostican cáncer de páncreas, busque siempre una segunda opinión, busque los mejores médicos y hospitales en su área si es posible, o viaje a un hospital designado por el NCI para recibir tratamiento. Busque apoyo de Let’s Win, PanCAN y todas las organizaciones que ayudan a enfermos de cáncer de páncreas y a sus cuidadores. Busque ayuda en su iglesia, porque las oraciones y el apoyo de su clero y su familia le ayudarán a superar esto.
Sobre todo, nunca se dé por vencido; es su vida.