A veces la vida te golpea en la cabeza
Como dijo Steve Jobs de Apple: “A veces la vida te golpea en la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fe”.
Después de recibir un golpe en la cabeza con un ladrillo de cáncer de páncreas en 2013, realmente creo que es muy fácil perder la fe.
Enterarme de que solo el 5 por ciento de los diagnosticados podía sobrevivir cinco años, y siendo un tipo de números, no esperaba lograrlo. No esperaba estar en ninguno de los grandes días de mis tres hijas. (Dos de ellas ahora están casadas).
Entonces, aparte de recibir el tratamiento convencional, someterme a un procedimiento de Whipple, recibir tratamientos de radiación diarios con 5-FU (fluorouracilo) continuo a través de una bomba por seis semanas, seguidos de seis dosis de quimioterapia con Gemzar (gemcitabina), ¿por qué estoy ahora en mi sexto año? Seguramente gran parte es un misterio médico, pero estas son mis corazonadas.
Detectar el tumor justo a tiempo
En dos semanas, pasé de vivir la vida normal de un hombre blanco de 59 años a tener malestar estomacal, a ponerme amarillo, al descubrimiento de un tumor pancreático de una pulgada junto al conducto biliar y a ser candidato a un procedimiento de Whipple. Más tarde, mi médico me dijo que si no hubiera tenido la obstrucción en el conducto biliar, lo que me obligó a ir a la sala de emergencias, probablemente no estaría vivo.
Procedimiento de Whipple
Más tarde supe, por cortesía de WebMD y otras fuentes, que solo una de cada cinco personas puede someterse a un procedimiento de Whipple. Sin esta cirugía, mis probabilidades de supervivencia eran escasas, si no inexistentes. O como mi oncólogo lo expresó en términos más agradables, atención paliativa.
Cuestión de azar
Debido a que estaba postrado en un hospital y me sentía más que horrible, no tenía la opción de viajar para ver a algún cirujano de renombre en otro lugar. Ni siquiera podía obtener una segunda opinión. Quién sabe por qué me conecté con un cirujano local que luego supe lo visitaban personas de otros estados para que hiciera sus procedimientos de Whipple. Saqué un as.
Hacer preguntas
A diferencia de mucha gente, lo cuestiono todo. No de una manera desagradable, solo necesito saber. Escucho sobre personas cuyas cabezas se mueven hacia arriba y hacia abajo, como uno de esos perros decorativos para el auto, cuando su médico les dice: “vamos a hacer esto y aquello”. Todo esto sin estar de acuerdo o peor aún, sin entender lo que dijo el médico. No sé si es miedo de hablar o simplemente confiar demasiado en el ejercicio de la medicina: porque uno supone que el médico sabe lo que está haciendo. No lo sé. Pero si no estoy seguro de algo que mi médico me dice, hago preguntas hasta que lo entiendo.
Hacer lo que dice el médico
Después de hacer un sinfín de preguntas y aceptar un plan de tratamiento, depende de mí hacer lo que mi médico me pidió que hiciera. En ocasiones, uno de mis médicos deja escapar lo frustrado que se siente cuando algún paciente no hace lo que aceptó hacer. Más allá de ser extremadamente inteligentes, los médicos también son personas. Ellos se preocupan por nosotros. Pero no hacer lo que me dijeron que hiciera de ninguna manera me hace popular ante ellos. Los necesito a todos para ayudarme. Los pongo a todos de mi lado, porque hago lo que me dicen.
Ser amable
Tener cualquier tipo de cáncer, especialmente cáncer de páncreas, puede llevar a tener una mentalidad de víctima o una actitud de “pobre de mí”, #@%!, ¿por qué me pasó esto a mí? Mientras estuve en el hospital durante semanas seguidas, primero por mi procedimiento de Whipple y luego por lo que parecían complicaciones interminables, sentí mucha pena por los muchos enfermeros trabajadores que acababan de salir de una mala interacción con algún paciente en otro cuarto. Al igual que mis médicos, necesito que los enfermeros y todos los demás me apoyen. Y hagan un esfuerzo extra. Sea amable.
Encontrar un defensor
Durante un tratamiento ambulatorio con antibióticos por otra infección postoperatoria aguda más, un enfermero me dijo: “Encuentra a alguien que sea tu defensor. Está ahí fuera”. Y lo hice. La asociada médica de mi cirujano resultó ser precisamente eso. Se acercó a mí y me ayudó en todo lo que pudo, muchas veces más allá de su trabajo. Hasta el día de hoy estoy agradecido por su ayuda y defensa. Encuentre un defensor.
Hablar sobre el tema
Nadie puede leer mi mente (o su mente, para el caso). Si no hablo de lo que me está pasando, nadie lo entenderá. Necesito hablar sobre cosas como lo que se siente al pensar que uno está cerca del final, o la gente simplemente pensará que estoy malhumorado. Puedo decirle a la gente lo que está pasando dentro de mi cabeza o ellos inventarán su versión. Hable de lo que siente.
Comunicarse con los demás
Es demasiado fácil adoptar una actitud defensiva y paranoica sobre lo que está sucediendo. Cualquier cáncer, sobre todo el cáncer de páncreas, puede hacer que el mundo parezca bastante pequeño, como si las paredes se estuvieran derrumbando. Para ayudar a compensar esto, he tratado de acercarme a otros para hacerles saber lo importantes que son para mí. Cuánto los necesito, porque los necesito. Lidiar con el cáncer de páncreas es un deporte de equipo. Necesito a todos en el campo. Extender la mano es solo una forma de hacer esto.
Vivir en el presente
Con demasiada frecuencia, me sorprendo preocupado por la próxima visita de oncología que hago cada seis meses. Incluso hoy, estas cosas me aterrorizan. ¿Entrará el médico y dirá: “Lo siento, pero…”? ¿O dirá: “Sus tomografías y análisis de sangre se ven muy bien, cómo se siente”? De cualquier manera, no hay nada que pueda hacer para cambiar la realidad de esto. Lo mejor que puedo hacer es vivir el presente.
Nada es fácil en relación con el cáncer de páncreas. Uno puede participar de manera proactiva o dejar que las cosas sucedan. Es su elección. Pero no pierda la fe.
William Ramshaw vive en el extenso Noroeste Pacífico. Es un sobreviviente del cáncer de páncreas desde hace seis años y ha escrito sus memorias con el título “Gut Punched! Facing Pancreatic Cancer (Un puñetazo en el estómago: cómo enfrentar el cáncer de páncreas). Compartió la historia de su tratamiento en “Enchiladas de pollo y cáncer de páncreas”.
Mire a William contar su historia en el video “Realmente puedo vencer esto”.