Historias de sobrevivientes
19 de enero, de 2018 • 3 Min

No deje de luchar

Leonora Kaufmann

Pancreatic cancer survivor Leonora Kaufmann
  • La intuición me lleva a pedir pruebas para detectar el cáncer de páncreas
  • Diagnóstico: estadio I
  • Cirugía y luego quimioterapia

En el año 2011, dos años antes de recibir mi diagnóstico, le dije a mi médico que iba a tener cáncer de páncreas.

Tenía una fuerte intuición de que tendría cáncer de páncreas. No estoy segura de que eso haya salvado mi vida, pero definitivamente prolongó mi supervivencia. No tenía síntomas ni factores de riesgo, pero después de que un colega murió de esta enfermedad, me preocupé.

Mis preocupaciones tenían fundamento

En el año 2013, le pedí a mi médico que me realizara pruebas para detectar cáncer de páncreas. Una ecografía, una tomografía computarizada y una resonancia magnética (RM) resultaron negativas, pero pedí ver la RM. Sabía qué buscar y noté que había una dilatación mínima del conducto pancreático. Recordé un artículo que había leído años atrás que decía que esto con frecuencia significa cáncer de páncreas. Les rogué a mis médicos que me hicieran una ecografía endoscópica (EUS), y ellos aceptaron a regañadientes. La EUS detectó cáncer.El Dr. Peter Turk me hizo una pancreatectomía distal, seguida de quimioterapia administrada por mi oncólogo, el Dr. Reza Nazemzadeh. El cáncer estaba en estadio I, lo cual es muy poco frecuente para esta enfermedad. Lamentablemente, no se obtuvieron márgenes libres de tumor porque el tumor era tan reciente que sus márgenes no estaban bien definidos.

Además de la atención tradicional, después de recibir mi diagnóstico fui a ver a un médico homeópata en Baltimore, el Dr. Peter Hinderberger, que se especializa en medicina complementaria. Siempre me alimenté bien, pero comencé a seguir una dieta bien equilibrada, pero sobre todo de base vegetal sin alimentos procesados, sin ingredientes artificiales y sin edulcorantes de ningún tipo. También tomo varios suplementos y agregué una variedad de especias a mi alimentación. Continué con este régimen durante la quimioterapia y fui la única paciente de mi oncólogo que nunca faltó a una dosis de quimioterapia. Nunca estuve anémica y nunca tuve vómitos. Casi no tuve efectos secundarios del Gemzar.

Tuve suerte de recibir el diagnóstico en una etapa muy temprana de la enfermedad. Sé que esto es poco común y por eso estoy participando en un ensayo clínico en el Johns Hopkins para el desarrollo de un análisis de sangre para la detección temprana del cáncer de páncreas.

No tomo la vida como algo garantizado

No escuché cuando me decían que yo era demasiado joven, demasiado sana y que tenía un estilo de vida demasiado saludable para tener cáncer de páncreas. En cambio, luché para obtener un diagnóstico y mis médicos están contentos de que lo haya hecho. Gracias a mi lucha, ahora he sobrevivido al cáncer durante cinco años.

Todavía sigo luchando, porque haber sobrevivido al cáncer de páncreas durante cinco años no significa que la persona esté curada. Solo el nueve por ciento de los pacientes sobreviven cinco años, y el índice de supervivencia cae sustancialmente a los 10 años. Por esa razón, no doy nada por sentado, solo vivo mi vida cada día y sé que tengo mucha suerte. Sigo activamente involucrada en campañas para crear mayor consciencia y conseguir fondos para esta enfermedad. Vamos a conseguir más apoyo si somos más visibles y nos hacemos escuchar más.

Si pudiera dar un consejo a alguien que recibió el diagnóstico de cáncer de páncreas sería este: no se dé por vencido. Recuerde que nadie en ese nueve por ciento que sobrevivió cinco años dejó de luchar. No hay que escuchar si nos dicen que nos vayamos a casa a morir. Hay que exigir mejor atención.

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