Cáncer de páncreas detectado por casualidad
- El diagnóstico de cáncer de próstata lleva a la detección del cáncer de páncreas
- Tratamiento con FOLFIRINOX
- Cirugía para extirpar un tumor
- Remisión completa
En abril de 2015, como parte de un examen médico de rutina me diagnosticaron cáncer de próstata. Antes de la cirugía para extirpar la próstata, me realizaron una resonancia magnética prequirúrgica. Esa resonancia diagnosticó cáncer de páncreas; ahora tenía preocupaciones mayores.
Recibí el llamado telefónico el 1 de julio de 2015 a las 9 a. m. Era del Dr. Brian McNelis, el oncólogo que me había tratado un linfoma en 2011. Pensé que era muy raro, pero sabía que él estaba siguiendo mi situación. Me preguntó si estaba sentado. Estaba de pie, así que me senté en una silla en mi escritorio. Entonces dijo: “Lamento tener que decirle esto. Tiene cáncer de páncreas”.
Me derrumbé. Mi vida había terminado. Mi vida, mi esposa, mis hijos, mis nietos. ¿Qué pasaría con ellos? Lloré durante días. Me dijeron que pusiera mis asuntos en orden. Hice eso y lloré todo el tiempo.
Comienza el tratamiento con la cirugía como objetivo
Me realizaron una ecografía endoscópica en North Shore University Hospital en Long Island para hacer el diagnóstico. Luego llamé a Memorial Sloan Kettering, donde me hicieron una tomografía computarizada y análisis de sangre. Después de las pruebas, la Dra. Zoe Goldberg y el Dr. Michael D’Angelica, cirujano, determinaron que el diagnóstico era cáncer de páncreas localmente avanzado en estadio III. No era candidato para la cirugía. Por lo tanto, inicié el tratamiento con lo que muchos conocemos como la peor quimio en el planeta, FOLFIRINOX. Seis meses más tarde, el Dr. D’Angelica me llamó para informarme que el comité de Sloan Kettering estaba listo para intentar la cirugía.
El 19 de enero de 2016 me hicieron una pancreatectomía distal y esplenectomía. Casi morí dos veces después de la cirugía, pero por suerte sobreviví después de 22 días en Sloan Kettering. Un día, mientras todavía estaba en el hospital, el Dr. D’Angelica vino a mi habitación y se sentó en mi cama. Me dijo que tenía los resultados histopatológicos. Luego dijo: “No hay indicios de enfermedad”. Los marcadores tumorales eran negativos y todos los ganglios linfáticos estaban libres de tumores.
Probablemente, ese fue el momento más feliz del último año y medio. Lloraba casi sin control. Mi esposa Hildee y yo nos abrazamos y lloramos. Era increíble.
Ayudar a otros con cáncer de páncreas
Nunca pensé que estaría tan agradecido de haber tenido cáncer de próstata. Estoy tan agradecido por el apoyo y el amor que recibí de mi hijo Josh y mi esposa Hildee. Hubo momentos en los que no creo que hubiera podido sobrevivir sin ellos.
Aprendí la importancia de tener una actitud positiva. Ahora recaudo dinero para Pancreatic Cancer Action Network y The Lustgarten Foundation. También dirijo un grupo de apoyo en línea para pacientes con cáncer de páncreas y sus cuidadores y familias.
El grupo de apoyo se ha convertido en una segunda familia para mí. TENEMOS ESPERANZA, REZAMOS, LLORAMOS, CELEBRAMOS, NOS ENOJAMOS y LAMENTAMOS pérdidas juntos. Pero lo más importante es que tenemos ESPERANZA. Todos los días ESPERAMOS que aparezca una CURA.
Tres años y medio después del diagnóstico, Barry perdió su batalla contra el cáncer de páncreas. Fundó el grupo de apoyo de Facebook Pancreatic Cancer: NEGU. También vivía de acuerdo con ese lema: “Nunca jamás te des por vencido”. Ofrecemos nuestro más sincero pésame a la familia de Barry.