Marihuana medicinal: más investigación científica podría ayudar a aclarar las cosas
Al igual que la política y la religión, la marihuana recreativa es uno de esos temas que enciende el debate en ambos lados de esta discusión.
Por supuesto que debe ser legal, dicen algunos. De ninguna manera, dicen otros. No obstante, el uso de la marihuana para ayudar a sobrellevar una enfermedad cada vez tiene mayor aceptación. Al fin y al cabo, parece que todos conocemos a alguien que se ha beneficiado de la marihuana medicinal, ya sea por un dolor crónico o por las náuseas y la pérdida del apetito que son efectos secundarios comunes de la quimioterapia.
De hecho, más del 80 por ciento de los estadounidenses encuestados sostienen que los médicos deberían recetar marihuana a sus pacientes, según los resultados de una encuesta de Yahoo News/Marist. Solo el 14 por ciento dijo que está en contra de la legalización de la marihuana para fines medicinales y un 4 por ciento dijo que no está seguro de ninguna de las dos posiciones.
“No hay duda que los pacientes están interesados en saber más sobre la marihuana medicinal, pero parte del problema es que faltan investigaciones científicas realmente buenas que respalden su uso", dice el Dr. Richard Lee, director médico del programa de oncología integral y de apoyo (Integrative and Supportive Oncology Program) del UH Seidman Cancer Center en Cleveland, Ohio, y profesor de oncología integral de la cátedra Helen Moss Cancer Research Foundation en Case Western Reserve University School of Medicine. El Dr. Lee cree que, en general, la legislación ha superado a la investigación. “Los pacientes están convencidos de que la marihuana medicinal los ayudará porque han leído grandes historias sobre cómo puede aliviar el dolor o ayudarlos con su afección cuando otros medicamentos no han tenido éxito”, afirma. “Es posible que ayude, pero es posible que no lo haga. Sin embargo, lo que está claro es que se requiere más investigación. Creo que esto sucederá y en ese momento obtendremos las respuestas que realmente necesitamos”.
Si bien la marihuana ahora es legal para el uso medicinal en la mayoría de los estados y en el distrito de Columbia, el gobierno federal aún considera que es un delito la posesión o el consumo. Ese es un motivo de la falta de investigación. Otro motivo es que la Administración para el Control de Drogas (Drug Enforcement Administration, DEA) considera que la marihuana es una sustancia de la Lista 1. Las drogas, sustancias o productos químicos de la Lista 1 se definen como drogas sin uso médico actualmente aceptado y un alto potencial de consumo abusivo, según la DEA. Entre los ejemplos de drogas de la Lista 1 se incluyen: heroína, dietilamida de ácido lisérgico (LSD) y 3,4-metilendioximetanfetamina (éxtasis). Por este motivo, los investigadores que esperan realizar estudios sobre la marihuana aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) deben obtener las plantas del gobierno federal, que solo ha autorizado a un establecimiento a plantar marihuana para estudios científicos.
¿Cómo funciona?
La marihuana medicinal es básicamente la misma que la marihuana recreativa, pero en vez de buscar sentirse eufóricos, los pacientes la consumen para tratar una afección específica.
Los científicos saben que la marihuana está compuesta por diferentes sustancias químicas denominadas canabinoides y cada canabinoide tiene un efecto diferente en el cuerpo. En pocas palabras, los canabinoides en cierto modo son similares a las sustancias químicas que desempeñan una función en el apetito, la memoria, el movimiento y el dolor. Un canabinoide muy conocido es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). El THC es la sustancia química responsable de la sensación de euforia que las personas sienten cuando fuman, “vapean” o comen productos que contienen marihuana. Otro canabinoide se denomina canabidiol (CBD) y también provoca una sensación de euforia. El CBD ha acaparado mucha atención por sus supuestos beneficios para la salud.
¿Qué afecciones se pueden tratar con la marihuana medicinal?
Los usos aprobados de la marihuana medicinal varían de un estado a otro. En general, si la marihuana medicinal se ha autorizado en su estado, la lista variada de dolencias aceptadas es larga. Algunas autorizaciones comunes incluyen: enfermedad de Alzheimer, pérdida del apetito, cáncer, enfermedad de Crohn, trastornos alimentarios (como anorexia), glaucoma, trastornos mentales como el trastorno de estrés postraumático y esquizofrenia, esclerosis múltiple, problemas musculares, náuseas, dolor y caquexia (pérdida grave del apetito/consunción), entre otras.
¿Qué dice la ciencia?
Aquí es donde las cosas se complican. Una de las mejores maneras de revisar la gran cantidad de estudios es observar los metanálisis, que combinan y analizan datos de diferentes estudios.
El artículo “Cannabinoids for Medical Use: A Systematic Review and Meta-analysis”, publicado en JAMA en 2015, hizo justamente eso. Los científicos de University Hospitals Bristol del Reino Unido descubrieron que solo había evidencia de calidad moderada para apoyar los beneficios de la marihuana medicinal y solo para determinadas afecciones.
Los investigadores revisaron 79 ensayos clínicos de canabinoides para las siguientes indicaciones: náuseas y vómitos causados por la quimioterapia, estimulación del apetito en VIH/SIDA, dolor crónico, espasticidad debida a esclerosis múltiple o paraplejia, depresión, trastorno de ansiedad, trastorno del sueño, psicosis, glaucoma o síndrome de Tourette. Descubrieron que había “evidencia de calidad moderada para respaldar el uso de canabinoides para el tratamiento del dolor crónico y la espasticidad. Había evidencia de baja calidad que sugería que los canabinoides estaban relacionados con mejorías en las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia, subida de peso en el VIH, trastornos del sueño y síndrome de Tourette”. Los canabinoides también estaban relacionados con un mayor riesgo de efectos adversos a corto plazo.
Sin embargo, los autores indicaron que muchos de los estudios eran de una calidad deficiente y que es necesario realizar más investigaciones, especialmente mediante ensayos controlados y aleatorizados, lo que se considera el estándar de oro en la investigación.
En 2017, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine) publicaron “The Health Effects of Cannabis and Cannabinoids: The Current State of Evidence and Recommendations for Research”, una evaluación rigurosa de la investigación científica publicada desde 1999 sobre lo que se conoce acerca de los impactos en la salud del cannabis y los productos derivados del cannabis. El comité analizó más de 10,000 resúmenes científicos para llegar a casi 100 conclusiones, que abarcan una amplia gama de dolencias. Por ejemplo, el comité dijo que se necesita más investigación para determinar si el consumo de cannabis está relacionado con ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y diabetes, y si es así, de qué manera.
No obstante, el comité encontró evidencia que respalda la premisa de que los pacientes tratados con cannabis o canabinoides tenían una mayor probabilidad de experimentar una reducción importante de los síntomas de dolor. En el caso de adultos con espasmos musculares relacionados con la esclerosis múltiple, había evidencia significativa de que el consumo a corto plazo de determinados “canabinoides orales”, es decir, medicamentos orales sintéticos a base de canabinoides, mejoró los síntomas informados. Además, en el caso de los adultos con náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia, había evidencia concluyente de que determinados canabinoides orales eran eficaces para la prevención y el tratamiento de dichas dolencias.
Medicamentos autorizados por la FDA
La FDA aún no ha aprobado la marihuana medicinal porque no hay suficiente investigación que respalde su eficacia. No obstante, la FDA ha aprobado varios medicamentos canabinoides sintéticos, como dronabinol (Marinol) y nabilona (Cesamet), para tratar las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia. La agencia también aprobó Syndros, una formulación líquida del dronabinol, en julio de 2016.
La eficacia de estos medicamentos depende del paciente. “Estos medicamentos en realidad no son diferentes de otros medicamentos, ya que algunas personas dirán que los ayudaron y otras dirán que no, pero algunas personas ni siquiera desean probarlos porque en su interior sienten que hay un estigma asociado con la marihuana en cualquier forma, lo cual es desafortunado porque podría ayudarlos”, explica Lee.
A principios del verano de 2018, la FDA anunció su primera autorización de un medicamento basado en la marihuana, denominado Epidiolex. Es una formulación purificada de CBD derivada de las plantas. La FDA aprobó su uso en pacientes de dos años o más que sufren formas graves o poco comunes de epilepsia conocidas como síndrome de Lennox-Gastaut y síndrome de Dravet, que se pueden presentar en la infancia temprana. La autorización de Epidiolex también es la primera vez que la FDA ha aprobado un medicamento para tratar el síndrome de Dravet. En una declaración, la FDA expresó que si bien esto es un acontecimiento importante, no implica la autorización de la marihuana y todos sus componentes. En cambio, es la autorización de un medicamento para dos formas específicas de epilepsia. No obstante, la FDA apoya una investigación constante y de alta calidad.
¿Qué debe hacer el paciente?
A veces, los pacientes quieren obtener más información sobre la marihuana medicinal, pero no se sienten a gusto hablando al respecto con sus médicos. “Por otro lado, hay personas que usan la marihuana para aliviar el dolor o las náuseas y se sienten demasiado avergonzadas como para informar a sus médicos porque tienen miedo de que los juzguen”, dice Lee. Lo que agrava aún más la situación es que algunos médicos tal vez no estén tan informados como otros sobre las investigaciones acerca de la marihuana. Sin embargo, el primer paso es hablar con el médico, dice Lee. “Nunca es buena idea ocultarle información a su médico, porque lo que queremos es ayudarlo lo mejor posible y cuanta más información tengamos, más podremos ayudarlo”, explica él. “Los médicos y los pacientes deben trabajar juntos”.
Si vive en un estado que cuenta con la autorización para el uso de la marihuana medicinal, deberá obtener una recomendación por escrito de un médico certificado. Además, debe tener una afección médica que cuente con la autorización del estado para el uso de la marihuana. También es posible que deba solicitar una tarjeta de identificación. Una vez que tenga toda la documentación en regla, podrá comprar marihuana medicinal en un dispensario autorizado.